Cuando Sega lanzó Judgment, un spin-off de la serie Yakuza protagonizado por Yagami Takayuki, un abogado defensor que dejó de ejercer para reconvertirse en detective de las calles de Kamurocho, no tuve mucho que pensar, pues la impronta que había dejado en mi la saga principal era suficiente motivo de confianza como para lanzarme a la piscina sin pararme a contemplar si había o no agua en el fondo. De nuevo, Ryu Ga Gotoku volvió a demostrar su buen hacer, dejando claro que las calles de Kamurocho eran lo suficientemente grandes como para albergar más de un protagonista. Ahora que el estudio japonés ha decidido dar un giro completo a los cimientos jugables de Yakuza con su séptima entrega, abandonando el género brawler al que nos había acostumbrado durante todas sus entregas principales y el propio Judgment, para demostrar que tenían capacidad de sobra para experimentar sin miedo y expandir las fronteras hacia un género que era para ellos terreno ignoto, el rol. Pese a las dudas iniciales suscitadas, Yakuza: Like a Dragon no solo consiguió conquistar a crítica profesional y usuarios con su cambio, sino que demostró que, pese a que era imposible no echar en falta a Kiryu después de tanto tiempo gozando de su compañía, Ichiban Kasuga era un protagonista muy interesante que compartía una serie de valores y actitudes con el Cuarto Líder del Clan Tojo, por lo que hay Yakuza para rato.
Con el lanzamiento en abril de Judgment Remastered, que suponía el desembarco del título en las consolas de nueva generación presentando algunas mejoras técnicas en forma de 60fps y tiempos de carga más rápidos, en detrimento de perder algo de su propio estilo al desechar ese filtro noir que le sentaba tan bien, se preparaba el terreno para lo que estaba por llegar. Y es que, este mes ha sido Judgment el que ha agrandado su propia familia con un nuevo título, Lost Judgment, las nuevas aventuras de Yagami y su compañero Kaito en Kamurocho y Yokohama, en la que les tocará investigar un caso que, al igual que en el primer juego, no tardará mucho en tomar diferentes matices que conducirán a una trama subyacente mucho más elaborada de lo que se muestra inicialmente. ¿Queréis saber más? ¡Pues vamos a ello!
Una historia de acoso y… asesinato
Mientras que Yagami y Kaito se dedican a sus labores detectivescas haciendo pesquisas para un caso en el que un host parece estar engañando a una joven para sacarle el dinero; Saori, abogada del Bufete Genda y compañera de Yagami, está en el juzgado junto a Hoshino defendiendo a su cliente, Akihiro Ehara, un policía en activo que está siendo juzgado por un caso de acoso, pues como bien muestran las pruebas, incluido un vídeo que se emitió por televisión, todo apunta a que se propasó en un vagón de metro al tocar a una mujer por debajo de la falda. Una vez dictada sentencia, Ehara sonríe maliciosamente y hace la siguiente declaración delante del juez: “Hace tres días apareció un cadáver en un edificio abandonado de Yokohama. ¿Lo han identificado ya?”. Según parece, el cuerpo pertenece a Hiro Mikoshiba, un profesor de prácticas que, en palabras del propio Ehara, había conducido a su hijo al suicidio, pero no había sido castigado por la justicia por dicho acto.
Por otro lado, Yagami y Kaito se personan en Yokohama para visitar a Sugiura y Tsukumo, dos viejos conocidos que se han unido para formar su propia agencia de detectives, Yokohama 99. Estos, han solicitado la ayuda del dúo de Kamurocho para recabar información sobre un encargo del propio director del Instituto Seiryo, Yuzo Okuda, que tiene sospechas sobre casos de bullying perpetrados entre los alumnos de su centro. Así pues, durante la investigación, Saori solicitará la ayuda de Yagami en el caso de Ehara, que, casualmente, estará íntimamente conectado con el Seiryo, ya que Mikoshiba, el profesor asesinado estuvo impartiendo clases en el mismo instituto. ¿Casualidad? Sea como sea, Yagami irá tirando del hilo para descubrir las conexiones entre los casos e intentar arrojar luz sobre el misterioso caso de Ehara. ¿Cómo sabía lo del cadáver? ¿Es siquiera posible que pudiese haber asesinado a Mikoshiba el mismo día y a la misma hora que estaba siendo grabado y detenido por el caso de tocamiento en el metro? En nuestras manos queda averiguarlo…
Una vez más, Ryu Ga Gotoku demuestra que no tiene miedo a hacer girar sus títulos sobre problemas reales que pocos se atreven a tratar, en este caso, está fuertemente centrado en hablar y concienciar sobre el acoso escolar y las posibles consecuencias de este. Trata el tema desde unos y otros flancos, mostrando a los acosadores, a las víctimas, a los compañeros que simplemente deciden girar la cabeza hacia otro lado, a los profesores que guardan silencio e incluso a los cómplices y, por supuesto, a padres torturados que tienen que convivir con las consecuencias fatales desencadenadas por el bullying. La culpa, el miedo, la rabia… hay muchos sentimientos y motivaciones entremezclados en los diferentes personajes que forman parte de esta obra, que sin duda, conseguirán permear en el corazón del jugador.
Un investigador preparado vale por dos
Al igual que el primer juego, Lost Judgment divide su gameplay en dos segmentos concretos, los combates y la investigación, aunque en esta ocasión, se ha puesto algo más de ímpetu en el desarrollo de la segunda con nuevos añadidos. A los diferentes estilos de combate de Yagami, la Grulla (útil contra grandes cantidades de enemigos) y el Tigre (especialmente recomendado contra enemigos fuertes), se le añade un tercer estilo, el de la Serpiente, pensado para ser usado contra rivales armados, pues se especializa en realizar contraataques al defenderse de los golpes con arma, abriendo así la posibilidad de dañar al contrario tras desestabilizarlo. Además, añade algunos Heat Action de lo más peculiares, como por ejemplo, derrotar mediante el miedo al dar una patada cerca de la cara del rival para asustarlo y que caiga al suelo sin tocarle. Otro cambio interesante y que ayuda a mejorar el resultado, es la posibilidad de contraatacar un ataque de herida mortal al esquivar en el momento justo, abriendo una brecha que permite contraatacar con otro botón. Igualmente, el daño recibido de heridas mortales puede curarse con normalidad, sin ser ya necesario un botiquín o la visita a un médico.
La investigación también se ha visto mejorada con algunas mejoras y nuevos elementos, y es que, la vigilancia de sospechosos cuenta ahora con un nuevo elemento de distracción temporal, que permite fingir que utilizamos el teléfono móvil o que miramos hacia al suelo, cualquier cosa con tal de intentar que el objetivo no descubra que le seguimos a cierta distancia mientras ocultamos nuestra presencia detrás de muros, coches y otros elementos. Por supuesto, vuelve el uso de la cámara para conseguir instantáneas que sean de utilidad, eso sí, habrá que cumplir una serie de requisitos relacionados con la nitidez, el zoom y la visibilidad de ciertos elementos. A otros útiles de infiltración clásicos como el dron o los disfraces, se le suman ahora la infiltración, que es similar a vigilar a un sospechoso, pero en un área plagada de personas capaces de descubrirnos, a las que se puede despistar lanzando una moneda, escondiéndonos, con bombas de humo o incluso, en según qué circunstancias, dejándolos inconscientes por la espalda (obviamente está permitido contra matones pero no contra policías, por dar un ejemplo)
Las persecuciones, disponen ahora de una barra de resistencia propia y otro del personaje perseguido, al que únicamente será posible darle caza una vez que se haya agotado. La mecánica es la misma, correr y hacer quick time events, aunque también se pueden patear objetos de la calle para golpear al contrario y mermar así un poco más rápido su resistencia. Hablando sobre persecuciones, otro añadido relevante es el parkour, que permite que Yagami escale por tuberías y salte entre cornisas para alcanzar lugares a los que no podría acceder de otra forma. Pasando ahora a los añadidos detectivescos, se añade un micrófono para escuchar desde cierta distancia, y un dispositivo medidor capaz de detectar sistemas de escuchas. Y ojo, aquí viene lo más importante, Ranpo, el perro detective, un precioso shiba inu que nos ayudará con su agudo sentido del olfato a dar con la persona indicada mientras nos guía con la correa.
Historias escolares y mucho más
Como ya es marca de la casa, Lost Judgment viene cargadito más allá de su historia principal, cuya duración es muy similar a la del primer juego, unas 25-30 horas aproximadamente. Huelga decir que hay una importante cantidad de misiones secundarias, y en este sentido, hay algunos cambios que hacen todo un poco más interesante. Las misiones escolares son muy interesantes y, además de presentar varios minijuegos, tienen sus propias historias de interés que intentan converger en un único punto común, un tipo misterioso al que apodan “El Profesor” que parece estar llevando por el mal camino a algunos alumnos mediante un foro de dudosa legalidad, a cambio de mejorar determinadas habilidades, ofrecerles protección, etc. Al poco de llegar al Seiryo, Yagami tendrá que infiltrarse como monitor para su investigación principal, por lo que pasará a formar parte del Club Resuelvemisterios, presidido por Kyoko Amasawa, el personaje revelación de este videojuego, y es que, Amasawa es realmente carismática y tiene una personalidad muy divertida, por lo que aportará mucho a estos casos. El tema, es que Yagami deberá infiltrarse en diferentes clubs escolares (y otros no tan escolares) para obtener información sobre El Profesor y los alumnos con los que ha contactado. Así, se generarán pequeñas historias escolares en cada uno de los clubes asociados además a una serie de minijuegos. Desde peleas de robots, hasta baile o partidas de Virtua Fighter. Presentar así las submisiones, sin duda, ha sido uno de los mejores aciertos de Ryu Ga Gotoku, pues son mucho más interesantes que si únicamente las disuelves por el mapa de la ciudad en forma de persona que busca ayuda (aunque de estas también hay algunas)
Además de las submisiones, como siempre, hay un enorme abanico de posibilidades para pasar el rato, desde los dardos hasta las recreativas, hasta el boxeo o las carreras/exhibiciones de monopatín… Sí, en Lost Judgment Yagami consigue un monopatín con el puede desplazarse por las carreteras de Kamurocho y Yokohama. Igualmente, hay búsquedas secundarias como las de los dibujos de las ardillas, que siempre nos proveen de objetos de interés, o la siempre interesa opción de acercarte a las diferentes comunidades gatunas de la ciudad para hacerte su amigo poniéndoles nombre, dándoles de comer, haciéndoles caricias o mirándolos con ternura. ¿Quién no querría subir al máximo su Gatularidad con todos los michis del barrio?
El dragón se mantiene en pie
Gráficamente, Lost Judgment vuelve a hacer uso del Dragon Engine, un motor que lleva mostrando músculo desde 2016 con el lanzamiento de Yakuza 6: The Song of Life. Es innegable que el nivel de este motor era una auténtica viguería para la época de PlayStation 4 y Xbox One, pues se alcanzaba un nivel de detallismo tremendo, especialmente en los rostros de los personajes y la vestimenta, que mostraban un realismo abrumador. Es entendible que se siga utilizando este motor, puesto que esta es una obra intergeneracional, pero no puedo ocultar mi deseo en este aspecto, y es que, creo que Ryu Ga Gotoku debería dar un paso más en las consolas de nueva generación en este sentido, puesto que pese al escaso catálogo de PlayStation 5 y Xbox Series X en estos momentos, ya hay en el mercado algún que otro videojuego que saca un músculo tremendo en lo visual, algo que Lost Judgment no consigue del todo.
En cuanto a la banda sonora, se vuelve a contar con una buena cantidad de temas de gran calidad, entre los que hay un puñado de novedades y viejas canciones ya conocidas con algún que otro arreglo, algo que siempre se agradece por temas de nostalgia. Las actuaciones de voz, para no variar, siguen estando a un magnífico nivel, y nuevamente, el título llega con subtítulos al castellano, una iniciativa que Sega comenzó hace un tiempo y que cada día se agradece más.
Conclusión
Ryu Ga Gotoku vuelve a demostrar su valentía una vez más al tratar un tema complejo como es el acoso escolar, mostrando y concienciando al mismo tiempo. Si esto ya es algo digno de aplauso, el resultado final mejora gracias a los añadidos al sistema de investigación, así como a las historias escolares, que hacen que la obra sea doblemente interesante, primero por su historia, y segundo por la historia de los alumnos del Seiryo y la misteriosa figura de “El Profesor”.
Pocas cosas negativas se pueden comentar de un título que mejora a su antecesor y sigue manteniendo el tipo técnica y visualmente, aunque confiemos en que futuras entregas trabajen únicamente con la nueva generación en mente para dar un salto de calidad igual al que supuso en 2016 el uso del Dragon Engine. Si acaso, el hecho de que para avanzar en las historias escolares haya que repetir minijuegos una y otra vez, especialmente sangrante para mi en las batallas de robots, donde mejorar piezas os costará farmear algún que otro combate extra. Esto podría extrapolarse a la necesidad de subir nivel en determinadas habilidades, lo cual puede obligaros a repetir algún que otro minijuego en pos de ganar algo de experiencia en esa habilidad (carisma, trabajo en equipo, etc.) Sea como fuere, no me cabe duda, al igual que cuando analicé el Judgment original, que estamos ante uno de los grandes títulos del 2021.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.