[Análisis] Override: Mech City Brawl

[Análisis] Override: Mech City Brawl

A la hora de enfocar un videojuego de lucha, existen muchas formas de plantearlo. Grandes clásicos como la saga Street Fighter, Tekken o Soul Calibur chocan frontalmente con otras propuestas que, pese a compartir género, no se asientan en las mismas bases.

Este es el caso de Override: Mech City Brawl, un videojuego independiente para PC, Xbox One y PlayStation 4 desarrollado por The Balance de la mano con Modus Games, en el que se nos ofrece un título de lucha, pero esta vez, a los mandos de un mecha.

Existen múltiples animes, e incluso videojuegos como la saga Gundam, enfocados en este tipo de robots gigantes que, pese a que su éxito se ubica principalmente en territorio japonés, si goza de cierta fanbase de jugadores amantes de estos seres robóticos a lo largo y ancho del globo, y eso es lo que busca Override: Mech City Brawl.

 

Historia

En un título de lucha, salvo excepciones, el modo historia del mismo suele ser un simple hilo argumental muy básico con el se justifican una serie de peleas, y este también es el caso de Override: Mech City Brawl. El videojuego goza de un modo campaña en el que encarnamos Yoshio, cuya misión será hacer frente a una nueva amenaza en forma de criaturas que ha surgido y está destruyendo la tierra; los Xenotipos.

La historia es corta y simple, es una concatenación de pequeñas misiones que casi podríamos denominar como secundarias en las cuales tenemos que eliminar a una serie de enemigos a los mandos de nuestro meca. Son misiones cortas, pero también repetitivas y tienen un fallo evidente a la hora de la regeneración de los enemigos, pues su aparición tiene lugar en el mismo punto y son fácilmente identificables.

Esto lleva a que las misiones se basen de forma evidente en encontrar dicho punto e ir eliminando las diversas criaturas según salen hasta finalizar. Esto una y otra vez. Al finalizar las misiones se nos recompensan con diversos ítems que van desde modificadores para el meca hasta puntos para invertir en el desarrollo del mismo.

Las misiones que anteriormente identificamos como “secundarias” son una mera excusa entre cada misión de la historia principal, pero estás tampoco están mucho más logradas puesto que, pese a todo, solamente varían en la inclusión de algunas escenas de vídeo cortas, diálogos entre personajes y alguna batalla contra un jefe final .

La trama no tiene mayor interés, y su brevedad es casi de agradecer, pero siempre teniendo en cuenta que en ningún momento nos han querido vender algo que no es. La narrativa es algo que está por estar, es un complemento, pero ni de lejos es lo más importante.

Jugabilidad

En cuanto a jugabilidad Override: Mech City Brawl no es un videojuego de lucha al uso, su propuesta difiere de forma de determinante de lo que entendemos a día de hoy como un fighting game. Aquí no se trata de hacer combos, sino de controlar a un gran robot y asestar golpes contundentes e individuales.

La defensa se resume en un botón para bloquear ataques y otro con el que podemos hacer un parry, esto es muy útil a la hora de evitar ataques, pero su uso es limitado, pues cada parry se cobra una parte de la barra de impulso, más esta se regenra de forma atomática con el tiempo.

En cuanto a modos de juego estamos ante un título que no ofrece una gran variedad: consta de un modo versus que nos permite enfrentarnos en modo local u online en luchas de hasta un máximo de 4 contendientes, emparejamiento, que nos permite jugar contra otros jugadores online, y uno llamado salón recreativo que es donde se encuentra la campaña, y que puede jugarse tanto en solitario como en cooperativo.

El título nos pone al control de 13 tipos de mechas diferentes, cada uno con su tamaño o apariencia propia y con sus diferencias tanto en lo jugable como en lo estético que le dan sentido al títutlo y aporta variedad.

Apartado técnico

Override: Mech City Brawl no deja de ser un videojuego independiente en ningún momento. Si en cuánto al contenido que podríamos considerarlo como justo, atendiendo siempre al precio al que sale a venta, en lo técnico no se desmarca demasiado de la tónica general y se muestra irregular.

Estamos ante un título que, lejos de ser un prodigio (aunque tampoco lo pretende), no ofrece grandes efectos visuales a la hora de representar los golpes, ni texturas demasiado realistas o entornos detallados. En cambio,se conforma con que dichos escenarios sean suficientemente variados entre si y adecuados en cuanto a cantidad. Mención especial para la destrucción de los mismos, pues resulta muy gratificante golpear a nuestros rivales lanzándolos por el aire y derrumbando con ello los edificios que lo rodean.

El título ofrece un rendimiento estable a 60fps sin caídas, o al menos que nosotros hayamos sufrido, y la resolución es algo que se desonoce, diría que en PlayStation 4 Pro, donde se ha realizado este análisis, pasa de los 1080p pero no llega a 4K como si lo hace en Xbox One X o PC.

El videojuego nos llega en perfectamente traducido en al castellano, cosa que es de agradecer pese a la poca narrativa o textos que ofrece, y un apartado sonoro que cumple tanto en efectos como en sus melodías.

Conclusión

Override: Mech City Brawl es un videojuego diferente. Un título de lucha que se aleja de las propuestas más demandadas a día de hoy en el género y que ofrece una experiencia a los mandos esas grandes máquinas llamadas mechas que tanto gustan en Japón.

Es un videojuego entretenido, con una buena cantidad de modos de juego tanto para el que prefiera jugar online como offline, e incluso la posibilidad de disfrutar en cooperativo con una amigo.

En lo técnico es modesto pero resultón, los diseños de los mecas se muestran cuidados. No así los escenarios que pese a lo variados, son muy parcos en detalles.

En lineas generales estamos ante un título que justifica sus carencias en base a su precio, pero como juego de lucha es perfetamente disfrutable para los amantes de estos seres robóticos. Recomiendo su compra a todos aquellos que quieran un fighting diferente, y que se sientan atracción por los mechas en general.