[Análisis] The Elder Scrolls Online: High Isle

No hay duda alguna de que The Elder Scrolls es la franquicia estrella de Bethesda, una en la que la compañía estadounidense plasma un enorme universo de alta fantasía que, a lo largo de los años, ha estado en constante expansión gracias al desarrollo de nuevas entregas. Si Oblivion, la cuarta entrega de la serie, ya de por si trajo consigo un éxito enorme entre la crítica, su secuela, Skyrim, fue un antes y un después en la industria del videojuego. Skyrim es a Bethesda lo que Grand Theft Auto V a Rockstar, una mina de oro explotada de forma constante y que ha permitido dar una nueva vida a la franquicia. El paso más lógico tras el éxito de esta entrega habría sido lanzar una secuela, mejorando los puntos flacos y la tecnología del título. Pero en su afán de innovar y de apostar por nuevas experiencias, en Bethesda decidieron que era una mejor idea romper una lanza a favor de los MMO. Y es que… ¿Quién no habría querido disfrutar de las mazmorras de Oblivion en compañía de sus amigos? La idea de jugar a un The Elder Scrolls multijugador era muy tentadora, y tanto en Zenimax Online como en Bethesda se pusieron manos a la obra para cumplir este sueño: nació así, en 2015, The Elder Scrolls Online.

Sin embargo, no todo podía ser tan perfecto como parecía. El juego se lanzó al mercado con una serie de problemas que distaban mucho del nivel de calidad presentado en las obras principales de la serie. Y ojo, no es que hubieran presentado un mal juego, para nada, simplemente la propuesta no estaba a la altura de la serie. En Bethesda no se rindieron, y defendiendo a su fiel comunidad de jugadores, continuaron desarrollando el título tanto con actualizaciones como con expansiones que aportaban nuevas historias, personajes y entornos. ¡Incluso se presentó una actualización que traducía el título al español! Puede gustar más o menos el juego, pero no hay duda que la buena gente de Zenimax Online y Bethesda han trabajado duro para hacer del título una experiencia digna. Tras más de 7 años de servicio, ahora ambos estudios nos sorprenden con una nueva e interesante expansión, titulada High Isle, y que nos transporta a los paradisíacos e inhóspitos parajes del archipiélago de Systres. ¿Queréis saber qué me ha parecido esta experiencia online, y si recomiendo o no el sumergirse en esta propuesta online tras tantos años de servicio? Pues no esperéis más, y descubridlo en el análisis completo que, como de costumbre, podréis encontrar a continuación.

 

¡Aventuras en alta mar!

La historia de esta nueva expansión es, sobre el papel, bien sencilla: como un aventurero libre, nuestro personaje podrá adentrarse en las exóticas islas del archipiélago de Systres, uno dominado por la poderosa raza de los bretones (una de las principales de la serie) que domina con mano de hierro una sociedad basada en la sociedad de clases desiguales. Los nobles bretones están al mando de todo, mientras que las clases bajas se aferran a los trabajos más duros con el fin de sobrevivir. El punto central de este archipiélago, y el que más exploraremos, es la isla de Alta, en donde una secta oculta planea hacerse con el control derrotando a las tres casas principales que han manejado el poder durante siglos. El propósito de esta secta no es del todo negativo, pues busca acabar con este sistema opresor para dar el poder al pueblo… Pero no todo es tan idílico como podría parecer, y cualquier acción puede tener desastrosas consecuencias. En nuestro camino conoceremos, casi de inmediato, los lugares más icónicos del lugar y a algunos de los personajes más interesantes de estas tierras. El archipiélago de Systres tiene mucho que ofrecer, y se disfruta mucho la idea de que no tengamos que enfrentarnos directamente a una amenaza global. Por norma general, las grandes expansiones de los MMO suelen presentar enormes amenazas y grandes guerras que, si bien son imponentes, acaban dejando de sorprender por su regularidad. Aquí encontramos una propuesta mucho más amena, gracias en parte a su ambientación paradisíaca y desenfadada. Su estilo calmado hace que, además, se acabe volviendo una opción ideal para cualquier jugador interesado en iniciarse en el título.

Y es que recordemos que cualquier jugador novato podrá comenzar, tras completar una misión tutorial, en la expansión y el lugar que prefiera (siempre y cuando cuente con ese contenido): desde las tierras base del juego hasta las tierras de esta última expansión, todas están disponibles desde primera hora y sin requisitos mínimos de nivel o habilidades. Pero volvamos con la trama, y es que debo decir que me ha sorprendido gratamente la escritura del juego: si bien no nos encontramos con algo a la altura de los juegos principales de la serie, si que encontramos una trama entretenida y original que rompe con los clichés y presenta tanto unos personajes como unos entornos muy originales, que destacan tanto dentro como fuera de la franquicia. No os puedo decir que me haya enganchado, pero tampoco puedo negar que no haya disfrutado con algunas misiones y con ciertos momentos de su trama. Una trama, titulada El Legado de los Bretones, que lleva su tiempo completar: unas 30 horas aproximadamente. Y eso sin contar el resto de misiones secundarias que trae consigo esta expansión. Sin duda, hay contenido para rato.

 

Un toque clásico para un sistema de combate simple pero efectivo

En cuanto a la jugabilidad del título, para los que no hayáis jugado nunca a TESO os diré que nos encontramos ante una adaptación muy fiel a las capacidades online del sistema de juego de los Elder Scrolls principales. Pudiendo jugar tanto en primera como en tercera persona, contamos con una cierta libertad a la hora de desarrollar las misiones y desplazarnos por el mundo al mismo tiempo que ganamos un cierto reconocimiento y valor económico. Podremos luchar contra los enemigos haciendo uso de toda clase de habilidades: magias (de todo tipo y efectos), armas de corta distancia, de larga distancia… Hay una variedad muy amplia, lo que hace que las posibilidades sean realmente enormes. El combate, sorprendentemente, está mejor desarrollado que en las entregas principales gracias a su versatilidad y a que, en cierto sentido, es más intuitivo: podremos realizar bloqueos y lanzamientos de hechizos de forma sencilla, y en general todo está realmente bien adaptado para enganchar tanto a jugadores novatos como a jugadores expertos. A día de hoy, estoy contento de poder decir que no hay nada que los jugadores de los juegos principales de Elder Scrolls vayan a echar en falta, ya que se ha pulido (y mucho) el sistema de combate y progresión del título para acercarlo a lo visto en las últimas entregas de la serie.

Las últimas actualizaciones han ayudado, precisamente, a que el título sea mucho más accesible: los menús y los accesos intuitivos responden mejor y son mucho más intuitivos, y el juego (como ya os comentaba al inicio) ha sido totalmente traducido al español. Esto es un paso absolutamente admirable y positivo, haciendo algo tan complejo como traducir un MMO con un nivel de calidad tan alto. Las sensaciones que me ha dado a nivel jugable el título, como buen jugador novato que soy, han sido sorprendentemente positivas, ya que no esperaba que en un juego de estas características se ofreciera una experiencia que, fácilmente, podría acercarse a un título para un solo jugador. Tenemos todo lo que caracteriza a estos juegos, y con la última expansión el juego da los últimos retoques para alcanzar la altura necesaria para mirar de tu a tu al resto de juegos de la serie.

 

Conflictos internos de alta fantasía

Pero, ¿Qué tal se mantiene el título a nivel técnico? Bueno, tampoco podemos exigirle mucho al título. Se trata de un juego de 2015, y eso se nota mucho en el apartado gráfico: las animaciones son muy robóticas, las texturas no destacan precisamente por su calidad o su nivel de detalle, y el color está excesivamente apagado. Aunque tenemos que ser realistas: ¿Quién juega realmente un MMO por su apartado técnico? Los que vengáis con ganas de probar esta expansión sabéis perfectamente a qué os enfrentáis, y al menos dejad que os asegure que el nivel de los diseños de personajes y escenarios están a la altura de la franquicia, ofreciendo una visión muy lograda y fiel de la alta fantasía que caracteriza a la serie. En cuanto a lo técnico, el título corre de maravilla, y no he notado problemas destacables más allá del popping en ciertas zonas abiertas.

Por último, en lo referente a lo sonoro encontramos un trabajo decente, que explora la épica de la franquicia y lo adapta al ambiente más calmado de la expansión. Las melodías funcionan bien dentro de su contexto, pero tampoco destacan especialmente por si mismas. Lo que sí me ha gustado mucho más es el doblaje, contando con un nivel de actuación decente en cada personaje.

 

Conclusión: Una grata sorpresa veraniega

Os voy a ser completamente sincero: no esperaba nada de The Elder Scrolls Online, y lo cierto es que ha roto todas mis expectativas. Tras tantos años en el mercado, no hay duda de que a día de hoy se trata de un título muy interesante y entretenido que propone una experiencia muy cercana a las entregas principales de la franquicia al mismo tiempo que aporta una cantidad absurda de lore y el tan deseado componente online. Con High Isle se plantea una expansión original y muy interesante que acerca más el título al gran público al mismo tiempo que se aleja de la épica de otras expansiones, lo que no resulta negativo en lo absoluto. Recomendado para cualquier fan de la saga, y para quienes busquen un MMO más ligero y cargado de acción.