![[Análisis] Stray [Análisis] Stray](https://gaminguardian.com/wp-content/uploads/2022/04/Stray.jpeg)

Evitando la respuesta que podría dar un furry, la buena gente de BlueTwelve Studios se hizo la misma pregunta. ¿Cómo sería ser un gato, al menos durante un tiempo? Lo cierto es que pocas veces se ha podido controlar a un felino en un videojuego, y cuando se ha hecho el resultado siempre ha sido anecdótico. Con la intención de hacer sentir al jugador como uno más de la manada y de emocionar al personal con una historia que ahonda de forma directa en la ciencia ficción neo-cyberpunk, Stray se trata de un título único y especial que, sin lugar a dudas, no se parece en nada a lo visto en la industria, algo que ya viene siendo costumbre en los títulos editados por Annapurna Entertainment. Pero… ¿Ser único significa ser bueno? Respondamos esta pregunta en el análisis completo, que podéis leer a continuación.
En un lugar de la superficie, una manada avanza
Stray nos presenta la historia de un gato aventurero que, junto a su pequeña manada, recorre día a día los lugares más recónditos de la superficie. Moviéndose a través de tuberías y desagües, estos gatos avanzan sin miedo al abandono. Sin embargo, nuestro protagonista acaba perdiéndose por culpa de una mala caída, y se pierde en un lugar desconocido que remite a una civilización… Pero hundida bajo tierra. Armado con una valentía sin precedentes, nuestro amigo felino deberá hallar la forma de volver a la superficie, aunque esto no será nada debido a que las profundidades ocultan muchos misterios: por un lado, aquí habitan unas pequeñas pero letales criaturas que, cual plaga, han acabado con cientos y cientos de vidas y amenazan con acabar la de nuestro protagonista, mientras que por otro lado encontramos a los supervivientes, un grupo de máquinas con comportamientos humanos que viven ocultas en aldeas y ciudades. Con la ayuda de algunas máquinas y de un dron con graves problemas de memoria, el gato tendrá una oportunidad para conseguir aquello que nadie ha conseguido en mucho tiempo: volver a disfrutar del aire puro y de la luz solar.
Lo que parte como una trama sencilla sobre una perdida y un viaje de vuelta acaba presentándose como una historia centrada en la importancia de la amistad, en la reflexión sobre lo que hace a uno humano y sobre la voluntad para seguir adelante. El uso del gato como protagonista permite, por un lado, empatizar mucho con los personajes, y por otro, añadir unos tintes de humor que le sientan de escándalo. A decir verdad, la historia no es la gran cosa, pero funciona bastante bien. Es simpática, deja un buen sabor de boca, y se disfruta, a pesar de que sus personajes no son, por lo general, muy memorables, y hay puntos en los que se siente un poco alargada, cosa extraña teniendo en cuenta que su duración es realmente escasa. El juego puede ser completado en poco más de 3 horas, dividiéndose en 12 capítulos de duración variable (algunos pueden durar 10 minutos, y otros media hora). Sin embargo, el plato fuerte del juego no está para nada en su historia, si no en su jugabilidad y su apartado técnico.
Ahora tú eres el gato
Pasando a hablar del apartado jugable del título, Stray se plantea como un juego de plataformas y puzles en 3D, donde todo el escenario se desenvuelve como un enorme rompecabezas que deberemos superar haciendo uso de las habilidades propias de un felino. Y la verdad es que el juego se esfuerza mucho para hacer sentir que verdaderamente controlamos a un gato: tenemos un botón dedicado exclusivamente a maullar, con lo que podemos quitarnos enemigos de encima y atraer su atención, y otro dedicado al salto, mecánica que incide mucho en la verticalidad del diseño de niveles. Es decir, la mayor parte del tiempo la pasaremos saltando entre balcones, tejados, señales y demás elementos del escenario, planteando una suerte de parkour que funciona muy bien y que remite a grandes juegos de la talla de Mirror’s Edge. De hecho, el uso del color y la iluminación me han recordado mucho a este título, pues ambos elementos sirven de guía al jugador en sus enormes escenarios. Sin la falta de estos, sería muy difícil saber a donde vamos, y el juego hace un trabajo formidable en este sentido. Ojo, que esto no quita que no haya escenarios algo más complejos y con un diseño algo más pobre. El diseño del juego es muy bueno, y hay momentos en los que brilla especialmente, pero en otros el juego se siente muy pobre. Hay dos capítulos concretos que buscan reforzar la exploración de escenarios muy amplios, cumpliendo misiones de recadero, y estos acaban siendo los puntos más flojos del título. No solo rompen con el genial ritmo que hasta ese momento mantenía el título, si no que acaban apabullando al jugador. Y es una pena, porque quitando esto el juego es muy divertido y frenético: tendremos misiones de sigilo, misiones de «combate», misiones de huida… Hay de todo en su breve duración, lo que hace que el juego enganche y sea muy divertido. No es especialmente complejo, y cuenta con un buen número de secretos y guiñitos que gustarán a muchos (me ha encantado, personalmente, encontrar puntos en los que poder hacer que el protagonista descanse o que raye ciertas superficies con sus uñas).
En lo técnico el título sobresale gracias a sus espectaculares efectos de iluminación y al uso del color antes citado, además de contar con un nivel de detalle apabullante. El título ofrece una inmersión sin precedentes auspiciada en parte por su increíble apartado gráfico, que se alza como uno de los más vistosos disponibles hasta el momento en PS5. No he encontrado problemas de bugs o glitches, y la verdad es que el título destaca especialmente por su fluidez. Por último, en cuanto al sonido también encontramos un trabajo formidable. La banda sonora está bien llevada, contando con temas especialmente ambientales que le dan al título un toque distintivo y con unos efectos de sonido que inciden en el carácter de ciencia ficción del juego.
Conclusión: Un hito en el mundo felino
Stray es un título que me ha sorprendido gratamente, pues a pesar de no ser para nada perfecto y de tener serios problemas de ritmo y algún que otro error de diseño se mantiene como un juego fresco, interesante y con una capacidad para atraer como pocos, gracias en parte a su ambientación cuidada hasta el más mínimo detalle y planteada a través de su excelente apartado gráfico. Es un juego divertido, cortito e intenso que podrán disfrutar todos los amantes de los videojuegos, la ciencia ficción y, por supuesto, los gatos. Os lo recomiendo, sin duda alguna.

Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.