Pero no hay luces sin sombras, y la “especialización” en determinados géneros suele estar acompañado del marginamiento de otros, ya sea por no tener acceso a ellos y tomarlo como “una señal divina” o, como es mi caso, por la imposibilidad de ser ni tan solo decente al juego. Así es que desde mi adolescencia me he negado a jugar a juegos del estilo Diablo, ya que no lograba pillarle el truco a su tercera entrega; pero como siempre: hay un juego que te hace darle la vuelta a esa (absurda) mentalidad y en mi caso fue Hades, y sí sé que no es lo mismo y blablabla, pero después de probarlo el anuncio de Diablo IV me despertó hasta ilusión.
Por otro lado, el analizar videojuegos ha ayudado también a eliminar mis clichés y “fobias” gamers, y manteniéndome sobre el ejemplo de Diablo, hoy vengo a hablaros de Last Epoch, el primer juego creado por Eleventh Hour Games que sale de Early Access casi cinco años después.
A través del tiempo
Pese a ser fanático de las campañas, mis últimos cinco o seis juegos analizados no han contado con una historia que supere lo “pasajero” y tenía la esperanza de cambiar esta tendencia con la llegada de Last Epoch, pero no ha sido así, o al menos no del todo. He de decir que este título supera por mucho al resto de la comparativa, pues ofrecen una narrativa sólida de principio a fin a la que le dedicaremos alrededor de veinte horas y mantendremos el interés en todo momento; esto es fruto de un gran trabajo, pero especialmente de algo que valoro mucho: la valentía, y es que en Last Epoch nos ofrecen una trama con saltos temporales que consigue mantener su coherencia y linealidad espacio-temporal pese a presentarse cinco épocas distintas.
Esto es algo de destacar, pues allá donde hay cambios en líneas temporales acostumbra a haber pérdidas de sentido y errores narrativos cada vez más notables, pero no es así aquí. No obstante, la campaña sigue siendo un tanto “sosa”, pues no nos encontraremos con una historia memorable ni tan solo cerca de ello, más bien con una premisa atractiva que logra desarrollarse bien de manera que no se pierda el interés hasta llegar al final, lo cual se ve respaldado por una traducción al español que, pese a tener fallos puntuales notables, está muy lograda y es de agradecer especialmente al tener en cuenta que es la primera entrega del estudio y otras desarrolladoras bastante más grandes se niegan a traer los juegos en nuestro idioma.
De todas maneras, por lo que realmente se ven atraídos los asiduos a este género es el endgame. En este caso, llegaremos a él mucho más que preparados pues el juego se encarga de prepararnos a lo largo de la campaña enseñándonos a explotar todas las mecánicas básicas para que al completarla no quede aprendizaje, solo diversión, diversión y más diversión.
En el endgame volveremos a estar medianamente guiados, pues nos dirigiremos a nuevas islas que no se desbloquearán hasta completar la que le precede, algo así como el alto mando en Pokémon, y el funcionamiento de hecho es algo similar conceptualmente: una tras otra, las islas irán siendo más exigentes en cuanto a nivel y dificultad de hordas, y en cada una de ellas nos toparemos con distintos escenarios que se irán ramificando hasta llegar a los límites de la isla donde libraremos desafiantes batallas contra jefes, algo así como los Dragonite de Lance, sí; siguiendo con la semejanza, cuando completes la isla esta volverá a su estado inicial (es decir, puedes recompletarla desde cero) pero a mayor nivel, para promover la rejugabilidad absoluta tras la campaña. Así dan como resultado un “bolsillo mágico” de horas donde el límite lo pone el jugador, no el juego.
Cinco clases, cinco excusas para volver a jugar
En Last Epoch, al igual que en todo juego similar a este, animan a los jugadores a formar equipos para maximizar el entretenimiento, pero hay algo que se encargan de dejar claro desde sus redes sociales que creo importante destacar en cualquier análisis que reciba: no habrá ningún tipo de incentivo en loot por completar misiones en multijugador o, lo que es lo mismo, no hay ni la más mínima necesidad de compartir tu experiencia si prefieres no hacerlo, pues tendrás exactamente las mismas posibilidades de recibir buen equipamiento que una party de cinco personas.
Por ello, aunque soy consciente de que todo en compañía tiende a ser mejor (especialmente con una comunidad sana como la que, en el momento del análisis, tiene Last Epoch), proyectaré mis palabras desde un punto de vista solitario; comenzando con la mención de las clases (de izquierda a derecha en la foto) y mis sensaciones al respecto:
- Centinela: el tanque-luchador clásico se corona como el más “básico”, pues su gameplay se basa en meterte en medio, aguantar daño y hacer daño, aunque cuenta con una gran variedad de habilidades desbloqueables que harán que hasta el más bárbaro de los kamikaze sienta interés por las distintas mecánicas jugables que ofrece y, si eres de los que juegan centinela, quizás (y solo quizás) consigas decir algo más que un grito de guerra mientras juegas.
- Pícaro: mi clase favorita por excelencia, aunque se ve exageradamente perjudicada por su poca vitalidad y capacidad defensiva. Pese a contar con varias habilidades de escape como son características en la clase, el enfrentamiento contra hordas en solitario se termina convirtiendo más en un ejercicio de kiteo que en un combate real, y aunque lo compensan con bastantes ataques en área desde bien temprano, es sin duda la que más esfuerzo supone al jugar solo.
- Mago: esa clase que todos odiamos pero que todos acabamos jugando, siendo más débil que el pícaro, la posibilidad de atacar desde la distancia y el tener un daño ampliamente mayor que el pícaro convierte al mago en una mucho mejor opción para quienes disfruten del combate de posicionamiento más que del cuerpo a cuerpo. Sin embargo, en solitario se vuelve algo aburrida al solo tener que correr hacia un lado y hacer explotar todo, cosa que en compañía se torna excelente.
- Primalista: aka druida, es un “invocador” de bestias salvajes y el que más estilos distintos de combate ofrece, pudiendo centrarnos tanto en la hechicería como en el combate a puños, o zarpas, o, bueno, eso. Sin ser destacable en nada a mi parecer, me resulta más entretenida que el centinela debido a su punto extra de dificultad a la hora de deber confeccionarlo bien y la menor capacidad defensiva innata, más orientada la uso de bestias y hechizos.
- Acólito: sin ningún tipo de dudas la mejor a la vez que la más aburrida clase de Last Epoch. Escoger el nigromante en tu campaña es el equivalente a poner el lavavajillas: podrías fregar tú, pero mejor tener algo que lo haga por ti; pues con esta clase nos dedicaremos a invocar esqueletos y entes mientras nos hacemos a un lado y usamos hechizos de sangre puntuales por aparentar o combatimos contra el bichito valiente que crea que puede con nosotros. Es divertida, sí, pero si buscas algo de dificultad huye de esta clase o ponte tú mismo tantas limitaciones como se te ocurran.
En cuanto a combate y caracterización, vemos que están creadas con cariño por amantes del género, pues cada clase cumple con sus expectativas: el centinela se pondrá a hacer un 1 vs 2410 y tendrá altas posibilidades de ganar mientras que el acólito te invocará al antiguo ejército romano en cuestión de tres clics. Con ello logran generar una mayor implicación del jugador en el desarrollo de su personaje pues tiene la garantía de que aquellas decisiones que tome serán relevantes, pudiendo confeccionarte a tu gusto para llegar a ser la mejor versión posible de esa clase y encontrando diferencias notables si en otra partida decides tomar otro camino de maestrías. Pero si haces otra partida, recuerda, no escojas pícaro.
Un juego por y para fans
Si eres jugador de Diablo o similares y estás aquí, te encantará saber esto. Estoy seguro al 100% de que has entrado, como poco, una vez por jornada a la wiki del juego en internet, pues en Last Epoch tenemos la propia wiki dentro del juego, y son esta clase de detalles los que ayudan a que la comunidad que te molestas en crear te tenga un punto más de aprecio ya de primeras pues así su experiencia de juego es infinitamente más cómoda, y ojalá este sea un buen ejemplo para que el resto de juegos lo empleen.
Por otro lado, tienen en cuenta lo tedioso que es tener que vaciar loot cuando eres nivel 42 y los enemigos core de turno te dropean objetos básicos, por ello te permiten filtrar las recompensas recibidas, ojo, no digo que puedas elegir que te den mejores objetos ni mucho menos, pero sí que desaparecerán aquellas de calidad tan baja como tú la excluyas o simplemente aquellas que no sean de tu clase. Lo que sí dejarán siempre es oro, y con este podremos ampliar casi hasta el infinito el cofre donde almacenaremos todo el equipo que no llevemos encima, permitiéndonos no perder ningún objeto por falta de espacio o simplemente ahorrarnos el esfuerzo de decidir qué quedarnos y qué no. A esto hay que sumarle un sistema de crafteo casi sin límites, permitiéndonos obtener objetos únicos que incluso cambian el aspecto del personaje.
Bueno, bonito y barato
Que el juego es bueno y entretenido no me cansaré de decirlo, pero es que además tiene un precio magnífico por todo lo que ofrece (33,99 €) y un diseño más que a la altura: cada época (y sus distintos escenarios en el endgame) tendrá su ambientación de lo más característica y distinta al resto, incluyéndose en ello los enemigos que, aunque pecan de tener pocos diseños, cada uno está tratado de manera que aunque sea repetitivo al ver siete a la vez, sea único respecto al resto de tipos de enemigos que le acompañen. En diseño destacan los jefes, a los que nos iremos enfrentando constantemente desde el principio del juego y que ofrecerán un diseño dedicado y atractivo y que transmiten tanta épica como el isométrico permite.
Los escenarios, aunque básicos en las zonas “de transición”, están creados con cariño de manera que no genere sensación de monotonía, mientras que las boss fight emplean la misma base para desarrollarla con elementos, de nuevo, “épicos” dentro de la época en cuestión dando pie a combates dignos de dedicarles tu completa atención. Todo esto se ve complementado por una gran banda sonora con variaciones según la época en la que estemos en la que destacan las piezas de combate y a la que únicamente le puedo achacar, por buscarle pegas, la falta de doblaje (al inglés) más allá de frases básicas de NPC y las cinemáticas.
Conclusión
Last Epoch es sin duda un juego que merece la pena comprar, seas o no fan del género está diseñado de manera que hasta el más novato (como era yo) será capaz de comprender las mecánicas y mantener un aprendizaje constante gracias a una curva de dificultad llevada con excelencia.
Pero lo más destacable, sin duda, es que estoy seguro de que el ya buen endgame va a ir a mejor constantemente pues no solo es el mayor reclamo del juego, sino que cuenta con un equipo de desarrollo que piensa constantemente en su comunidad y no tengo ninguna duda de que nos escucharán de cara a nuevas implementaciones, cambios y mejoras.
En conclusión, os animo calurosamente a lanzaros a por Last Epoch a poco que tengáis un mínimo interés en él, pues os recompensará la inversión con horas de diversión en un juego hecho a fuego lento y con amor paterno.