Hoy le hincamos el diente (y la espada) a Wulverblade, un beat´em up clásico de scroll lateral, desarrollado por Fully Ilustrated en colaboración con Darkwind Media, que nos narra una épica batalla en la antigua Gran Bretaña durante la segunda invasión romana. Estamos en el año 120 a.C. y el ejército romano ha invadido todo el sur de la isla de Britannia pero lo que los 5000 soldados de la novena legión del ejército romano no saben es que van a tener que cruzarse con nosotros. El título fue publicado en septiembre en exclusiva temporal para Nintendo Switch, apareciendo el pasado miércoles, día 31 de enero, también en Steam, Ps4 y Xbox One, versión esta última a la que hemos tenido acceso.

Amor a las tardes de recreativos

Wulverblade está claramente inspirado por los clásicos arcade como Golden Axe, Cadillacs & Dinosaurs o Sengoku, en el que tendremos que enfrentarnos a golpes a hordas de enemigos mientras avanzamos por los niveles y así tratar de detener la invasión romana, garantizando la libertad de nuestro pueblo. Al final de cada uno de los 8 niveles de los que cuenta la aventura, tendremos que enfrentarnos a un jefe final con mecánicas propias (que debemos aprender para salir victoriosos) y que nos pondrá las cosas aún más difíciles.

Que se nos vengan a la cabeza aquellas tardes de recreativos que nos traen tan buenos recuerdos no es fácil de conseguir, lo que ya es un punto a favor de este título que nos ocupa. Como en el clásico de Sega, podremos elegir entre tres personajes, uno equilibrado, uno de gran fuerza pero menos capacidades de movimiento y un personaje femenino, rápido y ágil.

Wulverblade Personajes

Wulverblade no reinventa la fórmula de los “yo contra el barrio”, pero añade personalidad y características propias a la mezcla. El primer detalle que nos llama la atención es lo pintón que nos resulta a la vista. Las imágenes en alta definición, las animaciones y las expresiones faciales consiguen hacernos creer que estamos ante una serie o película flash. En este sentido, nos recuerda mucho a lo visto en Valiant Hearts: The Great War, la joya de Ubisoft Montrèal, siendo éste último mucho más pausado en el ritmo. Los escenarios que recorremos están dibujados con mucho gusto y, dentro de que no se busca el realismo más absoluto, gustará mucho a los amantes de la mitología celta. La banda sonora está cuidadísima, sorprendiendo en un juego de estas características, está todo ajustado asombrosamente bien y las melodías son exquisitas. Los efectos de sonido, por su parte, también rayan a gran nivel, por lo que en el apartado sonoro no podemos sino alabar y reconocer el trabajo del equipo.

Pese a su aspecto desenfadado, nos encontramos ante un título que muestra la más absoluta y madura brutalidad a la hora de representar el conflicto. Se sucederán los cortes, golpetazos, empalamientos y mutilaciones, dando como resultado un festival de sangre. El sistema de control no es complejo pero sí bastante completo, como sabemos, tampoco se puede complicar mucho el esquema en un juego de estas características. Tendremos a nuestra disposición ataques normales y ataques fuertes (para los que necesitaremos armas pesadas), podremos saltar, esquivar rodando, parar golpes con el escudo y contraatacar o correr.

Para ayudarnos en la tarea o descubrir más sobre lo que está pasando, podemos recoger del suelo ítems coleccionables, armas arrojadizas, armas pesadas, comida para recuperar vida y hasta los miembros amputados de los enemigos (mola un montón ir tirando cabezas romanas cual Atila). Estos objetos aparecen en zonas secretas que se encuentran en los niveles, rompiendo partes del escenario o derrotando a enemigos.

Wulverblade Drops

No podemos dejar de contar que pese a que nos ha gustado la respuesta en la mayoría de casos, en ocasiones el control no responde todo lo bien que debería, lo que resulta un poco frustrante, pero nada que haga insoportable nuestro camino. Es una pena que no podamos mantener la carrera en el eje Y o que al pulsar el botón de ataque, activemos la opción de recolección de elementos del escenario, haciéndonos perder puntos de vida sin poder evitarlo. Una vez sabes que estas cosas pasan, si te lo tomas como un elemento más dentro de la propia exigencia del título, llegará un momento en el que le quitarás importancia por lo correcto de todo lo demás.

Además de estas mecánicas, nuestro personaje tendrá acceso a dos poderes especiales. Una vez por partida y nivel, podrá invocar una jauría de amigos que harán trizas a los enemigos normales. Además, aparte de la barra de vida de nuestro personaje contaremos con otra que, una vez rellena (más golpes, más barra), nos hará alcanzar un modo invencible en el que no sufrimeros daño, regeneraremos vida y seremos aún más letales.

Wulverblade Jauría

Desatemos un infierno juntos, si nos dejan

La principal baza con la que cuenta el juego para que sea casi infinito es el modo cooperativo. Jugar en modo cooperativo es, para nosotros, el fin último y culmen de la diversión de este tipo de juegos. El pero, es que podremos disfrutar de la aventura junto a un compañero siempre que sea en la misma consola pero el título no tiene ningún modo de juego en línea, lo que en pleno 2018 nos parece un borrón y hace que, si disponemos de varios sistemas, sea la versión de Switch la más recomendable por su modo portátil, básicamente.

Wulverblade Menú

Más allá de destacar el modo cooperativo local, disponible como decimos en cualquier modo de los que vamos a especificar a continuación, hagamos un recorrido por las opciones del juego:

  • Campaña:
    • Historia: De unas 4 horas de duración, tenemos dos modos de dificultad disponibles para completar los 8 niveles, fácil y normal. Además, dispondremos de 3 vidas por cada punto de control en los niveles (1 a la mitad del nivel y otro en el boss/al finalizarlo). El nivel de dificultad normal es lo suficientemente exigente como para que, sobretodo en los últimos niveles, tengamos que sudar y tener controladas las distancias con los enemigos. Si no has jugado a los clásicos, deberías empezar por el nivel fácil, si sí lo has hecho, el normal es una experiencia muy disfrutable.
    • Arcade: El verdadero reto del juego. Tenemos 3 oportunidades para continuar (empezamos con 3 vidas cada oportunidad) teniendo que completar la historia completa.
    • Modo secreto: Se desbloquea una vez completamos el modo historia.
  • Arenas:
    • En 7 escenarios diferentes, tenemos que destruir al mayor número de enemigos posible. El clásico modo horda en el que pasaremos mucho tiempo, tratando de hacer mejores y mejores puntuaciones.
  • Opciones:
    • Podemos cambiar aspectos generales del juego, como el volumen o que los cuerpos de los enemigos desaparezcan una vez los hayamos eliminado. El juego cuenta con voces y textos en inglés, dificultando el conocer todos los detalles de esta guerra y su ambientación para el jugador que no domine la lengua de Shakespeare.
  • Extras:
    • En el menú extras podremos acceder a los debloqueables que hemos ido recogiendo a lo largo de la aventura y que profundizan en la historia, costumbre o armas de la época, y que están cuidados al detalle, al basarse esta historia en eventos históricos reales.

Conclusión

Wulverblade no es perfecto, pero consigue de manera muy convincente llevarnos de vuelta a aquellas tardes en “los recres”. Cuenta con una dificultad ajustada en la IA que nos pondrá las cosas difíciles según avancemos en la aventura y un diseño que nos ha encantado, tanto en los niveles como en los enemigos. Estéticamente es muy resultón y el apartado sonoro es sobresaliente, ya quisieran muchas superproducciones tener un sonido tan súmamente bien tratado como el que nos encontramos aquí.

Pese a sus fallos en el control, la vida útil del juego se alargará mucho en el tiempo a poco que os gusten los Brawler, ya sea disfrutando con un colega en cooperativo local o tratando de batir nuestras puntuaciones en solitario. Para terminar, debemos señalar como aspectos negativos la ausencia total de textos o voces en castellano y el que no posea ninguna opción para jugar en línea más allá de las tablas de clasificación, que son pequeños borrones que no afectan en demasía pero que debéis conocer antes de adentraros a mamporros en filas romanas.