![[Análisis] ONI: Road to be the Mightiest Oni [Análisis] ONI: Road to be the Mightiest Oni](https://gaminguardian.com/wp-content/uploads/2023/02/ONI-Road-to-be-the-Mightiest-Oni.jpg)
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Los que me conocéis por haberme leído anteriormente, sabéis sobradamente que soy un aficionado a las japonesadas, al nicho, a esos títulos experimentales y no tan experimentales que salen del país del Sol Naciente, pues mi curiosidad por Japón llegó hasta el punto de estudiar una carrera centrada en su idioma, cultura, costumbres, religión y mucho más. Así pues, ¿cómo iba a dejar pasar la oportunidad de probar ONI: Road to be the Mightiest Oni? En lo tocante al folclore, especialmente a la figura del Oni, pues mi trabajo de Fin de Grado, titulado “Genealogía del mal en Japón: historia, características y comparativas del oni”, pivotaba sobre esta criatura poniendo el foco tanto en su sentido social como en el propiamente mitológico. ¿Es tan interesante la historia de venganza de Kuuta como lo es la de los Oni que estudié en su momento? Bueno, no diría yo tanto… De hecho, soy incapaz de enmascarar mi decepción con esta, a priori, prometedora obra que ha demostrado ser una experiencia bastante mediocre y, en ocasiones, incluso molesta.
¿Momotaro el villano?
¿Conocéis la historia de Momotaro? Posiblemente, una de las historias ligadas al folclore popular de Japón más populares, una que además, ha servido para un sinfín de elementos transmedia en forma de animes o videojuegos. Ya sabéis, el niño criado por una pareja de ancianos que nace de un melocotón gigante y que, con el tiempo, crece y viaja hasta la isla de los Oni (Onigashima) para derrotarlos a todos y ayudar así a los oprimidos y asustados aldeanos.
El caso, es que Kenei Design ha decidido recuperar la historia de Momotaro para este videojuego, sin embargo, le han dado un giro de tuerca, pues en esta ocasión, lejos de ser el protagonista central de esta historia, Momotaro es representado como el antagonista a batir, un personaje que estaría a caballo entre un ser humano y un ente demoníaco que, tras acabar con todos los demonios, será el objetivo de Kuuta, un pequeño y regordete Oni menor que, junto a su compañero fantasmal Kazemaru, se adentrará en la isla Kisejima con la intención de entrenar y derrotar a Momotaro, una historia de venganza y superación en pos de convertirse en el Oni que venza al imbatible y despiadado Momotaro, es decir, el Oni más fuerte.
Hazte más fuerte… o perece en el intento
A nivel jugable, en ONI: Road to be the Mightiest Oni manejas tanto a Kuuta como a Kazemaru, y ambos deben complementarse con afán de superar todas las pruebas que la isla Kisejima tiene para ellos. Por un lado, Kuuta porta un mangual en vez de el típico kanabō de los Oni, que agita por aquí y por allá para asestar distintas sucesiones de golpes básicos a los enemigos alejado de complicados combos de botones. Después, una vez que el enemigo se ha llevado la paliza de su vida y cae al suelo, dejando entrever su alma, es la hora de manejar a Kazemaru y destruir el alma, puesto que es la forma de derrotar por completo a los rivales. Es posible, si hay varias almas juntas, presionar repetidamente el botón para cosecharlas todas ellas a la vez, a modo de simple combo.
Además de los ataques simples de nuestro Oni regordete, Kuuta también tiene movimientos especiales que se irán ganando con el paso del tiempo. Para empezar, el movimiento especial de Kuuta es la Invencibilidad, aunque es más bien una especie de invulnerabilidad temporal que se acompaña de una explosión de almas a su alrededor, repeliendo así a los enemigos haciéndote temporalmente invencible. Es especialmente útil en caso de que gran cantidad de enemigos intenten rodearnos, pues es la forma más rápida de alejarlos. Como digo, es posible desbloquear más movimientos especiales como la técnica Doppelganger, que le permite a Kuuta clonarse a sí mismo para ayudar en la batalla.
Kuuta se controla con el joystick izquierdo, mientras que Kazemaru se mueve manteniendo presionada la tecla R para controlarlo con el joystick derecho. Sin pulsar el botón R, el joystick derecho sirve para mover la cámara. Kazemaru no siempre tiene que estar cerca de Kuuta porque puede vagar solo a nuestra voluntad. Por otro lado, el espíritu tiene su propio medidor de resistencia, donde con suficiente resistencia, también puede extraer el alma del enemigo. Es importante vigilar dicho medidor para que pueda usar sus habilidades. Por supuesto, esto puede sonar algo lioso de primeras, y es verdad que esto puede derivar en alguna que otra confusión de botones de vez en cuando, pero con los tutoriales iniciales y algo de tiempo, es posible adaptarse con rapidez a esta curiosa dupla, ya que la ubicación de los controles para manejarlos es cómoda e intuitiva.
El mayor problema de ONI: Road to be the Mightiest Oni es su forma de presentar su aventura. Isla Kisejima está dividida en tres grandes áreas con varios desafíos cada una, desde luchar contra enemigos hasta misiones de escolta. Así pues, la mayor parte del gameplay gira en torno a la progresión cerrada mediante gran cantidad de muros invisibles en esta pequeña isla, ofreciendo una suerte de sensación de apertura inicial que queda cercenada rápidamente. Además, no hay libertad alguna, pues además de estos límites debes ir haciendo misiones de forma ordenada. ¿Quieres llegar hasta una misión de enfrentamiento contra el jefe de turno tras completar varios desafíos menores? De acuerdo, pero antes, date un buen paseo por los límites permitidos y consigue recolectar un buen puñado de espíritus a depositar en una estatua para conseguir un cuarto de corazón, repite hasta lograr dos o tres corazones completos, y entonces, estarás listo para afrontar el desafío. Por algún motivo, Kuuta es demasiado lento al moverse, lo cual, convierte esta tediosa tarea de obligado cumplimiento en un completo coñazo.
Dicho esto, mientras recolectas espíritus (que además tienes que hacerlo uno por uno) es posible que emerja y te persiga el bueno de Kuron, el Guardián de la Oscuridad, un incansable y enorme acosador que no te dejará en paz hasta que hayas llegado a la zona central para entregar el espíritu. Esto añade algo de variedad e intenta mantenerte alerta, pero claro, incluso así no es sencillo de conseguir cuando estás llevando a cabo una tarea tan anodina. Por último, comentar que es recomendable recolectar la miríada de setas que hay dispersas por la isla, ya que actúan como moneda del juego para comprarle a Zenisuke diversos artículos como armas o mejoras en la vestimenta. Asimismo, tened en cuenta que el stock del comerciante irá in crescendo conforme vayamos ganando acceso a más partes de la isla.
Irregularidad y extrañeza a partes iguales
Visualmente, es innegable que el título de Clouded Leopard Entertainment Inc. y KENEI DESIGN entra rápidamente por los ojos, gracias a ese estilo cel-shading tan marcado que a alguno podría recordarle al magnífico The Legend of Zelda: Breath of the Wild, aunque con las carencias propias de un estudio con un presupuesto mucho menor al de La Gran N. En cuanto a los personajes, sobresale el trabajo de Satoshi Matsuura, con ese estilo artístico tan peculiar que dota de un estilo infantil al resultado, dejando un producto que en ocasiones, pareciese un cuento infantil animado, algo que va íntimamente a esa naturaleza de cuento de la propia historia de Momotaro.
Con ONI: Road to be the Mightiest Oni he vivido una sensación irritable con su “selección musical”, y es que, hay una tema que se reproduce en bucle de forma constante mientras vas paseando por la isla, lo cual, hace que rápidamente se vuelva un suplicio escuchar esa maldita canción con voz. Ojo, no es que la banda sonora sea mala, es correcta, pero entre las repeticiones y que por algún extraño motivo las canciones casan demasiado bien con las diferentes situaciones que vamos viviendo, no tarda en pasarte por la cabeza la idea de silenciar el audio. Total, tampoco es que vayas a perderte demasiado… ¡Ah!, las voces de los personajes se traducen en sonidos, algo similar a Splatoon o Animal Crossing. Por cierto, el juego cuenta con traducción al español, lo cual es genial, pero hay cosas sin traducir por aquí y por allá.
En cuanto a rendimiento, el juego no está exento de problemas, con caídas en la velocidad de fotogramas frecuentes, especialmente cuando en las batallas se juntan varios enemigos, o cuando usas la habilidad de liberar varias almas de demonios en secuencia, realizando un combo con Kazemaru. Estas imperfecciones se acusan especialmente si uno tiene en cuenta que es un juego ya de por si lento, tanto al mover a los personajes como al mover la cámara, que tampoco es que esté especialmente fina. Sí, el juego tiene guardado automático y se ejecuta con frecuencia, por lo que incluso ante problemas mayores como un crasheo estaríamos más o menos a salvo, pero eso no implica que la experiencia no se vea mancillada por la suma de todo esto.
Conclusión
ONI: Road to be the Mightiest Oni era, al menos en papel, una idea interesante que apostaba por reinventar la historia de Momotaro. No obstante, los problemas de rendimiento y planteamiento que arrastra, lo hacen un título complicado de recomendar, al menos en estos momentos. A pesar de ser un título correcto en lo jugable y en su presentación visual, esta experiencia tiene inconvenientes fatales en términos de rendimiento, especialmente en la versión de Nintendo Switch, pues desconozco si en PlayStation y PC sea igual. Por último, sabed que el juego no es excesivamente largo (para bien o para mal), pudiendo completarse en unas 10 o 12 horas, aproximadamente.
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Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.