Es curioso, ¿verdad? Uno nunca suele pararse a pensar cuan presente está la religión en su vida, muchas veces, mediante valores y dogmas inculcados desde la niñez, en ocasiones, incluso con ritos como el bautismo que quedan a la decisión de nuestros progenitores, puesto que difícilmente podríamos negarnos a recibirlo cuando no somos capaces de articular palabra y mucho menos saber de qué va todo eso.

La religión católica sigue muy presente en nuestro país (más allá de los memes sobre la Inquisición española) y, aunque yo nunca he sido especialmente creyente, por no decir que realmente me considero ateo (siempre desde el respeto a las creencias de cada uno), conozco y comparto algunos de los valores del cristianismo. El caso, es que si vivís en España seguramente no escape a vuestro conocimiento que Sevilla es especialmente fervorosa en cuanto a devoción al cristianismo se refiere, siendo bien conocida por su fama la Semana Santa. Por si fuera poco, Sevilla es la ciudad con más iglesias de nuestro país, dato que sirve para apoyar un poco más todo esto.

Llegados a este punto, cuando se anuncia que un estudio afincado en la capital de Andalucía está trabajando en Blasphemous, uno se hace varias preguntas más que justificadas al respecto, en vista de la temática del juego. La primera: ¿Qué los lleva a crear un título así sabiendo la devoción que hay en Sevilla por la religión católica? Aunque por el momento no tengo la respuesta a esta pregunta, sí os puedo al menos hablar de Blasphemous, el fantástico Metroidvania patrio con elementos claramente inspirados en la obra de Miyazaki, creado por The Game Kitchen y distribuido por Team 17.

 

Una dura penitencia

Nos toca ponernos en la armadura de el Penitente, el último superviviente de la hermandad del Lamento Mudo, que recorre la hermosa y desolada tierra de Cvstodia afectada por la maldición de el Milagro, en un constante ciclo de muerte y resurrección sin fin. ¿Nuestro deber? Acabar con esta angustiosa maldición. ¿Va a ser sencillo? Para nada.

Sin entrar en más detalles de los necesarios, la historia no es muy diferente a la de el no muerto elegido de Dark Souls, y otras tantas que hacen uso de la figura de “el elegido”. En este caso, nos despertamos sin tener nada claro, pero nuestra es la tarea de poner fin a la maldición a golpe de espadazo. Por supuesto, la narrativa se expande con su mundo, y es que, la información sobre el oscuro mundo de Cvstodia se obtiene de la investigación y la observación, de los paisajes, los objetos y sus descripciones, o las conversaciones con los personajes que vamos hallando en nuestro periplo.

 

Empuña tu Mea Culpa, rezar no te servirá de nada

En lo jugable, Blasphemous presenta una propuesta típicamente inspirada en el género Metroidvania, donde como no podía ser de otra forma, no faltarán los combates y el plataformeo más desafiantes.

El Penitente cuenta con su fiel Mea Culpa, una espada nacida del remordimiento que le servirá para desmembrar a los enemigos o hacer paradas y contraataques, y con el tiempo, incluso podrá aprender nuevas habilidades para esta en los Altares Mea Culpa, donde mediante el pago de unas cuantas Lágrimas de Enmienda (la moneda del juego), podrá cargar un duro golpe con la espada, dar un espadaza en caída o lanzar un ataque a distancia (entre otras tantas opciones).

El combate es satisfactorio y tiene una curva de aprendizaje satisfactoria y asequible, siempre y cuando aprendas de la necesidad de usar el botón de esquivar con frecuencia y si el enemigo lo permite, incluso algún que otro parry que le deje vendido a merced de nuestra Mea Culpa. Las plataformas, por su parte, son algo más desafiantes. Generalmente, pasaremos bastante tiempo saltando entre muros, pisando plataformas que se desintegran con demasiada facilidad, y esquivando pinchos que aparecen del suelo.

Aunque no hay armas ni armaduras diferentes para equiparle a nuestro Penitente, existen diversos objetos que pueden ayudarnos en el mundo de Cvstodia, siempre y cuando seamos lo suficientemente curiosos para dar con ellos. Las Cuentas de Rosario, las Reliquias, los Corazones Mea Culpa o los Rezos, son extremadamente útiles, ya que pueden aumentar nuestra defensa, otorgarnos habilidades como hablar con los espíritus, aumentar la cosecha de Lágrimas de Enmienda o realizar ataques mágicos, entre otras tantas posibilidades.

Por supuesto, con el tiempo el Penitente será un guerrero cada vez más temible, puesto que cada vez dispondremos de más habilidades, y, además, más vitalidad (hay un NPC que nos otorga más vida si damos con este) y matraces biliares, haciendo así nuestro aciago viaje mucho más accesible. Pero no os confiéis, puesto que los enemigos son variados y no suelen dar tregua.

 

Cvstodia, un mundo sin esperanza

¿Qué hay de Dark Souls presente en Blasphemous? Bueno, antes hablé de los Prie Dieu, que hacen las veces de hogueras en el título de The Game Kitchen, de hecho, además de recuperar nuestra salud y rellenarse nuestros frascos de Estus… perdón, los Matraces Biliares, los enemigos volverán a la vida. Los enemigos proporcionan Lágrimas de Enmienda al morir, similar a las almas de Dark Souls. No obstante, ya que supongo que os lo preguntaréis, morir en Blasphemous no conlleva la pérdida de Lágrimas, aunque sí hay una penalización, y es que, dejaremos un fragmento de culpa (en forma de alma, similar a Hollow Knight) que se traducirá en menos poder mágico a menos que la recuperemos o busquemos que la expiación de nuestra culpa a cambio de un pago en Lágrimas.

El mundo de Cvstodia ofrece libertad a la hora de decidir hacia dónde dirigirnos, y suele interconectar bien las zonas al avanzar mediante mecanismo, ya sea bajando escaleras o abriendo puertas. Aunque se agradece esta libertad, hay que tener cuidado, puesto que, aunque existen algunos puntos de viaje rápido, son escasos y llevan a puntos concretos (no hay opción de viajes entre Prie Dieus), por lo que es más que probable que deis varias vueltas por las mismas zonas una y otra vez. Esto puede llegar a ser un poquito frustrante. En mi caso, y aunque en un principio nos instan a enfrentar a tres jefes para avanzar, tuve la sensación de haber comenzado con los más complicados, básicamente porque mientras los dos primeros me costaron algunos intentos, el tercero cayó rápidamente al primer intento sin tocarme una sola vez; además, sus ataques parecían mucho más básicos y predecibles que los de sus compañeros.

Si sois de los que disfrutáis del acopio de coleccionables, sabed que Blasphemous va bastante bien surtido en ese aspecto. Además de las ya mencionadas Cuentas de Rosario, Reliquias, Corazones Mea Culpa o Rezos; hay una serie de huesos pertenecientes a aquellos otrora habitaron la ahora maldita tierra de Cvstodia. Igualmente, existen una serie de objetos clave esparcidos por los escenarios, así como algunas zonas secretas que pueden depararos más de una sorpresa. Conclusión: sed curiosos desde la seguridad, merece la pena.

 

¿Hay belleza en la oscuridad?

Blasphemous cimienta su apartado gráfico en un precioso pixel art, aunque en esta ocasión, mucho más pulido que en The Last Door. Su mundo, es sin dudar su mayor atractivo, y es que está plagado de iconografía y diseños de inspiración religiosa, pero siempre, con ese tono oscuro, gore y deforme. Se apoya bastante en colores fríos y oscuros, aunque siempre hay espacio para el rojo escarlata de la sangre y los dorados del lujo pomposo de las reliquias eclesiásticas.

Asimismo, el título presenta una interesante variedad de escenarios, desde un pueblo estéril y casi sin habitantes, a una montaña helada, pasando por oscuras mazmorras y paisajes oníricos. Mención aparte merecen los diseños de los jefes finales, que, aunque algo más escasos de lo que me hubiese gustado, gozan de diseños maravillosos que mezclan esa argamasa de ente monstruoso grotesco y deforme, con figuras que fácilmente nos hacen pensar en la cristiandad.

Por si esto no fuese suficiente, uno no puede pasar sin mencionar las animaciones y efectos tan elaborados que hay presentes en Blasphemous. Desde la ejecución de enemigos que terminan en macabros baños de sangre, hasta los hechizos y las chispas que emanan de nuestra Mea Culpa al golpear.  En ocasiones, también se presentan algunas escenas animadas que son un regalo para la vista.

Para esta review hemos jugado en la versión de Switch, que, como sabéis, funciona a 1080p y 60 fps en sobremesa, mientras que en portátil baja hasta los 720p y 60 fps. Dicho esto, el desempeño ha sido en general muy bueno, sin problemas de tirones ni nada similar, aunque hay un pequeño glitch por el cual, una vez que el Penitente está parado en una escalera mientras sube o baja, se queda esta animación. Algo más molesto, fue intentar subir a una plataforma móvil y quedar suspendido en el aire sin más opciones que la de reiniciar la consola (no obstante, esto me pasó una sola vez). Aun así, me complace informar de que Team 17 ha informado mediante una nota de prensa de los problemas actuales de Blasphemous, asegurando que habrá un parche el día de lanzamiento que los solucione.

 

Sin pecado concebido

Blasphemous es un fantástico Metroidvania que brilla en gran parte por su temática religiosa y su fantástico mundo hermosamente presentado. Es posible que The Game Kitchen se haya centrado bastante en ofrecer una historia oscura y complicada de explicar, dejando un poco aparcados otros aspectos como los relacionados con lo jugable, donde realmente no reinventa nada. No obstante, si sois aficionados al género, os invito a darle una más que merecida oportunidad.

 

Kalas

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.