[Análisis] Sphinx and the Cursed Mummy 

[Análisis] Sphinx and the Cursed Mummy 

Lanzado por primera vez en GameCube, PlayStation 2 y Xbox en 2003, Sphinx and the Cursed Mummy, es un juego que encantó a los niños y jóvenes de aquella época. Su inspiración en la mitología egipcia, su exploración e incluso su humor fueron elementos que lo hicieron destacar por encima de otros juegos que aparecieron en dichas plataformas. Ahora bien, ser un buen juego no te garantiza ser un gran éxito y es así que pese a ser recordado con cariño, no se supo nada más sobre Sphinx and the Cursed Mummy durante mucho, mucho tiempo. El juego ha vuelto y ahora podemos disfrutar en Nintendo Switch de un título que en su día llegó a ser comparado con The Legend of Zelda.

Un Egipto místico

Nuestra historia inicia con Sphinx, un joven y valiente guerrero que es enviado a recuperar una legendaria espada en uno de los lugares más peligrosos de Egipto. Pese a su valor y voluntad de ayudar a los demás tiene fama de ser un poco torpe e inocente, pero es precisamente eso lo que le llevará a vivir una gran aventura que incluirá traición, dioses, antiguas maldiciones e incluso un faraón.

En paralelo a la historia de nuestro héroe transcurre otra, una un poco más alegre y en apariencia carente de preocupación. Un joven faraón se encuentra a punto de celebrar su cumpleaños junto a su familia en palacio si saber que pronto su vida cambiará para siempre por culpa de un complot en su contra. En algún punto de nuestro recorrido, ambas historias se entrelazarán y tendremos una aventura de mucha calidad, humor y sorpresas inesperadas.

Todo esto con la mágica aura del Antiguo Egipto. Sí, el juego se toma muchas licencias en cuanto a la mitología egipcia y mezcla algunas deidades y épocas, pero esto no es un juego que busque ser históricamente correcto y por eso se lo podemos perdonar. Después de todo, ese gran contexto del que goza es parte de su encanto.

Dos perspectivas

Una de las cosas que convierten a Sphinx and the Cursed Mummy en un juego particular es el hecho de mezclar dos historias en paralelo. Por un lado está el héroe cuyo nombre da título a esta aventura y por el otro tenemos al príncipe, un gobernante joven venido a menos por culpa de un gran complot por parte de entidades muy poderosas en su contra. Quizá en pleno 2019 no parezca la gran cosa, pero debemos tener en cuenta que el juego vio la luz en 2003, una época en la que esto aún era poco común y rara vez lograba hacerse bien (Resident Evil 2 es un buen ejemplo de trabajo bien hecho).

Como es de esperar, la jugabilidad también cambia dependiendo del personaje que tengamos bajo nuestro control. Sphinx, como guerrero valiente que es puede blandir una espada, utilizar escudos, correr, nadar, valerse de magia e invocaciones para seguir adelante. El joven faraón por su parte es bueno para escalar, ocultarse, descubrir pasajes ocultos, sus escenarios estarán llenos de mecánicas de puzles o trampas que requerirán de nuestro ingenio para ser superadas. En ambos casos, la dificultad existe, pero no es exagerada ni demasiado elevada, solo nos contará un par de intentos más de lo previsto.

Y si en algún momento nos queremos desviar de la historia principal nos están esperando misiones secundarias, tesoros ocultos, minijuegos e incluso un bestiario para completar.

Eso sí, en muchas ocasiones el juego nos dará un objetivo pero no nos brindará ninguna pista o ayuda sobre lo que tenemos que hacer. Así que nos tocará visitar multitud de escenarios, hablar con toda la gente que podamos, ir de un lado a otro y explorar hasta dar con una respuesta. Puede que para quienes han crecido con The Legend of Zelda o jugasen a la primera versión de este juego no suponga ningún problema, pero en pleno 2018 es una barrera importante para las nuevas generaciones. 

Como punto negativo, el sistema de guardado es un poco anacrónico y aunque en principio tenemos tres slots para guardado, no se nos permite escoger ninguno. Además, debemos tener mucho cuidado con el guardado automático, perdimos nuestra primera partida por culpa de fallos y pulsar “Nueva Partida” en lugar de “Cargar partida”. Hacer esto sobrescribirá todos los datos, incluso si tras darte cuenta de tu error cierras la aplicación.

En su día Sphinx and the Cursed Mummy no fue el juego más puntero en cuanto a gráficos y tenemos que estar agradecidos por ello. El estilo visual del juego ha envejecido muy bien si tenemos en cuenta que muchos grandes títulos de aquella época como Star Wars Jedi Knight: Jedi Academy, Max Payne 2 o GTA 3 (grandes exponentes gráficos en su día) se han quedado obsoletos en este apartado. La versión para Nintendo Switch sigue teniendo las mismas bases con algún retoque en cuanto a distancia de dibujado, iluminación y sombras, pero dentro de lo que cabe puede pasar por un juego actual.

En lo que al sonido respecta se han quedado a medio camino. La música que acompaña al juego es maravillosa y encaja muy bien con todo lo que vivimos en nuestra aventura, pero los sonidos y la falta de voces hacen que en muchas ocasiones todo se sienta vacío y carente de vida (mención especial a las zonas que son dunas o ciudades que deberían rebosar vida y conversaciones cotidianas).

 

Conclusiones

Sphinx and the Cursed Mummy es un juego que formó parte de la infancia de muchos y vuelve para el regocijo de quienes lo echábamos de menos. El salto a la consola de Nintendo le sienta realmente bien, y aunque es posible que a día de hoy muchas de sus mecánicas y su historia no logren captar la atención del público más joven, se merece una oportunidad. Puedes obtenerlo en formato digital mediante la Nintendo eShop a un precio de 29.99 euros.