Dying Light 2 Stay Human se lanzó a principios de febrero en PlayStation 5, Xbox Series X/S, PlayStation 4, Xbox One y PC a través de Steam, e incluso Nintendo Switch, gracias a una versión jugable en la nube. Hoy, quiero hablaros de esta obra que, ya os adelantó, mejora en gran medida la propuesta jugable del original, no obstante, no es oro todo lo que reluce, puesto que todavía arrastra algunos problemas post-lanzamiento que, confiemos, se solucionen más pronto que tarde. Sea como fuere, si queréis saber si estamos ante el gran regreso de la serie de zombis o, simplemente ante una secuela decepcionante, no dejéis de leer todavía, ¡comenzamos!
Una historia de zombis descafeinada
Antes de entrar en materia, aviso a navegantes que tengan dudas sobre la conexión y/o necesidad de jugar al primer Dying Light antes de lanzarse con esta segunda entrega. Dying Light 2 tiene lugar 15 años después de los eventos del primer Dying Light. Dying Light 2 presenta un nuevo protagonista, un nuevo elenco de personajes secundarios y está enmarcado en unos escenarios completamente diferentes. Obviamente, habrá alguna que otra referencia por aquí y allá, pero si no jugaste la precuela, tampoco vas a perderte nada de importancia. Aclarado esto, continúo.
Dying Light 2 Stay Human sigue la historia de Aiden, un peregrino (personas que recorren el mundo haciendo la labor de mensajeros) que ha llegado al último bastión de la civilización en la Tierra en busca de su hermana Mia, perdida hace mucho tiempo. Sin embargo, dado el tamaño colosal de esta última ciudad y la política cada vez más candente que la rodea, viéndose implicado en un conflicto entre varias facciones que luchan por el control de la ciudad, el viaje no será tan simple como esperaba. Con varios personajes complejos que conocer en el camino y elecciones que tomar que moldearán para siempre el futuro de la ciudad, las acciones de Aiden tendrán ramificaciones más grandes que le afectarán no solamente a él. Sin embargo, sus acciones dependen completamente de nosotros.
La toma de decisiones es uno de los grandes pilares del juego. Hay muchas elecciones diferentes que tomar con respecto a la historia y las facciones que vienen con sus propias consecuencias. Aiden se verá obligado a tomar partido, elegir a quién ayudar y a quién sacrificar. A pesar de las decisiones ramificadas y los múltiples finales, la historia de Dying Light 2 finalmente se siente bastante mediocre y predecible. Las primeras horas, aunque lentas y monótonas, hacen una labor necesaria construyendo y presentando esta civilización desconocida, por llamarla de alguna forma. El caso, es que una vez que entras en la sección de mundo abierto, la cosa cambia tomando un giro un poco extraño. Hay una gran cantidad de diálogos que aportan poco o ninguna utilidad, dejándote más confundido que otra cosa, y pese a ello, al final uno es incapaz de simpatizar con los compañeros de la IA. El cambio de tono entre gran parte de las misiones principales y las secundarias es algo que se siente discordante. En un minuto tienes que decidir qué facción se alza y qué facción se hunde. Si bien el juego tiene diversas virtudes a resaltar, la historia no está entre ellas.
Parkour y combate, los pilares principales
Este título amplía los principios básicos de la serie establecidos por su predecesor al tiempo que introduce una serie de elementos de juegos de rol y otras mejoras. La experiencia de juego principal alterna entre tres actividades aparentemente simples: parkour, combates y saqueo. Si bien estas mecánicas estaban presentes en el Dying Light original lanzado en 2015, la secuela ha sufrido una revisión masiva del gameplay, consiguiendo así que tanto los veteranos de la serie como los recién llegados pueden disfrutar de la experiencia.
El parkour es sin duda la mejor parte de Dying Light 2. El primer Dying Light tenía un parkour increíble, pero de alguna manera, desde Techland han logrado hacerlo aún mejor. Se siente pulido, suave y fluido, especialmente porque puedes aprender más habilidades de parkour y unirlas en una serie de maniobras dinámicas. Cada salto, cada ascenso, cada vez que ruedas, se siente rápido e impactante, lo que lo convierte en una maravilla. Igualmente, los añadidos en esta entrega aportan mucho en este sentido, como por ejemplo, correr por las paredes y volar en parapente, creando así nuevas dimensiones a la hora de moverse, algo que se echaba mucho de menos en el original. Complementando a la perfección la mecánica del parkour se encuentra la ciudad de Villedor. El mapa no solo es varias veces más grande que el del primer Dying Light, sino que también hay suficiente variedad de entornos y obstáculos que lo hacen ideal para correr libremente. La arquitectura de la ciudad no solo es agradable a la vista, sino también divertida para saltar y escalar.
Durante el día, la calle está plagada de zombis que gimotean, sin embargo, sensibles a la luz ultravioleta, muchos de ellos permanecen en el interior de los edificios. Esto hace que los tejados se conviertan en el terreno más confiable para transitar, haciendo uso de nuestras habilidades de parkour. Por otro lado, cuando cae la noche, los diversos tipos de infectados se vuelven más agresivos. Los zombis abandonan los edificios y las calles se convierten en un mar de carne tambaleante. Las variantes mutadas patrullan abiertamente y envían hordas de zombis que corren veloces sobre cualquiera que vean, lo que a menudo resulta en una horrible carrera hacia la fuente de luz ultravioleta artificial más cercana. Tampoco puedes quedarte afuera por mucho tiempo en la noche debido al sistema de inmunidad del juego. Si no te expones a la luz del sol o a la luz ultravioleta durante un cierto período de tiempo, te convertirás en un zombi y se acabará automáticamente el juego. Esto ayuda a dar una sensación de urgencia y es una forma divertida de mantener la frescura en las salidas nocturnas.
El combate resultará familiar a cualquiera que haya jugado algún hack and slash moderno en primera persona. Blandir una tubería, esquivar a un zombi o patear a alguien por un acantilado ya debería ser algo natural, pero el juego usa algunos métodos para animar las cosas. En cuanto a la lucha y la acción, en su mayor parte, las armas de fuego se han eliminado del juego. No podrás encontrar municiones y armas tiradas por ahí, en cambio, el enfoque principal del juego se centra completamente en el combate cuerpo a cuerpo. Desafortunadamente, las armas cuerpo a cuerpo, especialmente las armas contundentes, se sienten menos impactantes que en el original. Cuando toca enfrentarse a un grupo de enemigos, los jugadores tienen una serie de opciones antes de enfrentarse. Un jugador típico puede optar por la naturaleza confiable del combate abierto: apresurarse, espada en mano, listo para golpear y rajar. Pero un jugador observador puede optar por un enfoque táctico que combine parkour y sigilo, con el uso de un arco o kunai. Una vez que la pelea ha comenzado, el jugador se enfrenta a decisiones constantes entre usar ataques cuerpo a cuerpo, a distancia o parkour.
Personalizando a Aiden
El énfasis en las elecciones del que hablaba en el apartado de historia del juego, se extrapola también a otros ámbitos, y es que, se da una enorme relevancia a que el jugador tome decisiones, ya que los jugadores pueden elegir atuendos, armas, facciones y misiones secundarias. Aparte de aumentar las estadísticas y habilidades del personaje, todas estas opciones influyen en cómo el jugador interactuará con el mundo.
En lugar de tener un sistema XP simple como la mayoría de los juegos de rol, en Dying Lighy 2 ganas XP al participar en escenarios de parkour y combates. Esto culmina en un hermoso ciclo jugable en el que se recompensa al jugador por hacer uso de sus diferentes habilidades. Esta es una magnífica idea, ya que estos dos árboles de habilidades son definitivamente más impactantes en términos de gameplay y diversión que si se hubiese optado por un sistema más genérico.
Dying Light 2 ofrece muchas más opciones de personalización que su predecesor. Ahora puedes vestir a Aiden con diferentes atuendos y accesorios con sus propias estadísticas. Afortunadamente, a diferencia de muchos juegos de rol, el mejor equipo en realidad se ve muy bien. Otro gran cambio es la adición de inhibidores. Estos coleccionables son la única forma de aumentar la salud y la resistencia de Aiden. Están dispersos y ocultos por todo el mapa y el juego te anima a buscarlos, ya que algunas habilidades solo se pueden desbloquear una vez que hayas logrado aumentar tu salud y resistencia a un nivel específico.
Un apocalipsis zombi en todos los sentidos
Un juego postapocalíptico, o al menos uno bueno, debe poder vender su mundo de manera efectiva para sumergir a los jugadores en ese entorno. En este sentido, reconozco que desde Techland han hecho un gran trabajo. Los detalles, desde algo tan simple como un zombi promedio hasta un edificio decrépito repleto de infectados, realmente venden esta idea de un mundo que está perdido por culpa las hordas de zombis. Las animaciones también juegan un papel importante en el juego en sí. Si atacamos repetidamente a las extremidades enemigas, estas se desmembrarán. Si bien la mayoría de los humanos caerán después de perder una extremidad, los zombis solo se verán obstaculizados por la falta de un brazo. Pero, por encima de todo, ver dicho brazo o cabeza cortado limpiamente es infinitamente satisfactorio en el combate. Muestra que los equipos de arte y animación realmente tienen una habilidad especial para su oficio.
En cuanto al sonido, puedes cortarle la cabeza a un zombi y escuchar el sonido del chorro de sangre y los sonidos de su cuerpo tropezando con el suelo, lo que te hace sentir como una fuerza a tener en cuenta. Lo mismo ocurre con la música que, a diferencia de la mayoría de los juegos, puede integrarse en el gameplay y reaccionar a tus acciones. Esos momentos en los que estás corriendo y saltando de azotea en azotea se mejoran audiblemente con algunas pistas grandilocuentes que amortiguan esos saltos. Sin duda, estos son pequeños detalles, pero tienen un impacto notable.
Como ya habréis leído por ahí, el juego no salió al mercado exento de fallos, y aunque ahora que ha pasado algo más de tiempo hay cosas que ya se han solucionado, todavía quedan algunos problemas pendientes, aunque es algo más o menos común en juegos con mundos abiertos de estas magnitudes. En ningún caso obstaculizarán demasiado tu experiencia, pero es importante recalcar que están ahí.
Conclusión
Dying Light 2 Stay Human es una obra que destaca por su jugabilidad y presentación, pero que a la vez, flaquea en otros aspectos como su historia y los diversos fallos todavía presentes. Si esta review se centrara única y exclusivamente en el punto de vista de la jugabilidad y la presentación, sería una gran experiencia que podría recomendar fácilmente. Hay muchas horas de diversión en la exploración, el parkour y el combate, pudiendo encadenar movimientos a la vez que nos sentimos como una máquina de matar imparable. Tristemente, no se puede obviar su historia mediocre o los diversos errores que todavía le acompañan y lastran.
Pese a todo, a través de su mecánica de parkour increíblemente divertida, su mundo abierto y una serie de mejoras diversas con respecto a su predecesor, hacen que, a pesar de todas las imperfecciones, el juego siga siendo increíblemente divertido, especialmente si disfrutaste con el primer Dying Light.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.