Volviendo al título de Striking Distance Studios y Krafton, en este texto analizamos, unos días después de su lanzamiento, esta nueva experiencia que está dando tanto de qué hablar por las redes sociales en un constante tira y afloja entre defensores y detractores, gente que ha sido incapaz de pasar de los primeros minutos, y otros que ya han logrado completar el Platino. Como siempre, para gustos colores. En cualquier caso y como siempre, la mejor forma de forjarse una opinión realista es juzgar por uno mismo siempre y cuando se tenga la oportunidad de probar el producto. Sea como fuere, ya os adelanto que en mi experiencia, The Callisto Protocol ha sido una experiencia de contrastes, pero desde luego, no me arrepiento de haberlo jugado e incluso, ha sido capaz de generarme suficiente interés para completar el juego. ¿Queréis saber más? ¡Pues vamos a ello!
Sobreviviendo en el satélite muerto
The Callisto Protocol comienza con Jacob Lee y su compañero de fatigas, Max Barrow, ambos pilotos de carga de la United Jupiter Company, que transportan un misterioso cargamento por el espacio hasta que, en un momento dado, son abordados por lo que parecen ser una especie de grupo de contrabandistas, piratas espaciales o algo similar. En mitad de esta situación y con la nave comprometida por culpa del nuevo grupo de a bordo, los pilotos solicitan ayuda y permiso para aterrizar en Calisto, la segunda luna más grande de Júpiter y lugar neurálgico de toda la actividad del juego, un lugar yermo y frío que alberga la infame prisión de Hierro Negro, una penitenciaría vigilada constantemente por incansables guardias robóticos. Una vez que la nave se estrella y Max muere de forma horrible durante el aterrizaje de emergencia, Jacob y Dani (la mujer asaltante) son detenidos y conducidos hasta la prisión por Leon Ferris, el capitán de la guardia de la penitenciaría, hasta que ambos terminan encarcelados y, bueno… de repente todo se empieza a desmoronar en “Ferronegro”. Explosiones, gritos, gente cayendo al vacío, robots de aquí para allá y, como no podía ser de otra forma, seres monstruosos que deciden que este es un momento tan bueno como cualquier otro para golpear y matar a todo lo que se mueva. Averiguar qué está pasando y salir del satélite muerto será nuestro principal cometido. ¡Bienvenidos a The Callisto Protocol!
Comienzos duros que dejan paso a mejoras futuras
En lo jugable, The Callisto Protocol se basa en gran medida en apostar por el combate cuerpo a cuerpo, especialmente en los primeros compases de la aventura. Inicialmente, Jacob únicamente dispondrá de un palo largo de metal con una punta en forma de martillo que, más pronto que tarde, sustituirá por una porra eléctrica. Así pues, estos primeros encuentros físicos solamente pueden solventarse mediante el sistema de esquiva y bloqueo, una sencilla acción que se lleva a cabo simplemente moviendo el joystick hacia la derecha o la izquierda poco antes de recibir el ataque enemigo, o moviendo hacia abajo en el caso de intentar un bloqueo. Este sistema funciona correctamente con un enemigo o pocos, especialmente si vienen uno detrás de otro, pues es fácil anticiparse a sus ataques una vez que vas conociendo a cada monstruosidad, el problema real viene cuando te ves rodeado, superado en número por adversarios por delante y por detrás, recibiendo incluso cuando esquivas. Esto, ha conducido a más de un jugador a la desesperación y la frustración, con cierta razón, por supuesto, especialmente si se ha sumado algún bug que haya podido perjudicar a la experiencia, pero claro… esta primera hora o más, dependiendo de las muertes y el avance de cada cual, hace un poco las veces de tutorial, uno especialmente duro e incluso tosco en ocasiones, puede que incluso injusto. El caso, es que si lográis traspasar esa barrera inicial, que es sin ninguna duda la parte más complicada del juego, una curva de dificultad que, incomprensiblemente, comienza a descender con el paso del tiempo y que encuentra su culmen en los primeros minutos, seréis capaces de ver qué tiene The Callisto Protocol para vosotros.
The Callisto Protocol se vuelve más divertido conforme más avanzas en la partida, entre otras cosas, porque esa autoimposición del juego por el combate cuerpo a cuerpo va evolucionando para dar paso a diversas herramientas, desde una pistola que puede modificarse para dar lugar a otras armas, hasta el G.R.P., un dispositivo en forma de guante que sirve para controlar la gravedad y ser capaz de elevar objetos y enemigos, dando así un nuevo cariz al sistema de combate. Cuando consigues la pistola de servicio y el G.R.P., si bien no puedes dormirte en los laureles, todo se vuelve más accesible, especialmente si explotas todo el potencial de tu guante antigravedad empujando a unos enemigos contra otros y, lo más divertido, arrojándolos violentamente contra paredes con pinchos para empalarlos y liquidarlos de un único movimiento bien ejecutado. De hecho, el juego pone bastantes de estas paredes dispersar por todo el juego, por lo que te invita constantemente a hacerlo, algo que hará de tu camino uno mucho más agradable. En cuanto a las balas, al disponer de un solo arma se tornan un bien escaso y hay que utilizarlas con cabeza, especialmente útiles para frenar a los rivales con disparos en las piernas y darles un buen golpe con la porra antidisturbios, así como aprovechar la mecánica de disparo que sale en mitad de nuestros ataques cuerpo a cuerpo.
El siguiente paso que hace evolucionar el combate en The Callisto Protocol es la obtención de la escopeta antidisturbios y las demás armas que pueden fabricarse mediante la obtención de planos en las diversas máquinas de impresión 3D repartidas por el juego, que a su vez sirven para mejorar todas las armas (incluido el G.R.P.), así como fabricar munición o inyecciones de salud si fuese necesario, siempre y cuando tengamos los créditos necesarios para dicha creación/mejora. Cuando ya vas pertrechado con todo el arsenal existente, el juego se vuelve mucho más cómodo. Las balas dejan de ser un problema al disponer de tantas armas de fuego y puedes ir alternando entre unas y otras, que entre los drops de los enemigos, las cajas y demás, reponer munición no supondrá un dolor de cabeza. De hecho, en ese sentido en mis últimos compases, se quedaba mucha munición sin coger en el camino, ya que el inventario de Jacob es finito, especialmente hasta la mitad del juego más o menos, que se amplia considerablemente, y pese a ello, seguramente os toparéis con muchos más objetos de los que podréis almacenar. En ese aspecto, recordad vender todo lo que os sobre en las máquinas de mejoras, especialmente aquellos ítems que únicamente están pensados para generar un puñado de créditos con su venta. Volviendo sobre mis pasos, en este punto el combate es mucho más sencillo incluso contra enemigos más duros y numerosos que los iniciales, entre otras cosas, porque si te lo montas bien puedes acabar con todos sin necesidad de combates cuerpo a cuerpo, únicamente con el G.R.P. y tus armas. Y es que, en los combates más exigentes contra jefes (o jefe, si somos realistas) acercarse es un error de manual, pues los ataques instakill están a la orden del día. Entre otras opciones, siempre puedes infligir muertes sigilosas (hay una parte que te invita a hacerlo constantemente) y oye, si te ves superado siempre puedes intentar correr hacia la siguiente zona, alguna que otra vez funciona…
En cuanto a la exploración en The Callisto Protocol, es simplemente correcta. De vez en cuando se te ofrecen algunos desvíos que suelen conducir a la obtención de valiosos recursos o coleccionables en forma de audios, alijos que esperan ser abiertos (¡y ojo mucho cuidadito al abrirlos) y más. En cuanto al G.R.P., si bien su uso más interesante es el ofensivo, hay algunas cajas con suministros en lugares inaccesibles que solamente pueden conseguirse bajándolas mediante el uso del guante gravitatorio, por lo que más te vale ser observador en cada rincón que vayas explorando. Desviarte en tu camino, no sirve exclusivamente para ganar más recursos, aunque sea su principal atractivo, sino que te ayudará a conocer más sobre la historia del juego y por ende, es un atractivo extra para los más curiosos.
Magia audiovisual para el deleite de los sentidos
El trabajo a nivel audiovisual de Striking Distance Studios con The Callisto Protocol es sencillamente impresionante, posiblemente su mejor virtud y, además, un toque de atención para esos grandes estudios que se curran más las excusas que los juegos. Si decides jugar en el Modo Alta Fidelidad con sus 4k y el correspondiente ray-tracing, vivirás una experiencia digna de una producción triple A de alto presupuesto, que hace gala de unas cotas de calidad al nivel de Resident Evil Village o incluso superior, por compararlo con un título del género reciente disponible en consolas next-gen. El diseño artístico es una completa viguería, ver The Callisto Protocol en movimiento es asombra por su oscuro atractivo, sus juegos de luces y sombras y, en definitiva, todos sus ámbitos. Dicho esto, la calidad desciende si apuestas por el Modo Alto Rendimiento, sacrificándose el plano visual por ofrecer una experiencia más sólida en cuanto a la tasa de frames, e incluso así, el resultado sigue siendo muy bueno, aunque es una pena que la famosa generación de los 4K y los 60 fps como base para cualquier título, haya terminado por condenarnos a la ya impuesta elección de modo fidelidad vs modo rendimiento, dejando ver que la potencia en las palabras de algunos directivos era mayor que en las propias máquinas.
Pasando ahora al trabajo sonoro, la banda sonora y los efectos de sonido consiguen mantenerte constantemente en tensión, especialmente estos últimos, que entremezclan los sonidos de los gemidos de los enemigos, con el de la maquinaria industrial y los pasos del personaje, para crear una atmósfera que no te permite relajarte en ningún momento, especialmente si utilizas auriculares mientras juegas, ya que The Callisto Protocol está diseñado para disfrutarse con sonido 3D inmersivo, aumentando así esa sensación de inseguridad, inquietud y caos, que uno tiene constantemente durante las alrededor de diez o doce horas que puede llevarte completar la obra de Striking Distance Studios. Por cierto, como detalle para los usuarios de PlayStation 5, el título aprovecha las posibilidades del DualSense ayudándonos con una retroalimentación constante sobre lo que hace Jacob, tanto durante las peleas, especialmente al esgrimir nuestras armas contra los enemigos, como fuera de ellas, al llamar un ascensor, subir una escalera, etc. Igualmente, cuando recibimos comunicaciones de otros personajes que no están presentes en la escena, al DualSense hace las veces de “teléfono” saliendo la voz por este.
Salir con vida de Ferronegro no será tu única problema
Tristemente, ahora tengo que hablar de lo malo, porque sí, The Callisto Protocoltiene diversos problemas, eso no es un secreto para nadie a estas alturas. Uno de los primeras rarezas que me crucé mientras jugaba, es que de vez en cuando hay fallos con las voces, al menos si juegas con ellas en español, pues desconozco si esto se extrapola a nivel general. Desde momentos en los que directamente no hay sonido alguno cuando dos personajes conversan, hasta momentos en los que de repente su tono de voz baja drásticamente el volumen o directamente, hablan en inglés por, entiendo, un problema de traducción. En otro orden de cosas, jugando en PlayStation 5, consola utilizada para la review, en una ocasión al entrar al menú de pausa e intentar salir, la pantalla quedaba completamente en negro, pese a que técnicamente el juego seguía en activo, pues se escuchaban voces, pasos y demás, pero no podías ver literalmente nada en pantalla, no era una congelación de la misma, ni siquiera un error de esos que te saca al menú de la consola, pero sin duda, no me dejó más opción que reiniciar desde el último punto de guardo. Y hablando de guardar la partida, ¿para qué sirve el guardado manual? Es decir, es absurdo ofrecer la posibilidad de utilizar un guardado desde el menú si te va a reiniciar la partida en el último punto donde se haya realizado un autoguardo, que es básicamente lo que hace el juego, un sinsentido…
Por último y como ya mencioné, el sistema de esquivas no es del todo fino, por no decir que, según el caso concreto, es directamente inservible. ¿Sirve contra enemigos que te rodean por delante y por detrás? No. De hecho, con el tiempo y conforme vuestro inventario de armamento se amplíe, optéis por depender del cuerpo a cuerpo lo menos posible, puesto que, además de que mantener distancias siempre es más seguro, el juego se encarga de dar munición con asiduidad y, además, directamente en batallas de jefes (hay un par contados, uno que se recicla en varias ocasiones y el final) acercarse puede suponer una muerte rápida, que no un destrozo en la barra de salud, no, una muerte instantánea mientras ves la escena gore de turno en la que despedazan al protagonista. Y, oye, ¿no es esto a la larga un problema cuando basas tu mecánica jugable principal en un sistema de esquives de combate cuerpo a cuerpo? Yo diría que sí, pero qué sabré yo… si al final casi todo lo solventaba rápidamente con el poder gravitatorio del G.R.P. y una buena trituradora o un barranco. La variedad de enemigos es correcta, sin más, mientras que la de jefes (por eso de que el plural se utiliza cuando hay más de uno) es directamente obscena e irrisoria. Como colofón, hay algunas ocasiones puntuales en la que los frames flaquean, especialmente cuando se juntan un puñado de enemigos en una zona.
Conclusión
The Callisto Protocol son luces y sombras, desde luego, es una obra que dista muchísimo de ser perfecta, pero eh, pese a la frustración y los fallos ha conseguido entretenerme de principio a fin, por lo que algo habrá hecho bien, ¿no?. ¿Se lo recomendaría a todo el mundo? Ni harto de vino. ¿Volvería a pasármelo una segunda vez? No, para nada. En cualquier caso, creo que si eres capaz de dejar pasar algunos fallos y consigues superar la barrera de los primeros compases del juego (una que me llevó unas cuantas muertes de más, por cierto), es posible que te topes con algo que pueda llegar a merecer la pena, o al menos, así ha sido en mi caso.
Confío en que, pese a las diversas opiniones sobre The Callisto Protocol, que parecen ser por lo que se lee en redes sociales desde su lanzamiento o blancas o negras, el juego goce del suficiente éxito en ventas como para que Striking Distance Studios y Krafton se planteen una secuela, una que sea capaz de mantener todo lo bueno de esta obra y que a su vez, logre solventar todo aquello que ha empañado el resultado final. Si es así, algún día volveréis a leerme hablando sobre lo que, a partir de entonces, será una franquicia de terror en toda regla.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.