Sé Predator
Es indudable que el poder de una licencia facilita mucho las cosas a la hora de avanzar en cualquiera de las fases de desarrollo de un producto. Así, con el jugoso poder que posee el cazador extraterrestre, cabe esperar que salten a la palestra multitud de modos de juego y diversas fórmulas de completar la jugabilidad en tanto en cuanto se prescinde, por razones obvias, del gasto de tiempo que se produce en plasmar el desarrollo del núcleo argumental o los protagonistas que lo conforman.
Lamentablemente, la primera de las pegas a la hora de hablar de Predator: Hunting Grounds es que precisamente esto parece no haber afectado positivamente a la cantidad de formas de ofrecerse al público, ya que únicamente podremos disfrutar del juego en versión multijugador, más allá del tutorial, obviamente. Tutorial que, para más señas, únicamente nos enseña las bondades de Predator. No sé explicarlo, pero es como si todo el juego estuviera incompleto. A todos los niveles. Y es duro comenzar el análisis así pero es que no hay mejor manera de afrontar las sensaciones que transmite esta propuesta que haciendo un ejercicio de realidad desde el comienzo.
Como decíamos, sólo tendremos acceso, a nivel de modos, a partidas multijugador tanto privadas, como públicas. Las partidas tendrán la estructura de 1vs4, en un todos contra Predator pero que en realidad no lo es tanto, dado que el equipo más numeroso, conformado por soldados de élite, tendrá una serie de objetivos adicionales que cumplir que determinarán el éxito o el fracaso de la partida y que veremos más adelante. Y ya. No existe modo para un jugador, ni diferentes variantes de juego. Todos contra Predator o, mejor dicho, evitar que éste les masacre mientras cumplen los objetivos de la misión. No hay más donde rascar. En el papel del Depredador, tampoco hay más. Mátalos a todos antes de que cumplan con éxito la misión y Pequod…digo…el helicóptero los rescate, empleando las habilidades propias del cazador, como invisibilidad o visión infrarroja.
La paupérrima oferta de modos de juego se completa con una tienda de corte gacha en la que, empleando la moneda del juego, desbloquearemos configuraciones estéticas para nuestro protagonista, en cualquiera de sus dos versiones, así como armas y otros complementos que varían en cuanto a rareza, de forma aleatoria.
‘Hunt or Be Hunted’
La jugabilidad está diferenciada en base al equipo al que queramos apoyar. Si decidimos ser los soldados, como ya hemos mencionado, formaremos escuadra con otros tres jugadores, y tras un briefing inicial con los objetivos de la misión y un salto a la misma que intenta ser épico pero que a nivel personal me ha parecido cuanto menos hilarante, tendremos frente a nosotros el enésimo shooter en primera persona que llevamos viendo desde el arranque de la generación PS360, que no hace mal nada, pero que ya está tan trilladísimo que sin una pizca de inventiva no se puede aplaudir bajo ningún concepto. En el papel de Predator, la fórmula cambia a la tercera persona, que peca de ser tan ramplona como su vertiente en primera, no destacando en el aspecto jugable en nada, ni para bien, ni para mal. Ser el cazador mola, es evidente, pero el problema es que a las pocas partidas ya no nos hará tanta gracia. Lo que sí son graciosos, en el más negro de los sentidos del humor, son los tiempos de espera para encontrar partidas, donde en ocasiones hemos llegado a esperar la friolera de 10 minutos, como podréis ver en el gameplay de más adelante.
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La friolera de los 3 mapas que forman parte de Predator: Hunting Grounds tampoco ayudan a engrandecer una experiencia que a las pocas horas ya habremos recorrido de pe a pa. Es loable, eso sí, el intento de añadir varias tipologías en los objetivos de las misiones del comando de élite, pero de nuevo nos encontramos ante que, no sabemos si por la similitud y escasez de los mapas o por la falta de formas en las que interactuar para con los objetos ingame, parece que siempre hacemos lo mismo. Cierto, se me olvidaba mencionar que podremos sumar puntos en las misiones derrotando a enemigos colocados por la IA que tratarán de evitar, junto a Predator, que completemos con éxito nuestro propósito selvático, y si se me había pasado hasta ahora, os podéis imaginar los problemas a los que nos someten dichos enemigos de la máquina, cayendo todo el peso de la posible dificultad de la tarea en lo bueno que sea el jugador que controla al Yautja.
Completando partidas podremos obtener puntos que canjear por lootboxes en la tienda gacha que presentamos antes, lo que ayuda a que no todo el mundo vaya siempre con la misma configuración de armas y accesorios. De la misma manera, con la experiencia en ambos papeles accederemos a diferentes armas o artilugios en el caso de Predator o a diferentes clases en la variante militar, que tratan de variar y extender una fórmula que por su naturaleza no da mucho de sí, lastimosamente.
La vida en la selva
A nivel artístico tampoco vamos a encontrar un dechado de virtudes en Predator: Hunting Grounds. Los 3 mapas (es que cada vez que lo pienso…) que conforman el juego mantienen una paleta de colores muy similar entre ellos, y a nivel de diseño cumplen su objetivo, sin más. Las diferentes superficies se distinguen con relativa facilidad, aunque a la vista chocan algunas texturas propias de una generación anterior, destacando en lo negativo la representación del agua.
Continuando a nivel visual, el modelado de los personajes es efectista, incluso “bonito” (se me entienda) en el caso del Depredador, como no podía ser de otra manera a tenor del protagonismo del mismo en su propio juego. Es en cuanto a animaciones donde a Predator le faltan tantas como modos de juego. La idea del desplazamiento acechando a los jugadores desde diversas alturas realmente consigue su cometido, pero ver saltar al cazador como si fuera un fardo de heno clama al cielo, en un efecto realmente cutre. Como indicábamos en el apartado relativo a los modos de juego, aquí también parece que ha quedado trabajo por hacer, como si estuviera hecho a medias. En cuanto al HUD, nada que reprocharle, sobretodo teniendo en cuenta que pese a no ser un derroche de originalidad, sí sabe mostrar de forma clara todas las armas, artilugios o habilidades a las que tendremos acceso.
En el aspecto sonoro, encontramos el juego traducido, lo que es de agradecer, pero sí se advierten ciertos desfases entre voz y subtítulos. La selva podría estar más viva, pero ya sería demasiado pedir, viendo lo visto.
Nuestro recorrido por Predator: Hunting Grounds
Por si tenéis alguna duda con respecto a lo que os hemos ido comentando durante el análisis, os dejamos una playlist (en formato sin comentar) con una selección de partidas en ambos bandos, así como un vistazo al tutorial o a la tienda gacha dentro del juego.
Conclusiones
Predator: Hunting Grounds parece ofrecerse más como un free-to-play con visos de mejora en base al apoyo de la gente que realmente como lo que es, un juego cuyo precio asciende a 40 euros. Falto de contenido, no destaca en nada jugablemente, ni tampoco a nivel visual, donde ciertas animaciones y efectos están completamente desfasados, lo que hace imposible recomendarlo más allá de los fans más absolutos del personaje de Predator o de los juegos multijugador online, y aún así, probablemente encontrarían razones para no invertir el dinero que cuesta el juego en el estado en el que se encuentra en este momento, o mejor dicho, tendrían escasas virtudes a las que agarrarse para defender su compra.