[Análisis] Smart10

[Análisis] Smart10

TIEMPO DE JUEGO
20-120 minutos
EDAD
14+
EDITORIAL
SD Games
LANZAMIENTO
2021
NÚMERO DE JUGADORES
2-8
DISEÑADOR
C. Reiser y A. Steinwender
GÉNERO
Trivial
En estas fechas tan señaladas con las fiestas navideñas ya abalanzándose sobre nosotros, vienen las inevitables visitas familiares, las quedadas con los amigos y, en definitiva, lo que equivale a gastar todos nuestros cartuchos sociales en apenas unos 15 o 20 días comprimidos entre finales de diciembre y principios de enero. Para algunos, esto es una alegría y una bendición, para otros, la desdicha personificada, pero en cualquier caso tanto si estás en un lado como en otro, sin duda son buenas fechas para intentar poner en común alguna que otra afición, ya que, así el tiempo pasará más rápido sin necesidad de conversaciones triviales e incómodas, ¿no? En este sentido, sería prudente ir desempolvando ese Monopoly o Trivial que tienes en el trastero, ya sabes, el de la estantería. Si eres jugón y disfrutar del hobby, entonces podrás saltarte ese paso. Es hora de sacar los party juegos, las propuestas más sociales que tengas en tu casa, esas que permiten jugar hasta 7 u 8 personas y que, generalmente, ven poca mesa porque conseguir juntar a tantos personas con responsabilidades a la vez en una misma mesa, se antoja complicado en cualquier otro momento del año.

En esta tesitura, es especialmente interesante el juego que protagoniza este texto, Smart10, una clásica propuesta de preguntas y respuestas distribuida por SD Games en nuestro país y diseñada por la dupla Christoph Reiser y Arno Steinwender, que básicamente viene a darle un pequeño giro de tuerca a la clásica mecánica del Trivial que todos sobradamente conocemos. ¿Las diferencias en relación al propio Trivial? Bueno, se abandona el tablero y los quesitos por una propuesta mucho más transportable y rápida de jugar, entre otras cosas, porque es mucho más directa, no hay necesidad de esperar por las tiradas de otros jugadores.

 

Componentes

Normalmente sabéis que acostumbro a comenzar mis reseñas de juegos de mesa hablando de los componentes del mismo, entre otras cosas, porque es lo primero que uno ve al abrir la caja, independientemente de que se haya leído las reglas de antemano o no, es decir, son estímulos visuales, algo primario que poco tiene que ver con conocer o no el juego que tienes ante ti. La cosa… es que Smart10 no tiene muchos componentes, de hecho, aparte del reglamento, el cajote de plástico con los marcadores, y el grueso de cien tarjetas que componen el elemento jugable, no hay nada más, solamente la caja de cartón en la que viene esto. Y es que, aunque igual algunos echan de menos algo más de chicha, este es uno de los puntos destacables de la propuesta de Smart10, que es mucho más manejable y transportable al no disponer más que de un único elemento para jugar (una vez ensamblados los marcadores e introducidas las tarjetas), lo cual hace que sea fácil llevárselo de un sitio a otro, de hecho, si prescindes de la caja de cartón, la caja de Smart10 ocupa apenas la mitad del tamaño de la caja.

El principal elemento diferenciador de Smart10 es su caja de plástico robusta, construida en naranja y negro, con sus marcadores de puntos que se suben y bajan mediante unas ruedecitas. A la caja, se le acoplan los diez marcadores de respuesta y, a su vez, extrayendo la tapita de la misma, permite introducir las cien cartas con sus correspondientes preguntas y respuestas, que además son a doble cara, por lo que a la postre, tienes cien tarjetas pero doscientas preguntas y respuestas, lo que ayudará a dar más variedad y rejugabilidad a la propuesta, aunque a la larga y, como suele pasar en este tipo de juegos, puedas llegar a memorizar unas cuantas respuestas. Incluso en ese aspecto, con Smart10 esto sería más complicado que en un Trivial, ya que hay diez respuestas a cada tarjeta.

¿Qué más puedo decir llegados a este punto? No hay nada que añadir. Quizás, si tuviese que añadir algún punto negativo relacionado con la caja, diría que las ruedas de los contadores de puntos de victoria están un poco duros, al igual que los marcadores, que a veces salen con mayor facilidad y otras veces con menos, por lo que si decidís sacarlo en Navidad para jugar con la familia, igual tenéis que ocuparos vosotros de sacar los marcadores y ponerle los puntos a la abuela. Dicho esto y, conociendo la naturaleza del juego, entiendo que me excusaréis si, en esta ocasión, acompaño el análisis de menos fotografías de las habituales, ya que lo único que conseguiría con eso es spoilearos respuestas a preguntas y por ende, fastidiaros la experiencia de poner en práctica vuestros conocimientos en las distintas preguntas del juego.

En cualquier caso y como siempre, os dejo una lista completa a modo de referencia para que sepáis qué vais a encontrar en el juego:

  • Caja de Smart
  • Diez marcadores de respuesta
  • Cien tarjetas a doble cara
  • Reglamento

 

Objetivo del juego

En turnos consecutivos cada jugador deberá tratar de responder correctamente a una pregunta. Si acierta, recibe puntos, pero si no logra guardar sus puntos a tiempo, podrá perderlos. Cuando alguien alcance 30 puntos o más, la partida finaliza y quien tenga más puntos gana.

 

Un sistema clásico, pero a la vez diferente

Smart10 es un juego que se siente muy familiar, pero a la vez, le da su propio giro al habitual sistema Trivial para imprimir su propio sello, uno que de hecho, ha debido de convencer a muchos jugadores en vista de que el juego ya tiene unas cuantas versiones (comidas y bebidas, viajes, historia, etc.) amén de una colaboración con Harry Potter, que dispone de su propio Smart10 de preguntas sobre la serie, un regalo original para los Potter Fans (sí, todos conocemos a alguno). En cuanto al grueso de las preguntas, el juego original es mucho más general, presentando un poco de todo, pero ya entraré en más detalles en párrafos posteriores. Por ahora, vamos a ver cómo funciona el juego, ¿os parece?

Un jugador inicial comienza leyendo la pregunta de la tarjeta y será el primero en poder responder en voz alta entre las diez opciones presentadas en la misma. Después, le pasará la caja Smart al siguiente jugador que hará lo propio, y así se seguirá jugando hasta que se hayan contestado las diez respuestas o, en su defecto, alguien haya decidido pasar, bien porque no se sabía ninguna de las respuestas, o bien porque las dudas le impedían estar del todo seguro y por ende, decidió acogerse a la seguridad de no jugársela. Si aciertas, te quedas con el marcador de la respuesta acertada, pero si fallas, te verás obligado a retirarte de esa ronda, no pudiendo volver a responder y, como penalización, perderás los marcadores que hayas conseguido en los aciertos previos de dicha tarjeta. Ya va sonando mejor lo de pasar, ¿no? Como dice el refrán: «Mejor pájaro en mano que ciento volando».

Así pues, una vez que todas las respuestas hayan sido respondidas o ningún jugador quiera o pueda seguir participando en la ronda (bien por fallo o por pasar), se suman los puntos en el marcador de la caja en base a los marcadores que cada jugador ha logrado en esa ronda. A continuación, toca volver a poner los marcadores en la caja y cambiar a la siguiente preguntando, preparándose así para dar inicio a una nueva ronda. Las preguntas pueden ser de distintos tipos: verdadero o falso, adivinar un número o fecha, ordenar diversos elementos de mayor a menor, adivinar un color, o las favoritas de todos, las libres, esas en las que tú debes adivinar directamente lo que se te pregunta sin ofrecerte opciones. Una vez que alguien a nivel individual o como grupo, consiga llegar a los treinta puntos, la partida se termina y el que tenga más puntos se coronará como ganador.

 

Escalabilidad

Pues, lo normal sería pensar que, como cualquier party juego, a mayor número de jugadores mejor, ¿no? Bueno… no del todo. A dos me costaría recomendarlo, pues se volvería una competición algo monótona en la que, además, apenas saldrían preguntas a la palestra. Opino que su número idóneo sería a cuatro o tres, ¿por qué? Bueno, hay más movimiento y por ende más tarjetas, además tiene algo más de tiempo para pensar y, huelga decirlo, es mucho más divertido competir contra más de una persona. ¿Se puede jugar a más de cuatro? Sí, Smart10 puede ser jugado por hasta ocho personas, pero si se diese ese hipotético escenario, lo más natural sería hacer parejas, ya que, si bien es fácil solventar el hecho de que la caja Smart solamente tenga cuatro contadores de puntos de victoria añadiendo lápiz y papel para apuntar los puntos, una partida a ocho personas que juegan de forma individual se extendería demasiado en el tiempo, además de que, al disponer cada tarjeta de diez respuestas, apenas podrías contentar a más de una pregunta por ronda en la mayoría de ocasiones. Es por eso que, pese a ser posible, personalmente me parecería absurdo jugar a más de cuatro personas sin hacer equipos, siempre y cuando no seáis impares, entonces… bueno, no quedará de otra.

Igualmente y como información relevante, especialmente de cara a hacer partidas más ligeras, el reglamento contempla que se sustituya el límite de treinta puntos a solamente quince, con afán de agilizar el proceso de llegar al final de partida. Esto es especialmente relevante a partidas con gran número de jugadores, ya que puede hacer que una partida de dos horas pase a ser de una.

 

Conclusión

Llegados a este punto, no hay mucho más que decir sobre Smart10. Utilizando las bases de la clásica mecánica del Trivial, ofrece una experiencia similar pero a la vez diferente que, prescinde del tablero y los quesitos, ofreciendo una alternativa mucho más transportable y rápida de jugar. A algunos, les parece más apetecible esta forma de jugar a las preguntas y las respuestas, mientras a que otros, posiblemente les siga pareciendo mejor la propuesta más clásica o algún otro sucedáneo, sea como fuere, queda claro desde el principio qué es lo que Smart10 propone a los jugadores.

Por todo lo expuesto, desde aquí otorgamos un Meeple Plata/Meeple Caballero a Smart10.

 

(Si queréis conocer nuestra forma de valorar juegos de mesa, os dejamos aquí un enlace a nuestra política de reviews para comprender nuestro sencillo sistema de meeples)

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.