[Análisis] Teslagrad 2

Durante la pasada generación de consolas, cada una de las principales compañías de la industria consiguió fomentar la llegada a sus consolas tanto de juegos first-party como de third-party. Tanto PS4 como Xbox One consiguieron construir así un catálogo rico y variado que, le duela a quien le duela, era más imponente que el catálogo de Wii U. La infravalorada consola de Nintendo sobrevivió como pudo, gozando de un catálogo de juegos pequeño pero repleto de una enorme calidad. La falta de juegos triple A de estudios third-party dolió a más de uno, pero tuvo su lado bueno: los jugadores que queríamos disfrutar de nuevas experiencias echamos la mirada a los juegos indie, lo que hizo que descubriéramos auténticas joyitas antes que cualquier otro grupo de jugadores. Y esto fue, precisamente, lo que pasó con Teslagrad, el clásico juego de plataformas y puzles de Rain Games que consiguió encontrar una base de jugadores fiel y estable capaz de maravillarse con las aventuras del último de los Teslamantes.

A fin de cuentas, el juego del estudio independiente noruego tenía todo lo necesario para triunfar: un diseño de niveles ingenioso y divertido, un estilo artístico atrapante y una narrativa que, alejándose de los conceptos básicos de la industria, huía de los diálogos para contarlo todo a través de las acciones. El juego impactó, y si os comentaba el tema de Wii U es porque yo pude jugar en su día a este título en la incomprendida consola de la Gran N durante sus primeros meses de vida. Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y aunque parecía imposible, Rain Games por fin se ha decidido a lanzar una secuela de su clásico juego. Así, Teslagrad 2 llega a todas las consolas disponibles en el mercado con el objetivo de marcar un nuevo precedente y hacer disfrutar tanto a jugadores novatos como a los fans de la primera entrega. ¿Lo conseguirá? ¡Dentro análisis!

 

Una joven perdida en busca de su hogar

La historia de Teslagrad 2 nos sitúa en una época y un lugar completamente ajenos a los de la entrega original. En esta ocasión nos pondremos en la piel de Lumina, una joven teslamante que, durante su viaje de vuelta a casa en un barco volador, sufre un misterioso accidente. Sin saber exactamente qué ha ocurrido, la joven deberá explorar la misteriosa isla de Wyrmheim mientras hace frente a todo tipo de enemigos, desde las criaturas autóctonas hasta los vikingos de la zona, todo ello mientras sigue los pasos de un misterioso y anciano teslamante que parece conocer más acerca del estado del lugar. Como ocurría en su predecesor, la historia del juego se presenta a través de las acciones de los personajes y no mediante los diálogos, dando paso a una narrativa sorprendente y original que bebe (hasta cierto punto) de las ideas del cine mudo. Aunque la idea sobre el papel es realmente buena y se agradece el riesgo, creo que juega más en contra que a favor del título, pues muchas ideas se quedan en el aire y uno, al finalizar el título, no termina de entender cual ha sido realmente el propósito de la aventura.

Pero dejad que me explique, pues no estamos ante un apartado completamente desechable. La idea general de la historia está bien representada, pues las acciones de la protagonista y de los principales villanos son claramente visibles. Es fácil conocer cual es el propósito del villano y de algunos antagonistas, pero elementos tales como la construcción del mundo o el desarrollo de la protagonista son inexistentes, dejándose muy de lado ya sea mediante ciertas postales que podemos encontrar (estando estas muy escondidas) o mediante algún que otro detalle visual. Así, he disfrutado de la historia general gracias a su inventiva y a su genial ritmo, pero he echado en falta una mayor claridad. Por otro lado, el juego viene en español, y aunque se agradece esto, al no haber diálogos no tiene mucho impacto.

 

Haciendo uso de las físicas, la electricidad y la gravedad

Teslagrad 2 se presenta como un juego de plataformas en 2D que, de la misma forma que el primer título, busca hacer del uso de las físicas su mayor reclamo. Por supuesto, hay una gran diferencia con la primera entrega, pues la lentitud de esta se ha sustituido por un sistema de juego mucho más frenético, dando importancia a la movilidad por encima del resto de elementos. Así, la protagonista de este título podrá desplazarse de formas tan sorprendentes como divertidas a lo largo de toda la isla, planteando un diseño de niveles que, aunque es claramente lineal, opta por plantear ciertas ideas de “backtracking”. Es decir, iremos avanzando a lo largo de distintas zonas de la isla mientras desbloqueamos nuevas habilidades, y estas nos permitirán volver a lugares ya visitados para desbloquear nuevas salas o secretos. Su linealidad no es algo que lastre al juego, si no todo lo contrario, pues la estructura del título está medida a la perfección para introducir nuevas ideas una vez hemos dominado las anteriores.

Esto hace que, por un lado, la dificultad sea bastante progresiva, no presentando picos destacables más allá de algún combate puntual o de algún puzle, y que, por otro lado, el ritmo del juego no se resienta en ningún momento, teniendonos enganchados de principio a fin sin sentir que se vuelve algo repetitivo. Las mecánicas que el juego presenta, tales como el deslizamiento eléctrico o el dash son absolutamente divertidas, y hasta el puzle más sencillo acaba resultado entretenido. El control de la protagonista es realmente cómodo y preciso, ayudando a que el juego se sienta dinámico y no caiga en la monotonía. En general, todo lo que se presenta en relación a la jugabilidad es bastante bueno, pero hay un problema importante: la duración del juego es realmente escasa. Y no, no le pido al juego que dure 20 horas, pero sí que dure algo más de las 2 horas que he tardado en completarlo.

 

Un estilo hecho a mano

A nivel visual nos encontramos ante un juego que llama la atención por sus escenarios, que mezclan un estilo vikingo y nórdico con elementos propios de una sociedad industrial. El uso del color dentro del título es clave, puesto que a través de este podemos distinguir los distintos tipos de magnetismo y los elementos con los que podemos interactuar. Las animaciones están realmente bien trabajadas, y el estilo artístico se ve bien representado a través de un apartado gráfico que brilla con fuerza especialmente en los exteriores. Sus efectos especiales, como el fuego o la iluminación, están bien recreados y no desentonan, aunque el título en Switch presenta un grave problema: su rendimiento. Incomprensiblemente, el juego sufre parones y caídas de frames constantes, lo que no se entiende ya que el juego no es precisamente exigente en lo gráfico.

Por último, a nivel sonoro el título presenta un muy buen trabajo. La banda sonora consigue aportar mucho a la historia, introduciéndose en ciertas secuencias en las que se convierte en la protagonista absoluta. Los efectos de sonido también están bien implementados, y no desentonan en ningún momento.

 

Conclusión: Una secuela más dinámica

Teslagrad 2 me ha resultado una muy agradable sorpresa, que se aleja levemente del título original para presentar una nueva ambientación y una filosofía de juego única que consigue triunfar por su interés en la movilidad y el juego de físicas. Su diseño de niveles triunfa por encima del resto de elementos, presentando un conjunto de ideas muy creativas y desafíos bien equilibrados. Junto a su genial banda sonora y su buen apartado gráfico, Teslagrad 2 triunfa… A pesar de que su historia es bastante floja, su duración es increíblemente escasa y tiene problemas de rendimiento en Switch. Un gran título que enganchará a cualquier amante de las plataformas.