[Análisis] A Plague Tale: Innocence

[Análisis] A Plague Tale: Innocence

Hoy os vengo a hablar de A Plague Tale: Innocence, pero antes, quisiera confesar un par de inquietudes que rondaban mi cabeza en torno a este título. Cuando Asobo Studio lo dio a conocer, su atmósfera no tardó en atraparme completamente, ¿cómo no podría estar interesado en un título con una narrativa que se antojaba cargada de tintes lúgubres, protagonizada por dos hermanos que, ante el azote incesante de la guerra, la tenacidad de la Inquisición y el horror de la plaga de ratas intentaba salir adelante? No puedo negar la atracción que me provocan este tipo de historias, soy de los que cuando huele el drama tiene la necesidad de zambullirse en este, y qué queréis que os diga, creo que la Europa Medieval como escenario, puede dar para más de una buena historia (y a mi parecer, no está demasiado explotada aún fuera de los marcos habituales asociados al género RPG).

Dicho esto, mis miedos con este título provenían más que de su hermoso acabado o su historia, de las compañías involucradas en este. Asobo Studio, desarrolladora francesa de A Plague Tale: Innocence, era una completa desconocida para mí, algo que no cambió una vez que decidí investigar el resto de trabajos que tenían por su web, puesto que, aunque aparecía ReCore, su presencia en la elaboración de este se limitó únicamente a ofrecer asistencia a Comcept y Armature Studio (los principales implicados en el desarrollo). Esto, sumado a que este era su primer título de factura propia en algo más de 10 años, conseguía sembrar cierta desconfianza en cómo podría ser el resultado final de lo que a priori, parecía uno de los “tapados” del año.

Por otra parte, el sello de Focus Home Interactive me produce una sensación complicada de describir. Normalmente la editorial parisina siempre suele despertar mi curiosidad con varios juegos al año, y aunque disfruté no hace mucho tiempo con Vampyr o Call of Cthulhu, o incluso con otros que pude analizar en esta misma web como World War Z o The Surge (por supuesto, haré lo propio con The Surge 2), sus títulos nunca suelen alcanzar la excelencia, de hecho, suelen cosechar críticas bastante mixtas (generalmente más positivas entre los jugadores que la propia prensa). No obstante, nunca me ha gustado dejarme guiar por los números, por lo que me alegro de seguir dándole la oportunidad a obras como la que nos atañe en este texto.

Os adelanto que mis temores hacia A Plague Tale: Innocence se han disipado completamente una vez jugado y finalizado. Asobo Studio y Focus Home Interactive han sido las antorchas que han iluminado esa oscuridad que rondaba mi cabeza, y las dudas, cual plaga asustadiza de ratas ante la luz de la llama, han huido despavoridas por sus vidas sin mirar atrás.

 

Una historia de inocencia arrebatada

A Plague Tale: Innocence nos cuenta la cruda historia de los jóvenes Amicia y Hugo de Rune, hijos de una familia de nobles franceses que, para su mala suerte, viven una de las peores épocas de la Francia medieval (y del continente europeo en general); La Guerra de los 100 años, la peste negra y la Inquisición, se unen en un mismo contexto histórico para asolar todo a su paso.

Amicia y Hugo se ven obligados a escapar de sus tierras cuando la Inquisición irrumpe arrasando con todo para llevarse al pequeño consigo. Es entonces cuando Amicia, que apenas ha tenido contacto con su hermano enfermo (puesto que estaba al cuidado de su madre), deberá hacerse cargo de él mientras se enfrentan a un mundo brutal que no tendrá contemplaciones con ellos, lejos de la seguridad que ofrecían sus padres, su hogar o su posición social.

La elección de los protagonistas es un acierto por parte de Asobo Studio, puesto que al ponernos a los mandos de niños que además provienen de una familia acomodada, es fácil empatizar y suponer la dureza que tiene que conllevar salir de esa burbuja de protección que les ofrecía la vida, para adentrarse en un entorno salvaje que representa todo lo contrario, aquello para lo que no están preparados.

Hay una evolución en los personajes, un crecimiento acelerado que se hace necesario para sobrevivir. Amicia debe asumir su rol de hermana mayor, de protectora, casi de madre, para cuidar de un niño con el que, aunque comparte lazos de sangre, apenas conoce por haber estado sometido a un encierro constante por su afección, únicamente bajo el cuidado de su madre. Este es un hermoso viaje de descubrimiento emocional entre ambos, en el que, aunque haya roces, al final del día solamente se tendrán el uno al otro, por lo que urge comprenderse, quererse y, sobre todo, cuidarse el uno al otro.

Igualmente hacen mucho por la narrativa un buen elenco de personajes secundarios, tanto aquellos que se cruzan en nuestro camino casi de manera anecdótica durante unos pocos minutos, como otros huérfanos con sus propias y trágicas historias que nos acompañarán durante nuestras peligrosas andanzas por tierras francesas. Mención especial a los villanos, Lord Nicholas (comandante de la Inquisición) y Vitalis (maestro supremo), seres humanos que bajo el poder que les ofrece la implacable maquinaria de la Inquisición, harán todo tipo de cosas inenarrables para saciar su codicia sin ningún tipo de miramiento moral respecto a sus acciones, haciendo que termines por preguntarte si quizás las ratas sean menos monstruosas y más humanas que ellos.

A Plague Tale: Innocence es realmente una historia de inocencia, inocencia perdida, robada, arrebatada a Amicia y Hugo, así como los más vulnerables durante las guerras, enfermedades y hambrunas; los más pequeños, los niños, los que quedan huérfanos mientras los que hacen uso (o más bien abuso) prácticamente ilimitado de su poder acaban con las esperanzas de aquellos que no pueden más que abandonar apresuradamente su infancia en pos de la supervivencia, aferrándose a la falsa sensación de seguridad que les ofrece un refugio, algo que reconforte su ánimo durante unas horas, días o con suerte meses, porque la cruda realidad está ahí fuera, esperándote, buscándote para que te unas sin demora a la tierra, ya regada con la sangre de miles y abonada con cadáveres hombres y bestias, pero… ¿quién quisiera afrontar tan aciago destino?

 

Aprendiendo a sobrevivir entre las sombras de un mundo hostil 

En lo jugable, la nueva aventura de Asobo Studio se enfoca en la exploración y en mayor medida, en el sigilo. Las principales amenazas que habrá que enfrentar son ratas o soldados (principalmente de la Inquisición, aunque también los hay ingleses). Hay una diferencia muy importante según el estorbo que tengamos delante, y es que, mientras que la oscuridad se convierte en un aliado perfecto para zafarse de los soldados, en el caso de las ratas solamente la luz puede salvarnos de una muerte segura y agónica.

Para apartar a los mortíferos enjambres de ratas de nuestro camino, hay que hacer uso de su némesis, la luz. Esta bien puede venir en forma de antorcha, brasero, o mediante algún mecanismo que implique mover o tirar un objeto. Con el tiempo e ingredientes suficientes, gracias a la alquimia seremos capaces de despistar a los roedores de diferentes formas, aunque eso dejaré que los descubráis vosotros mismos.

En el caso de la Inquisición, al tratarse de seres humanos inteligentes y malintencionados, todo lo que suponga alejarse de zonas iluminadas nos servirá de amparo para evitar ser descubiertos. Intentar buscar cobijo bajo la hierba alta, paredes o cualquier otro elemento que nos ayude a pasar inadvertido, es más que aconsejable. Asimismo, hay algunos ítems como piedras o jarrones que hacen ruido al ser lanzados y sirven para despistar, atrayendo la atención del vigilante hacia la zona deseada. La IA sigue unos patrones a la hora de patrullar o vigilar, por lo que darle esquinazo suele requerir de observación y algo de paciencia. Es posible que en algún momento sintáis el impulso de querer echar a correr de los soldados, o puede, que toméis la errónea decisión de liquidar a un guardia que estaba cerca de sus compañeros… ¡No lo hagáis! Pensad con la cabeza, no va a salir bien, los soldados siempre son más rápidos y tienen armas de verdad, no dudarán en ensartaros violentamente.

Si la cosa se pone fea, Amicia cuenta con su fiel honda, que bien surtida con unas cuantas piedras puede agujerear la cabeza de algún que otro pobre diablo. No obstante, esto deja de ser una buena idea cuando el enemigo lleva casco, aunque esto se puede solventar con algunas triquiñuelas alquímicas. Para nuestra alegría, las ratas, ese temible enemigo que nos hará pasarlo mal a cada encuentro, pueden terminar constituyendo un aliado implacable al enfrentarnos a la Inquisición, por lo que si veis un grupo de ratas no demasiado lejos de un soldado que porta algo que le provee de luz, no lo dudéis, apagad ese fuego y hacedle un favor a los animalitos y otro a vosotros mismos, en una trato win-win en el que una parte se alimenta y la otra se despreocupa al reducir el número de molestias.

Es aconsejable explorar los escenarios, ya que además de algunos coleccionables y elementos que pueden valer que veamos varios comentarios extra, hay dispersos diferentes objetos que sirven para la elaboración de elementos alquímicos muy necesarios para avanzar y facilitarnos las cosas. A esto, hay que sumarle un sistema de mejoras bastante simple al que solamente se puede acceder desde mesas de trabajo, que nos dará la opción entre otras de, ampliar los espacios en el inventario, que la ropa sea más sigilosa o que la honda se recargue con más rapidez.

Hay algo que me resulta bastante irritante y que quisiera señalar, aunque es un mal que suele afectar prácticamente a cualquier título de sigilo en el que el personaje principal va acompañado. Me saca bastante de la acción ver a uno de mis camaradas de pie, a dos pasos de un soldado y haciendo claramente contacto visual, mientras yo intento esconderme y desplazarme con sigilo. Por supuesto, esto no afecta de modo alguno a la jugabilidad, puesto que los guardias solamente pueden descubrirte a ti, no van a atacarte por mucho que tus amigos se expongan, pero si deseamos mantener el realismo al máximo nivel, es algo que debería de subsanarse, no solamente aquí, en todos los títulos que pecan de ello (que no son pocos).

La belleza de lo decadente

El trabajo audiovisual de A Plague Tale: Innocence es, a sabiendas de que no estamos ante un triple A, muy impresionante a muchos niveles. Asobo Studio ha utilizado un motor propio para la creación del título, algo que sorprende al tratarse de un estudio más o menos limitado en cuanto a tamaño, y aunque desconozco que los pudo llevar a tomar esta decisión (más allá de intuir la necesidad de implementar algún tipo de funcionalidad que no podían con otro motor externo), el resultado ha sido para quitarse el sombrero.

La iluminación, por ejemplo, está bastante bien realizada, algo muy importante en un juego donde literalmente esto puede suponer la diferencia entre la vida o la muerte. La luz de las antorchas y la proyección de sombras se sienten bastante naturales.

El cuidado modelado de personajes y sus animaciones ayuda a reforzar la buena narrativa del juego, lo que, junto a las habituales escenas de corte, consiguen que sea sencillo empatizar con la situación de los jóvenes. Es fantástico poder ver en detalle las arrugas en las caras de los mayores, sus ojos cansados o cómo la cara de Amicia se va ensuciando con el barro y la sangre, dándole una mayor credibilidad a todo el conjunto. Si tuviese que poner algún pero, probablemente mencionaría las animaciones ligadas al sigilo (al agacharse se notan un poco toscas, incluso mecánicas) o algunas caballeras.

Los escenarios que dan vida a la atmósfera de la Francia de A Plague Tale: Innocence, son en buena parte sobrecogedores. No han sido muchos los títulos que han conseguido demostrarme que la belleza, puede estar presente hasta en las más lúgubre de las situaciones (puede que la franquicia Souls o Bloodborne), y este me ha llevado a sorprenderme y usar con frecuencia el botón de captura de pantalla con cosas como un campo de batalla lleno de cadáveres, un campo lleno de animales muertos o criptas (que parecían sacadas del Doom de id Software)  llenas de ratas. Ojo, no solamente vamos a disfrutar de paisajes desoladores, la representación de aldeas, con casas de piedra que luchan contra la maleza que repta, o los soleados campos llenos de vegetación, también están ahí.

La maravillosa banda sonora instrumental que forma el título corre a cargo del compositor francés, Olivier Deriviere, viejo conocido en la industria por sus trabajos en Get Even, Vampyr o 11-11: Memories Retold. Entre los diversos temas, se complementan para crear una atmósfera brutal que sabe poner el nervio cuando es necesario huir para salvar la vida o cuando hay que plantar cara a un enemigo, al igual que sabe ser más relajado y emocional cuando llega el momento.

Si todo esto suma, la actuación de voz no hace sino reforzar el conjunto, dotando de una mayor credibilidad a todos esos momentos que vamos a vivir. Si me aceptáis un consejo, y a sabiendas del lugar donde transcurre la historia, haced uso de las voces originales en francés para disfrutar mejor de la experiencia.

 

Conclusión

Asobo Studio ha realizado un trabajo magistral con A Plague Tale: Innocence, creando una obra que probablemente no gozará del reconocimiento que merece por su condición a caballo entre el indie y el Triple A.

Amicia y Hugo nos atraparán gracias a la narrativa madura y trágica que presenta el título, combinada con un elenco de personajes muy interesante y con el que es fácil emocionarse gracias al trabajo detallista en las animaciones y el modelado. Si contamos con la lograda representación de la Francia del siglo XIV, sumada a la fantástica banda sonora de Olivier Deriviere, el resultado es casi inmejorable, seguramente una de las mejores obras que vea la luz este año.

Aunque todo es mejorable, no se me ocurren demasiados contras como para no recomendarlo, más teniendo en cuenta todas las dudas que planteaba al inicio de la review sobre el desarrollo del juego. ¿Mi consejo? Haceos con él. Os doy otro extra de regalo, seguid de cerca a Asobo Studio y sus próximos trabajos, si sus próximos títulos están como poco al mismo nivel, estaremos de enhorabuena.

Kalas

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.