The Crew 2 es la secuela de una IP lanzada por Ubisoft hace ya 4 años con la que se quería mezclar un juego de conducción arcade con un MMO, en un gran sandbox en el cual se podía recorrer una ambiciosa recreación de los Estados Unidos de punta punta. El resultado fue bastante discreto, pero con el tiempo, el contenido se fue ampliando progresivamente de forma constante mediante expansiones hasta lograr un videojuego muy completo. Hoy, en pleno 2018 llega su secuela, que no cambia demasiado en sus mecánicas pero si añade mucho más contenido, entre el que se incluyen carreras por carretera, mar o aire.

Historia

La parte narrativa, al igual que en la primera parte, carece de ningún tipo de interés. En esta ocasión, la trama se divide en cuatro historias, una en cada categoría: Street Racing, Offroad, Freestyle y Pro Racing. Se desarrolla mediante cinemáticas que se desbloquean a lo largo de las partidas, pero como ya hemos dicho antes, son completamente anecdóticas, y salvo en situaciones concretas no suscitan ningún tipo de interés.

No puedo decir que me sorprenda este desinterés en la parte narrativa, pues en la primera entrega era igual, pero si que quizás se echa en falta que la ambición que demuestran en otros apartados contraste tanto con la dejadez de la trama.

Jugabilidad

En cuanto a la jugabilidad conviene insistir en que estamos ante un videojuego completamente arcade, que prioriza la diversión por encima de todo, y desecha cualquier atisbo de realismo para no exigir al jugador más que un mínimo de atención.

De hecho, no hace falta ser demasiado avispado para notar que los vehículos rivales reducen descaradamente su velocidad si un accidente nos lleva hasta el último puesto de la carrera, o vuela en caso de que nuestra ventaja sea demasiado excesiva. La principal necesidad del título es no aburrir, y en algún punto parece que presta demasiada atención a esta posibilidad.

Por supuesto que estos “truquillos” no son nada nuevo en el género, son muy recurrentes en este tipo de videojuegos, pero en ciertas ocasiones se hace demasiado evidente. No molesta, pero podría ser resuelto de otra forma.

Hay carreras de diferentes tipos; como hemos mencionado con anterioridad se dividen en cuatro categorías, y a su vez estas se componen de diferentes modalidades que van desde carreras callejeras con super deportivos, drift, drag race, alpha grand prix, touring car, rallycross, aerobatics, powerboat entre otros.

Hay muchísimos tipos de competiciones diferentes, todas ellas con un diseño que vuelve a priorizar la cantidad por encima de todo, y salvo en unos eventos concretos,  los llamados Serie Live Xtrem, que son un tipo de carreras con unas reglas particulares en las que se divide la misma por tramos, y en cada uno se utiliza un tipo de vehículo diferente; siendo el cambio de forma inmediata.

Esto es algo de lo que más sorprende del título, a la capacidad de trasladarnos por el inmenso mapa que como en el primero, abarca todo el territorio de Estados Unidos, pero en esta ocasión pudiendo movernos de un sitio a otro de una forma casi imperceptible, sin pantallas de carga, e incluso, cambiar de un vehículo a otro sin pausa. Podemos estar recorriendo una carretera de Miami en nuestro flamante Ferrari, y cambiar de inmediato a un vehículo aéreo.

Además, no hay que dejar de recordar que ya que el mapa es extremadamente extenso, se puede viajar de un punto a otro a través del mapa de forma inmediata. Esto evita la cierta pesadez de tener que recorrer una gran extensión de terreno cada vez que queramos participar en una carrera, y nos evita darnos un paseo por grandes espacios de terreno sin nada que ver, y mucho menos hacer, puesto que el incentivo para ir de un punto a otro se resume en una suerte de pruebas repartidas por todo el mapa que aportan poco y menos.

Existe una gran variedad de vehículos, una cifra que pasa de los 250 y que se dividen entre 50 marcas, muchas de ellas muy conocidas como puede ser Ferrari, Harley Davidson, Chevrolet… Todos recreados muy fielmente y con un rendimiento adaptado a sus características.

Hay que resaltar que los vehículos pueden ser modificados, se puede retocar el diseño para ponerle los vinilos que más nos gusten, el color de la carrocería o incluso cambiar las diferentes piezas visuales como el capó, alerón, parachoques, faldones laterales… todo ello con bastantes posibilidades, esto otorga una buena cantidad de horas de juego, y hace de cada vehículo algo más personal.

Para aprovechar esto, no podemos dejar de mencionar el modo foto, que otorga la posibilidad de fotografiar nuestros coches, motos, o cualquiera de los vehículos y para ello nos ofrece una gran variedad de opciones.

Existe también la posibilidad de mejor el rendimiento de los vehículos, esto se hace mediante piezas que se consiguen tras terminar con éxito las diferentes carreras. Al concluir la competición se dejan caer los objetos en forma de botín al más puro estilo RPG, cada uno con diferentes rarezas determinadas por su color (verde, azul o rosa).

El cambio de dichas piezas se puede realizar de forma muy intuitiva y en cualquier momento al más puro estilo juego de rol, esto hace todo mucho más ágil y rápido y nos evita tener que ir a nuestra base cada vez que queramos retocar algo del vehículo en cuestión.

Gráficos y sonido

En cuanto al apartado gráfico, estamos ante un videojuego que no destaca precisamente en esto. Como hemos resaltado en un principio, prioriza claramente la cantidad a la calidad, y aunque los diseños de vehículos presentan un diseño muy fiel, quedan lejos del mapeado, que salvo en zonas concretas, son escenarios repetitivos, vacíos y que evidencian que lo de recrear todo Estados Unidos queda muy bonito sobre el papel, pero está muy lejos de ser real, puesto que el relleno es evidente.

No quiero sonar demasiado alarmista, hay escenarios naturales y otros emplazamientos que verdaderamente valen la pena. Personalmente, y sin la intención de desvelar nada, decir que en este The Crew 2 he disfrutado de una de las carreras que más me ha sorprendido en los últimos años, una que me llevaba a recorrer el Cañón del Colorado nevado.

En cuanto al apartado técnico, aclarar que el videojuego no dispone de ningún tipo de personalización en PS4 Pro o Xbox One X, en la primera utiliza una resolución dinámica que llega a los 2816×1584, y en la segunda a 3200×1800. Ambas versiones funcionan a 30fps. Solo en PC se puede llevar el framerate a los tan ansiados 60fps.

Del apartado sonoro puedo decir que cumple sin más, dispone de unos cuantos temas licenciados, que salvo en casos concretos, no son nada del otro mundo. Echo en falta alguna que otra canción más, pues con el paso de las horas tiende a ser algo repetitivo. Los efectos de sonido no son nada del otro mundo, ni se antojan realistas, y ni siquiera reflejan cierta intención de hacer algo bueno. Son correctos y ya.

Conclusión

The Crew 2 es un arcade de conducción que pone todos sus esfuerzos en volcar la mayor cantidad de contenido posible a disposición del usuario. No sobresale en nada, cumple en todos los apartados y lo que es más importante; divierte.

La variedad de las carreras, los distintos tipos de vehículos, su personalización, el constante progreso que sentimos al ir mejorando nuestros vehículos tras cada carrera. Todo está diseñado para que nos divirtamos y lo consigue de forma notable.

¿Tiene carencias? Por supuesto, está repleto de ellas, pero si conseguimos sumergirnos en lo que nos propone y hace bien, estamos ante un juego de conducción con muchas virtudes destacables que esconde muchas horas de juego.

Definitivamente, queda muy retratado si lo ponemos frente a lo que podría ser un Forza Horizon, pero es muy recomendable para todas aquellos amantes de las carreras que quieran disfrutar de algo menos exigente y que prioriza la diversión y las horas de juego por encima de todo.