Pocas veces las compañías de videojuegos cambian la esencia y el tono de sus sagas principales de forma exagerada, y cuando se han dado casos de este tipo los resultados han sido… Bueno, llamativos. Con esto hago referencia a juegos en los que el tono (sea serio o infantil) de la serie se cambia por uno que busca apelar a un público, digamos, adolescente, con un gusto por las armas y la violencia bastante notable e incluso con un interés marcado por bandas del estilo de Linkin Park o Limp Bizkit (recordad este nombre, hacedme caso). Ojo, no me quiero decir que la calidad de los productos sea mala, pues estos pueden ser muy buenos (o no serlos). Pero creo que estaréis de acuerdo conmigo en que juegos como Mario Strikers o Shadow the Hedgehog llegaron a destacar más por sus secuencias o por lo fuera de lugar que podían llegar a estar (¿Shadow disparando a soldados enemigos? ¿Waluigi señalandose las partes mientras celebra un gol?) Y mientras que Final Fantasy había tenido rocecitos con este tipo de juegos (cuidado ahí con Dirge of Cerberus o el propio Final Fantasy VIII), la serie nunca había llegado a estos extremos… Hasta el día de hoy. Dicho esto, es todo un placer poder hablaros de Stranger of Paradise: Final Fantasy Origins, la nueva entrega de la serie desarrollado por el Team Ninja (aclamado estudio conocido por su labor en las franquicias Ninja Gaiden y Nioh) en colaboración con el equipo de Tetsuya Nomura, mente creativa detrás de series como Kingdom Hearts o The World Ends With You (cuya última entrega fue lanzada el año pasado, pudiendo leer su respectivo análisis aquí). El estilo tan personal de Nomura, unido al rigor jugable del Team Ninja y al tan llamativo estilo de este juego hicieron que, desde su anuncio en el pasado E3, muchos se echaran las manos a la cabeza pensando que sería un estruendoso fracaso. Un Final Fantasy que mezcla elementos de toda la serie al mismo tiempo que recupera la historia del primer título de la serie, ¿Qué podría salir mal? Mucho, si hacemos caso a las redes sociales. Pero todo el odio que surgió desde el primer momento se ha ido disipando con el lanzamiento de los tráilers posteriores. ¿Caos? ¿Un reactor de Final Fantasy VII? ¿¡FRANK SINATRA!? El odio dio paso a la curiosidad, y la curiosidad a los memes. Y desde Metal Gear Rising: Revengeance no veía un nivel tan alto de empeño en los memes, que han llegado a unir a toda una comunidad. Es muy difícil explicar con detalle cómo es este juego, pero voy a intentarlo. Si queréis conocer qué tal está el juego, cuales son mis impresiones de su historia, su jugabilidad y diseño o de su apartado técnico, y si merece la pena echarle el guante… ¡Mirad el análisis completo, que podéis leer a continuación, Kupóh!
¡Es hora de matar a Caos!
En Stranger of Paradise: Final Fantasy Origins controlamos a Jack, un guerrero marcado por la sed de venganza y portador de un cristal oscuro que, en compañía de Jed y Ash, otros dos guerreros de los cristales, deciden ayudar al reino de Cornelia en su pequeño problema con la oscuridad. Y es que una terrible y malvada fuerza está azotando estas tierras, trayendo consigo la ruina y la desesperación de todo el mundo. Según la leyenda, sólo los Guerreros de la Luz invocados por los cristales podrán hacer frente a Caos, la entidad que se encuentra a cargo de este mal, y Jack y sus aliados parecen cumplir con los requisitos. Así, deberán unir fuerzas con otros aliados inesperados mientras recorren el continente para devolver la luz a los cristales y destruir el mal que asola al mundo. Partiendo de una premisa sencilla que no deja de ser una actualización de la del primer Final Fantasy, lo interesante de SoP (me niego a escribir el nombre entero) no es su historia en sí, si no lo absurdo y fascinante que es su mundo y el desarrollo de sus personajes. El melodrama de las entregas más recientes de la serie se pierde por completo, y aunque hay pequeños toques de acontecimientos dramáticos, lo que más encontramos en este título es… Humor involuntario, o por lo menos parece involuntario. Y ojo, que es que posiblemente es lo que salva al apartado narrativo del juego, dándole una perspectiva única que lo aleja de lo que podría haber llegado un juego convencional sin sustancia. Y es que seamos sinceros: hay que cambiar muchísimas cosas para que, a día de hoy, pueda llegar a hacerse interesante una trama como la del primer Final Fantasy, un título que mantenía los tropos clásicos de la narrativa fantástica al mismo tiempo que incluía elementos de la más pura ciencia ficción pero que carecía de “chicha”. No hay grandes personajes, ni grandes giros de guion. Está bien, y ya. Aquí se da algo muy distinto, y se nota la maestría del equipo de Nomura a la hora de dotar a los personajes de personalidad, haciéndolos más interesantes: Jack, a pesar de que en un principio parece ser menos interesante que una piedra en una montaña, acaba llegando a interesar por su nivel de locura y por las perlas que suelta. ¿Quién tiene la cara de callar a los jefazos a los que se va a enfrentar diciéndoles que “no les importa” quienes sean o que quieren? ¿¡QUIEN SE PONE A ESCUCHAR LIMP BIZKIT EN SU MÓVIL TRAS COMPLETAR UNA MAZMORRA Y DERROTAR A UN SEÑOR OSCURO!? Cuando lo veía, no podía creerlo. Y Jack es una especie de espiral que arrastra a cada una de las personas que se le acercan, alterando por completo el universo de un juego tan sencillo como lo era el del primer FF. Quizá el tono no guste a todos, con esa mezcla “edgy” y absurda, pero creedme que es un espectáculo que no os queréis perder.
Eso sí, no todo el tiempo es tan bizarro, y la trama llega a contar con momentos más íntimos y convencionales… Pero que no llegan a funcionar tan bien. Es innegable que el trabajo realizado en este título recuerda de una forma clara al del antes citado Metal Gear Rising, donde se daba un giro algo absurdo pero maravilloso a lo visto en la serie Metal Gear, y como en ese título aquí funciona bastante bien, siempre y cuando se juegue teniendo en cuenta de antemano el cambio de tono. En general he disfrutado de la trama, aunque no es especialmente profunda ni tiene el nivel de los grandes juegos de la serie. Está bien, divierte y cuenta con unos diálogos muy divertidos y unos personajes… Especiales, pero bien escritos a su propia manera. El universo que plantea es más interesante que el original, y está plagado de referencias al resto de la serie que los fans disfrutarán de lo lindo. Eso sí, la traducción del título es de las peores que nos ha entregado la serie en años, pues ninguna de las frases que encontramos está bien traducida o dice lo que el personaje está citando en el idioma original. Han traducido lo que les ha dado la gana en la mayoría de los casos, y el trabajo podría haber sido mucho mejor.
¿Qué clase elegirás para hacer frente a la oscuridad?
Siguiendo con el apartado jugable del título, nos encontramos un interesante planteamiento de niveles al presentar un enorme mapa del continente en el que podremos elegir que misión empezar. Aunque hay un orden lineal y claro, este planteamiento nos permite regresar a ciertos niveles para conseguir misiones secundarias, derrotar a jefes secretos o subir las clases de nivel, además de jugar nuevos niveles, lo que me ha gustado bastante. Una vez elegimos nivel nos encontraremos con escenarios amplios pero lineales, en los que deberemos ir derrotando enemigos para conseguir mejor equipo y experiencia y, así, avanzar hasta el jefe final del escenario. Aunque esto se puede llegar a hacer algo repetitivo, cada escenario cuenta con ciertas novedades y mecánicas que hacen que se puedan diferenciar claramente los unos de los otros, y en general el diseño de los niveles es bastante interesante, llamando en todo momento al jugador a explorar cada rincón y a derrotar a todos los enemigos posibles. Es decir, aquí la sensación de repetitividad no viene dada por la monotonía de los niveles, si no por el excesivo número de estos que encontramos (hay una buena cantidad, y completar el título puede llevar unas 15 horas) y por la forma en la que el mapa se acaba llenando de nuevas misiones localizadas en zonas que ya hemos visitado. Por ende, he de decir que encuentro que el Team Ninja ha realizado un buen trabajo en el diseño de los niveles, pero ha fallado en su fórmula debido a que, a la larga, se acaba volviendo monótona y repetitiva.
Por suerte el sistema de combate es maravilloso y mucho más profundo de lo que podría esperarse, gracias principalmente al sistema de guardado de magias enemigas (al más puro estilo Mago Azul), a las eliminaciones (que son bestiales en la mayoría de casos) y al maravilloso sistema de trabajos que se alza como el mejor aspecto del juego. Conforme avancemos en la trama iremos ganando nuevas clases de armas que nos desbloquearán trabajos primarios, y cada uno de estos nos plantea nuevas formas de abordar los enfrentamientos con los enemigos: las clases basadas en las espadas nos permiten un combate más convencional, mientras que las basadas en las lanzas aseguran ataques a media y larga distancia y las basadas en magia permiten aprovechar las debilidades de ciertos puzles. La cantidad de trabajoss que hay es enorme, y es un placer ir descubriéndolos poco a poco, ya sea consiguiendo nuevas armas o desbloqueándolos por nivel. Y es que al equipar un trabajo (podemos llevar 2 como máximo) iremos subiéndolo de nivel según vayamos acabando con los enemigos, lo que nos permitirá acceder a una pantalla de mejoras que podremos desbloquear. Si conseguimos la mayoría de mejoras podremos acceder a los trabajos superiores, que son mucho más poderosos e interesantes. Por poner un ejemplo, si elevamos al máximo el trabajo de Caballero podremos acceder al de Samurái, que cuenta con ataques algo más lentos pero mucho más poderosos. Y no solo tenemos muchos trabajos entre los que elegir, sino que la combinación de dos de estos… ¡Puede dar pie a todo un mundo de posibilidades! Lo he pasado muy bien probando los distintos trabajos y viendo cómo abordar, en base a estos, cada situación, siendo esto algo que me ha recordado mucho a Final Fantasy V (lo que siempre es bueno). Por otro lado, no me ha convencido la dificultad del juego, que pega unos saltos bastante amplios en su dificultad normal, llegando a unos niveles absurdos en ciertos jefes (y dando pie a tener que grindear más de lo habitual). Sin embargo, al bajar la dificultad el desafío era nimio, lo que me ha dejado un poco perplejo. ¿Tan difícil era equilibrar un poco la dificultad? Sea como sea, el apartado jugable del título destaca de forma positiva al presentar un sistema de combate profundo y muy completo, que no cansa y que presenta infinitas posibilidades, a pesar de que la dificultad deja mucho que desear.
¿Listos para la batalla? ¿O tenemos que pasar por la forja?
A nivel visual el juego está repleto de luces y sombras, aunque hay muchas más de las segundas que de las primeras. Y, en parte, menos mal que es así… Porque llevaba tiempo sin ver una iluminación tan mal llevada, contando con unos niveles de saturación enormes en entornos abiertos y diurnos que, en algunos niveles, impedían ver lo que ocurría en pantalla. En zonas cerradas y oscuras el juego funciona bien visualmente hablando, a pesar de que los modelos de los personajes y las texturas de los escenarios son bastante pobres. Por suerte los diseños son maravillosos, tanto los de los enemigos como los de los escenarios y de las diversas armaduras que nuestros héroes pueden portar, siendo de lo más cuidado del juego (y de lo que más me ha gustado). Sus escenarios tienen un diseño mucho más interesante de lo que cabría esperar, recuperando la estética de los juegos anteriores de la serie para crear un doble efecto: una clara nostalgia para quien haya jugado a la saga, y una nueva personalidad para unos escenarios que, incluso en los 80s, ya se sentían tremendamente cliché y simplones. Pero repito lo de antes: el juego, a nivel gráfico, deja mucho que desear, y a ratos parece que el juego ha llegado una generación tarde. A nivel técnico también he encontrado algún que otro problema: dientes de sierra, texturas que no cargan, popping y lo peor… Algún que otro crasheo inesperado, lo que demuestra que quizá al título no le habría sentado mal un tiempo extra de desarrollo. O, por lo menos, un parche que mejore la situación.
Por último, destacar que su banda sonora me ha resultado bastante convincente, pues tanto los nuevos temas como los remixes de los temas clásicos de la serie me han gustado mucho, y encajan a la perfección tanto con el tono del juego como con los entornos y las situaciones en las que suenan. Eso sí, incluso mientras escribo estas líneas sigo flipando con la inclusión de algunas melodías de grandes grupos y cantantes de nuestro mundo, como los antes citados Frank Sinatra y Limp Bizkit. Vale, si, en Final Fantasy XV sonaba Florence + The Machine, pero no quedaba tan extraño. Aquí es… Bueno, es único, y quizá sí que encaja con las decisiones tan bizarras que se han tomado, pero a pesar de esto aún me sigue resultando sorprendente.
Conclusión: CAOS
Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin se trata de un spin-off realmente interesante que, a pesar de sus fallos, se presenta como un título muy divertido que trae consigo un tono único que asegura muchas risas (y sorpresas). Si no venís por su historia, hacedlo al menos por su genial sistema de combate y de trabajos, que es de lo mejor que ha ofrecido la saga en un tiempo. A pesar de que a nivel gráfico deja mucho que desear, a nivel sonoro se desmarca ofreciendo una banda sonora muy buena. Sin dudas, se trata de una experiencia única que hay que ver para creer, y que considero que puede gustar tanto a fans como a no fans. Eso sí, sabed muy bien de antemano a qué os exponéis, porque este juego es… Único.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.