[Análisis] Pelo Pata Popó

[Análisis] Pelo Pata Popó

TIEMPO DE JUEGO
15-25 minutos
EDAD
8+
EDITORIAL
SD Games
LANZAMIENTO
Diciembre de 2022
NÚMERO DE JUGADORES
2-4
DISEÑADOR
Sophia Wagner
GÉNERO
Lanzamiento de dados
Con afán de despedir el pasado año, SD Games lanzó un par de party juegos al mercado durante esas fechas tan familiares, el primero de ellos, One Finger, del que ya os hemos hablado largo y tendido en su análisis que compartíamos ayer mismo; el segundo, fue Pelo Pata Popó, juego lanzado originalmente hace un par de años bajo el nombre de Poo Poo Pets, que ya está disponible en el idioma de Cervantes con una floritura en el nombre que parece inspirada en el popular programa Pelo Pico Pata, que al igual que este juego de mesa, ponía su foco protagonista sobre los animales. ¿Queréis saber más sobre este curioso juego de dados en el que los animales cambian constantemente de dueños? ¡Pues vamos a ello!

 

Componentes

Lo primero en lo que uno repara en este juego, es en las ilustraciones del mismo presentes en la caja, unos simpáticos animaluchos de ojos grandes y expresiones variadas dibujados por Anne Pätzke, una artista con amplia experiencia en el mundo de los juegos de mesa, entre cuyos trabajos destacan su participación en el mítico Carcassonne, así como un sinfín de juegos de corte infantil, por poner algunos ejemplos sobre la mesa. Al abrir la caja, el componente que más resalta, por tamaño que no por colorido, es la enorme caca de plástico que, de forma similar a los juguetes para perros, mediante un pito hace ruido una vez que la aprietas, por lo que si tenéis animales o niños muy pequeños por casa, corréis el riesgo de que se fijen en ella. Este curioso elemento tan protagonista en la experiencia, hará las veces de pulsador mientras se desarrolla la partida. Original, ¿verdad?

Lo siguiente a señalar entre los escasos componentes de Pelo Pata Popó, es un conjunto de veinticuatro dados de diferentes colores, divididos de la siguiente forma: seis dados de color rosa, otros seis amarillos, seis más azules y, por último, seis de color verde). El color de estos dados obedece el color de las losetas de animales que vienen en el juego, y que de igual forman, dividen un total de veinticuatro entre seis losetas de cada tipo: las verdes son pájaros, las amarillas van dedicadas a los gatos y las azules, a perros, por último, las rosas son unicornios. Estas losetas tienen una sección del mismo animal con caca si les das la vuelta.

En cualquier caso y como siempre, os dejo una lista completa a modo de referencia para que sepáis qué vais a encontrar en el juego:

  • 24 dados de colores
  • Una caca
  • 24 losetas de animales

 

¡Róbale esas mascotas cagonas a tus rivales!

Si One Finger ya era un juego sencillo, este no se le queda a la zaga. La preparación de la partida pasa por colocar la caca en el centro de la mesa, repartir a cada jugador el grupo de mascotas y dados de un mismo color, y ya está, una vez que cada uno coloca sus mascotas en su lado de la mesa, estamos más que listos para comenzar. Básicamente y a modo de resumen, únicamente tienes que tirar los dados de tu color simultáneamente junto al resto de jugadores para hacer coincidir las combinaciones de dados con las fichas de mascota de tus oponentes. Una vez que lo logres, simplemente debes apretar rápidamente la caca para indicarlo y parar así la partida hasta que se compruebe. Si los resultados son acertados, te quedas la mascota indicada y la colocas bajo las tuyas por su lado inverso, es decir, el lado de caca. El juego permite que puedas volver a lanzar cualquier número de dados tantas veces como desees hasta que obtengas los resultados que buscas. Tan pronto como te quedas sin fichas de mascota, quedarás eliminado de la partida. Fácil, ¿verdad?

Aunque el resumen del párrafo anterior ha sido suficientemente conciso como para no requerir de mucho más explicación, voy a intentar profundizar un poco más en todo esto. La partida funciona básicamente lanzando dados rápidamente una y otra vez, mientras intentas conservar los resultados que te interesen para conseguir hacerte con una mascota del grupo rival, puesto que aquel jugador que se quede sin mascotas, quedará eliminado. Así pues, una vez que los resultados de tus dados coincidan con una mascota de otro jugador, debes apretar la caca, momento en el que todos los jugadores deberán parar de lanzar dados para pasar a la comprobación. A la hora de querer hacerse con un animal, se aplican las siguientes reglas:

  1. Solo puede irse contigo el primer animal de la columna de animales de tu oponente, empezando por arriba.
  2. Puedes volver a lanzar los dados que quieras, apartar algunos dados e incluso volver a lanzar los dados que habías apartado.
  3. Siempre puedes cambiar la combinación que intentas lograr por la de otro animal que esté el primero en una columna de animales.

Volviendo a la comprobación de resultados pos apretar la caca sonora, si la combinación es correcta, el animal en cuestión dejará a tu oponente y se unirá a tu elenco de animales al final de la columna, eso sí, por su lado marrón, el que aparece con el icono de la caca. En caso de error, no te llevarás el animal y, además, el juego te penalizará quitándole la última loseta de animal que tengas en tu columna, por lo que mucho cuidadito, que como bien dice el refranero, “las prisas no son buenas consejeras”. Hay que ser ágil, claro, pero también comprobar y recomprobar bien las tiradas, ya que perder a un animal es un golpe importante que puede comprometer nuestra partida y llevarnos a la derrota.

Durante el avance natural de la partida, todos los jugadores acabarán teniendo animales robados a otros y, en algún momento, terminarán en la posición más alta de su columna. Cuando esto sucedo y consigamos el resultado en los dados necesarios para hacernos con el control de ese animal con su fondo marrón, directamente se descartará a la caja, por lo que no es posible recuperar un animal perdido. Tras la comprobación de rigor, todo el mundo continúa lanzado dados y siguiendo esta dinámica hasta que se vayan eliminando los jugadores el perder todas sus mascotas, tanto las propias como las que tienen una caca (previamente robadas a otros jugadores). La partida terminará cuando solo un jugador tenga animales, coronándose así como campeón de la partida.

 

Escalabilidad

Si bien Pelo Pata Popó contempla la posibilidad de ser jugado de dos a cuatro jugadores, hacerlo con el mínimo número de jugadores es muy poco recomendable, ya que solamente os podréis robar animales entre vosotros, lo que atraería rápidamente el tedio y la monotonía en una carrera de dados. Por supuesto, pese a que el núcleo central jugable va a ser el mismo haya más o menos jugadores en mesa, al menos habrá algo más de pique entre todos, ya que es posible que varios intentéis buscar los mismos resultados para robar un mismo animal, o incluso, que en base a cómo vaya cada jugador, intentéis priorizar quitarle animales al que mejor vaya en cada situación. Estos detallitos, que son la salsa de la vida, se evaporan completamente jugando a dos.

 

Conclusión

Pelo Pata Popó es un juego de lanzamiento de dados en el que únicamente prima la suerte y, en menor medida, aunque siempre complementariamente, la velocidad con la que los lances. Si os gustan este tipo de juegos, bueno, estáis de suerte, su colorido y los dibujos de los animalitos pueden llamar la atención de los más pequeños, e incluso la caca, puede resultarles graciosa. No obstante, quizás los más mayores, que posiblemente tengan más mermada la movilidad, lo tengan más complicado para unirse a sus nietos y jugar en igualdad de condiciones.

Por todo lo expuesto, desde aquí otorgamos un Meeple Bronce/Meeple Campesino a Pelo Pata Popó.

 

(Si queréis conocer nuestra forma de valorar juegos de mesa, os dejamos aquí un enlace a nuestra política de reviews para comprender nuestro sencillo sistema de meeples)

Kalas

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.