[Análisis] Trinity Fusion

El concepto del multiverso no es algo que haya aparecido de manera repentina, si no que lleva apareciendo en toda clase de obras de ficción desde el siglo pasado. La idea de que existen universos infinitos con posibilidades infinitas da mucho juego en cualquier historia, pero parece ser que hay en la actualidad un cierto resentimiento hacia este concepto por parte del público. Vale, es cierto que ahora parece que todas las grandes franquicias de entretenimiento están adentrándose en el multiverso (todo ello como una mera excusa para traer de regreso personajes muertos y explotar el ansia consumista de los fans), pero que muchos lo usen de mala manera no significa que el concepto no tenga un enorme potencial y sea genuinamente interesante. Películas como Todo a la vez en todas partes al mismo tiempo han conseguido presentar historias coherentes e interesantes que utilizan el multiverso como un engranaje narrativo preciso que aporta mucho al mensaje principal, y en videojuegos… Bueno, en videojuegos aún hay mucho trabajo por delante. La mayoría de videojuegos que hacen uso del multiverso caen en el error antes citado, que es utilizarlo como una mera excusa para realizar crossovers (siendo este el caso de Fortnite o Super Smash Bros. Ultimate) o dar pie a situaciones que no terminan de afectar en nada a la narrativa (a la cabeza se me viene el reciente Bayonetta 3), pero por suerte parece ser que poco a poco comienzan a lanzarse títulos que van más allá.

Trinity Fusion atrapó mi atención desde el primer minuto precisamente gracias a la forma en la que maneja el concepto del multiverso, pues la historia se centra en la conexión constante entre tres universos distintos que están atados por un mismo grupo de enemigos. Aquí no hay personajes que traer de regreso, si no una forma original y creativa de utilizar la presencia de distintos universos que dista mucho de lo visto hasta ahora en la industria. Desarrollado por el estudio rumano Angry Mob Games (quienes os sonarán por el juego de lucha Brawlout, una suerte de Smash Bros. del mundillo indie), Trinity Fusion se presenta en sociedad con el objetivo de ser el roguelite multiversal definitivo. ¿Merece la pena este curioso experimento? Veámoslo en el análisis completo que, como siempre, podéis leer a continuación.

 

Atrapados entre líneas temporales

La historia de Trinity Fusion puede resultar algo compleja de primeras, y no es para menos: explicar de golpe conceptos tan amplios como la creación de distintos universos cohesionados y su posterior caída en desgracia, todo ello mientras conocemos a un ser capaz de estar en todos al mismo tiempo, es bastante duro, pero el juego consigue encarar bien tan difícil tarea al exponer bien tanto a su narrativa como a sus personajes principales. Así, el juego nos narra la historia de Maya, una experimentada científica de Primaria, un mundo tecnológicamente avanzado cuyos experimentos permitieron dar forma al multiverso. Así, las mentes más brillantes de Primaria dieron forma a tres universos distintos, cada uno de estos con sus propios ecosistemas y habitantes: el Submundo, el Supramundo y el Hipermundo. Sin embargo, pronto comienzan estos mundos a caer en el caos por culpa de múltiples rebeliones, lo que hará que Maya, en calidad de rebelde, se ponga en contacto con su yo de los otros universos con el objetivo de restaurar el orden y derrotar a las fuerzas revolucionarias. La trama mantiene un importante peso a lo largo de todo el juego, exponiendo a un catálogo de villanos interesante y una ambientación que atrapa desde primera hora, tanto por su inventiva como por las diversas historias que se nos van contando. Eso sí, considero que se podría haber trabajado algo más en la personalidad de las versiones alternativas de Maya, pues Naira, Altara y Kera resultan bastante sosas.

El juego nos llevará a recorrer tres universos completamente distintos, cada uno de estos dotados de paisajes únicos inspirados en diversas etapas tecnológicas y evolutivas, aunque se echa en falta una mayor profundidad narrativa a la hora de dar credibilidad a todos estos escenarios. Es decir, es genial poder visitar lugares tan variados y, personalmente, me fascina la idea de saltar de dimensión en dimensión, pero el universo del juego actúa, durante la mayor parte del tiempo, como una mera excusa contextual que poco influye en el desarrollo de la historia. Da igual en qué zona estemos; el juego no se esforzará por contarnos qué es lo que hacemos ahí. En general, encontramos una historia ambiciosa y amplia que se mantiene en constante crecimiento a lo largo del juego… Pero que peca al presentar unas protagonistas y unos escenarios muy poco desarrollados. Cabe destacar que, al llegar con una muy decente traducción al español, el juego no plantea ningún tipo de problema de accesibilidad a los jugadores que no sean versados en el inglés.

 

Cambiando de cuerpo más que de armas

Como buen roguelite, en Trinity Fusion tendremos que ir realizando diversas “runs” o partidas en las que irán variando tanto nuestras armas como nuestras habilidades especiales. Por supuesto, esto no será lo único que podremos modificar, pues la gran novedad del título de Angry Mob Games radica en el poder escoger libremente entre tres versiones del mismo personaje, cada una de estas con sus propias estadísticas y ventajas. Los tres son personajes equilibrados, y aunque no tienen tantas diferencias como me habría gustado (pues en líneas generales cuentan con el mismo esquema de control con un par de cambios menores), agradezco la inclusión de esta mecánica puesto que aporta una mayor complejidad y variedad al título. Y hablando de variedad, hay que destacar que el juego ofrece una genial selección de armas tanto cuerpo a cuerpo como a distancia, pudiendo equipar al mismo tiempo una de cada una. El combate resulta sorprendentemente satisfactorio y vibrante, resaltando la agilidad de las protagonistas a la hora de esquivar, saltar y atacar. Cada enfrentamiento puede ser resuelto en cuestión de segundos, siempre que los reflejos del jugador estén a la altura de las expectativas. Si el combate funciona bien por su buena variedad de armas, ataques y enemigos, el diseño de niveles flojea algo más por lo contrario: hay una muy reducida variedad de situaciones y actividades a realizar, haciendo que la aleatoriedad de cada nivel juegue más en contra del título que a favor. Por lo general, cada pantalla nos pondrá en las mismas situaciones: acabar con los enemigos, sortear trampas, abrir cofres y realizar acrobacias. Nada más, lo que unido a la enorme extensión de cada pantalla hace que podamos agotarnos con unas pocas runs.

Visualmente, Trinity Fusion realiza un buen trabajo a la hora de representar en pantalla sus geniales y futuristas diseños de personajes, escenarios y enemigos. Estos gozan de un nivel de detalle decente y una buena visibilidad en pantalla, si bien los escenarios pueden acabar resultando algo repetitivos. Mención especial para el diseño del hud y de los diversos menús, que encaja a la perfección con la estética tan original y personal de la que hace gala el título. En conjunción con su buen trabajo gráfico, encontramos un rendimiento soberbio y una nula presencia de bugs que hacen que sea sencillo disfrutar del título. Tampoco se puede desdeñar su trabajo sonoro, puesto que el diseño de sonido consigue trasladarnos al universo (o, bueno, universos) del título gracias a sus efectos y a su envolvente banda sonora.

 

Conclusión: Tres héroes para un mismo conflicto

Trinity Fusion es un roguelite de acción y plataformas en 2D interesante, que si bien aporta muy buenas ideas y conceptos, no termina de desarrollarlos todos como uno podría esperar. Por ejemplo, la historia parte de una premisa interesante y se mantiene fresca que, sin embargo, peca de no tener personajes profundos o un lore complejo. Tampoco se puede decir que su diseño de niveles sea excelente, pero esto no quita que el juego de Angry Mob Games triunfe al presentar un sistema de combate sólido, un buen diseño artístico y un genial trabajo de sonido. No es un roguelite revolucionario (y podría haberlo sido), pero eso no quita que no sea un título realmente decente y divertido.