Fecha de Lanzamiento
04/05/2023
Distribuidora
Cococumber
Plataformas
Xbox Series, Xbox One y PC
Versión Analizada
Windows
La influencia es una parte fundamental del proceso de creación de obras culturales, lo que permite tomar ideas de cualquier fuente para utilizarlas en un nuevo proyecto. Sin la influencia y la intertextualidad no se podría entender ni la cultura audiovisual moderna ni el desarrollo de esta, pues no hay ningún artista ni ningún estudio que no se haya visto inspirado por otras obras. En el caso de los videojuegos esto es más que evidente: desde su creación, los videojuegos han usado la adaptación como una forma de atraer al gran público. Los videojuegos basados en películas, series y libros nacieron con este propósito, y aunque su calidad ha variado con el paso de los años, nunca se han dejado de producir títulos de este tipo. Quizá los ejemplos más interesantes son aquellos que, sin esconder su principal inspiración, consiguen crear obras completamente nuevas y llamativas, que a primera vista parecen ser totalmente originales. A la cabeza se me viene el ejemplo de Devil May Cry, que supone un interesante juego de deconstrucción de la Divina Comedia, o la serie Alice, que ofrece un retrato frío y violento de la mítica historia Alicia en el País de las Maravillas.

Precisamente esta última obra ha sido la influencia principal detrás del juego del que hoy vengo a hablaros. Y es que la obra de Lewis Carroll ha sido tan importante que ha servido como inspiración a una infinidad de obras posteriores, tanto en forma de películas como de videojuegos. El estudio canadiense Cococumber, conocido por su trabajo en el sorprendente y carismático Echo Generation, ha utilizado como base esta historia para construir su nuevo título, Ravenlok, que llega ahora a dispositivos Xbox y a PC para sorprender a propios y extraños con una aventura de acción y rol cargada de un cierto componente épico. ¿Estará el juego a la altura de las expectativas? ¡Veámoslo en el análisis completo, que podéis leer a continuación!

 

Bienvenida a Dunia, pequeña

La historia de Ravenlok nos pone en la piel de la pequeña niña quien, tras mudarse junto a sus padres a una casa en el campo, acaba descubriendo en un espejo la existencia de un portal al misterioso y mágico mundo de Dunia. Como os podréis imaginar, no es precisamente la paz lo que reina en este lugar: el caos campa a sus anchas, y parece ser que la joven protagonista es la heroína que los habitantes del lugar estaban esperando. Finn, un simpático y parlanchín conejo, informa a nuestra guerrera en ciernes de la situación del mundo y de su posible destino, por lo que, escudo y espada en mano, tendrá que derrotar a la malvada reina que aterroriza el lugar. Como podéis observar, la trama se plantea como una interesante alteración en tono épico de la clásica historia de Carroll, aunque no es la única obra que influye en este juego: desde Ghibli hasta Disney, hay un gran número de historias que han servido a la hora de construir la trama del juego. Su condición de pastiche hace que la historia no termine de enganchar del todo, pues no va más allá de los clichés y solo se centra en presentar una historia poco creativa que no aprovecha las interesantes ideas que pone en un principio sobre la mesa.

El casting de personajes que van surgiendo a lo largo de nuestra travesía es variado, siendo algunos de estos representaciones más o menos fieles de los protagonistas de Alicia en el País de las Maravillas, pero siento que los personajes podrían haber dado mucho más de si. A fin de cuentas, la duración del juego no daba para mucho desarrollo de personajes: en solo unas 3 horas podremos completar el título, lo que se siente extremadamente corto. La narrativa es, en definitiva, sencilla y poco sorprendente, lo que no la hace desechable en sí… Pero tampoco la hace memorable. ¡Ah, y se hecha en falta una traducción al español!

 

Forjando una aventura a base de espadazos

A nivel jugable nos encontramos una aventura de acción con tintes de rol en la que tendremos que ir derrotando a los enemigos a base de espadazos mientras avanzamos por los misteriosos lugares que oculta Dunia. El juego bebe de juegos tales como The Legend of Zelda o Dark Souls, pero las comparaciones son odiosas: frente al cuidado diseño de niveles y al control tan pulido de estas sagas, aquí encontramos un conjunto de niveles poco llamativos que no presentan nada especialmente original o creativo. Esto hace que el ritmo del juego se resienta bastante, pues no solo los niveles están mal equilibrados entre sí, si no que los puzles que plantea el juego son muy poco interesantes. De hecho, el inicio del juego es uno de los puntos más flojos de todo el juego, lo que es absolutamente incomprensible: en vez de mostrarnos los puntos más divertidos del juego para atrapar la atención del espectador, el juego propone un conjunto de misiones que nos llevarán a hacer de recadero mientras tenemos un movimiento limitado.

Por otro lado, el sistema de combate sí que funciona bien, proponiendo un esquema sencillo de aprender que bebe de un sistema de progresión intuitivo, lo que nos permitirá disfrutar de lo lindo de sus interminables batallas. Los combates contra los jefes finales son de lo mejorcito del juego, pues no solo presentan un aumento de la dificultad si no que permiten introducir un conjunto de ideas efectivas que llevan un paso adelante las mecánicas básicas del juego. Y en relación con la dificultad, cabe mencionar que no nos encontramos ante un juego especialmente difícil, pues a poco que machaquemos el botón de ataque podremos acabar con cualquier enemigo que se nos ponga por delante. Un juego accesible que no dejará indiferente a nadie.

 

Vóxels y más vóxels

En lo visual, Ravenlok sorprende gratamente al proponer un estilo artístico rompedor basado en el uso de vóxels. Esto hace que el juego suponga un punto medio entre el pixel art y el arte 3D, lo que podría verse como algo extraño en otros juegos, pero aquí funciona a las mil maravillas. Los fondos de los escenarios están sorprendentemente detallados y presentan un uso del color orgánico y vistoso, y los modelos de los personajes son llamativos y están bien construidos. No hay nada que desentone en la estética del juego, que es una de las más creativas y originales que he visto en bastante tiempo. En lo técnico, el juego no decepciona: el rendimiento es excepcionalmente fluido, y no he encontrado ningún tipo de bug o problema reseñable… Más allá del funcionamiento de la cámara, que es irregular e impide, en ocasiones concretas, visualizar ciertos objetos o enemigos.

Por último, a nivel sonoro el juego cumple con creces al ofrecer una dirección de sonido eficaz (destacando el uso de ciertos efectos de sonido que ayudan a la inmersión) y una banda sonora original memorable y creativa, que no rompe con la estética del juego y que ayuda a potenciar algunos de los momentos más épicos y especiales del juego.

 

Conclusión: Una aventura sencilla que atrapa por su apartado visual

Ravenlok es un juego que tenía mucho potencial, pero que ha acabado convirtiéndose en un juego algo cliché que no innova en nada, más allá de en su apartado visual. Sin embargo, esto no lo convierte en un mal juego: su divertido sistema de combate, su escasa duración y su accesibilidad hacen que sea un juego de acción perfecto para los más jóvenes de la casa. Su apartado gráfico es de lo mejorcito que se ha visto en lo que llevamos de año, y su banda sonora musical cumple a la perfección. Un juego que podría ser mejor, pero que aún así es disfrutable.

Sinopsis
Tras encontrar un espejo mágico, Ravenlok se ve arrastrada a un mundo fantástico asolado por la siniestra oscuridad de una tiránica reina. Descubre qué les deparará el destino en esta conmovedora e inolvidable aventura.
Pros
Buen sistema de combate
Su apartado artístico y visual es maravilloso
Contras
La historia es poco interesante y no dura nada
La cámara funciona regular, fallando en ciertas ocasiones
Le falta una traducción al español
6.5
Aceptable

Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.