
El título nos presenta una interesante ambientación oscura, apocalíptica y llena de misterio. Será nuestro cometido desentrañar una historia llena de horror, pesar y absolución. Si os gustan los juegos tácticos no podéis ignorar a Othercide, por lo que, si es el caso, os recomiendo echarle un vistazo al análisis bajo estas líneas.
Una siniestra historia
Seamos claros desde un principio, no jugaréis Othercide por su trama, aunque esta bien supone un interesante aliciente para el juego. El juego comenzará con una secuencia en la que nos darán unas ligeras pinceladas sobre su historia. Encarnaremos a una entidad llamada La Madre, cuya misión será salvar al Infante, un ser que ha sido raptado por el Sufrimiento, causando la fragmentación y la destrucción de la realidad. Será en este mudo roto, llamado El Velo, en el que se desarrollará nuestra historia.
Por el camino nos enfrentaremos a oscuros cultistas, macabras pesadillas y engendros abisales, encarnando un ciclo de vida, muerte y resurrección sin final. Y es que este es el tema principal de Othercide, el ciclo de la reencarnación. Y es algo que el juego hace muy bien. El planteamiento jugable cuadra perfectamente con el ciclo de vida-muerte que plantea el título, cosa que no suelen conseguir otros juegos que tratan el mismo tema. Realmente sentimos como toda muerte puede generar vida, y como toda vida no termina en la muerte. Puede parecer simple, pero es algo realmente satisfactorio una vez dentro del bucle de Othercide.
En nuestro periplo conoceremos a diversos jefes, todos con un trasfondo y una temática diferente, que llegarán para hacernos temblar de terror. A pesar de que estos jefes puedan parecer cliché, su diseño y comportamiento los hace magnéticamente enigmáticos. Y ya os avisamos, los veréis bastantes veces… aprenderéis a temerlos y a odiarlos.
Un roguelike diferente
Como ya os comentábamos más arriba, Othercide es un roguelike diferente. Coge las bases del género, como la generación de entornos aleatoria o el ciclo de renovación entre partidas y lo adapta a una fórmula nueva y refrescante para este tipo de juegos: los RPG tácticos.
Othercide plantea su avance a través de días, en cada uno de los cuales podremos adentrarnos en varias mazmorras aleatorias. En cada una de estas mazmorras nos enfrentaremos a distintos desafíos, siendo acosados siempre por los secuaces del mal. En algunas de estas misiones tendremos que erradicar a todos los enemigos, en otras sobrevivir cierto número de rondas, en otras llegar al punto de rescate, etc. Cada vez que realicemos una misión visitaremos distintos mapeados, todos divididos en cuadrículas al más puro estilo «Tactics».
En cada turno de nuestros personajes podremos realizar varias acciones hasta consumir una barra de turno. En un principio podremos elegir hasta entre tres tipos de «hijas» (los personajes controlables), cada una centrada en un rol diferente: La Maestra Afilada, especializada en realizar daño masivo con su gran espada. La Portadora del Escudo protegerá a los demás personajes con su lanza y escudo, haciendo de bastión defensor para nuestro equipo. Por su parte, la Guardiana de Almas hostigará a los enemigos con su rapidez y sus pistolas.
Entre misiones podremos mejorar a nuestros personajes, equipar mejoras o invocar refuerzos. Tras el paso de siete días tendremos que enfrentarnos al jefe de la zona, por lo que más nos vale estar preparados. Sin embargo, no desesperéis si comenzáis fracasando, pues la verdadera fuerza viene del ciclo de reencarnación de nuestras hijas, que las devolverá a nosotros más y más poderosas cada vez.
Se nota sin embargo que Othercide es un experimento novedoso en el género, pues tiene fallos bastante importantes tanto en su vertiente roguelike como en su vertiente tactics. Los mapeados se repiten con demasiada frecuencia, lo que nos permite anticiparnos demasiado en frecuentes ocasiones. Por otra parte el apartado táctico se ve resentido por una simple premisa, el juego no utiliza la altura como variante. Por lo demás, el gameplay se siente realmente equilibrado, estratégico y divertido, realizando runs seguidas sin apenas darnos cuenta. Las misiones son desafiantes (aunque repetitivas) y los jefes son realmente brutales y estratégicos.
Un apartado artístico realmente precioso
Tengo que confesarlo, lo primero que más me llamó la atención, y lo culpable de que entrara al juego intrigado y con ganas, fue su apartado artístico. Othercide mezcla tres simples colores para generar una paleta cromática increíblemente llamativa. Negros, blancos y rojos se combinan y juntan para generar una sensación de terror, soledad y violencia absolutamente increíble. Ayuda también el diseño de personajes, muy estilizado y esbelto, resaltando el poder y la delicadeza de las hijas en contraste con la brutalidad y el horror de las criaturas del mal.
Los escenarios están bien detallados aunque son pequeños y muestran la misma gama de colores que los personajes y enemigos. Las partículas y efectos son vistosos y detallados, destacando la espectacular de los ataques y los golpes críticos, además de las animaciones de algunos de los jefes.
La banda sonora también es sorprendentemente notable, con algunos temas de hard rock instrumentales y vocales compuestos por el grupo Solitaris, desconocido hasta ahora.
Conclusión
Othercide es una propuesta diferente dentro del mundo de los roguelike. Su planteamiento táctico trae una brisa fresca a un género cada vez más en auge, consiguiendo destacar simplemente por su innovación. El loop jugable que plantea queda limitado por la falta de algunas características que deberían ser necesarias, aunque resulta adictivo, divertido y desafiante a pesar de ello.
Su apartado artístico combina a la perfección el simplismo de una gama tricromática con un efectismo absoluto gracias a su elección de colores. Su banda sonora consigue destacar con temas que bien podrían componer el conjunto de un album de rock-metal, acompañando de manera perfecta el fragmentado y apocalíptico mundo que Othercide nos presenta.