[Análisis] Yakuza 3 Remastered

[Análisis] Yakuza 3 Remastered

Hace un par de meses, en plena Gamescom, Sega anunció de forma precipitada la salida al mercado de The Yakuza Remastered Collection, que estaría conformado por los tres títulos protagonizados por Kiryu Kazuma que faltaban por llegar a PlayStation 4 para completar la saga (Yakuza 3, 4 y 5). Esta noticia fue acogida con gran entusiasmo por parte de la comunidad de fans (en la que me incluyo), que pensaba que con una consola que está dando ya sus últimos coletazos, tendría que conformarse con jugar a estos tres juegos en sus versiones originales de PlayStation 3.

Tristemente, no todos los juegos salieron a la vez, y es que, se preveía un lanzamiento escalonado con poco más de un par de meses entre título y título. Asimismo, el pack estaría únicamente disponible en formato digital, al menos durante los primeros meses, y es que, no será hasta el 11 de febrero del 2020 junto al lanzamiento de Yakuza 5 Remastered, cuando tenga lugar la llegada al mercado de la fantástica edición física limitada.

Aunque mi plan es hablaros de los tres juegos que conforman este conjunto remasterizado, a día de hoy me centraré en hablaros del único que está disponible por el momento, Yakuza 3, la primera obra de la franquicia principal en dejarse caer por PlayStation 3.

Atención, a partir de este punto, leeréis algún spoiler del final de Yakuza 2/ Kiwami 2, por lo que, si no habéis jugado aún, os aconsejo posponer la lectura para después.

 

El Kiryu más paternalista

Tras los acontecimientos vividos en el segundo título, que llevan a Kiryu a pelear contra el clan Omi capitaneado por Ryuji Goda y la Jingweon Magia de Yukio Terada, nuestro joven de buen corazón decide retirarse de la vida yakuza dejando a Daigo Dojima a cargo del Clan Tojo, pero antes de dejar las calles de Kamurocho, Kiryu decide “hablar” con Majima para pedir que apoye y defienda a Daigo para que el clan pueda recuperarse y estar unido, aunque como ya sabemos, este tipo de cosas nunca terminan bien…

En cualquier caso, El Dragón de Dojima se retira a Okinawa donde funda un orfanato y se enfunda una camisa hawaiana mientras juega con los muchachos y les educa. Aunque todos sabemos que Kiryu es un pedazo de pan, este juego nos permite ver su faceta más tierna, más paternal. Gracias al cielo, cuenta con la ayuda de Haruka, que toma el papel de hermana mayor al cuidado de todos, ayudando con la compra, la comida y otras tantas tareas.

Sin ánimo de destapar mucho más de la trama, puesto que es lo que hace especial a la franquicia y, por ende, descubrir más corre por vuestra cuenta, os diré que habrá traiciones, muertes, conspiraciones políticas y todo lo que suele estar presenta en los juegos de la saga. Si en algo se diferencia de sus antecesores, es que, al estar a cargo de un orfanato, el juego es mucho más suave en general, pasando gran parte de los capítulos entre Okinawa y el orfanato, intentando resolver los dramas de nuestros pequeños en un intento por encariñarnos con estos. Con deciros que a Kiryu le preocupa que Rikiya le llame “aniki” delante de los niños, porque no le gusta que piensen que se codea con la yakuza, bueno, os podéis hacer una idea.

Revelations y persecuciones

Pese a que obviamente hay una buena dosis de acción esperándonos, esta entrega es mucho más pausada y centrada en su historia que las anteriores, y, claro queda desde el principio, que la apacible y colorida Okinawa no tiene nada que ver con la vida nocturna y los neones a los que nos tiene acostumbrados Kamurocho.

A nivel jugable en comparación con Kiwami y Kiwami 2, se pierden las diferentes posturas de las que hace gala el Dragón de Dojima, apostando por una única forma de combatir a la que, como siempre, podemos ir añadiéndole nuevas técnicas vía entretenimiento, o bien usando los puntos obtenidos tras cada combate, como viene siendo habitual en la franquicia. La posibilidad de utilizar armas y objetos del mobiliario sigue presente, no obstante, esta vez las armas y armaduras comparten espacio en la bolsa de objetos comunes.

Quizás el añadido más llamativo sea el sistema Revelations, que hace que Kiryu presencia una escena rocambolesca y móvil en mano, comience a sacar fotos en una progresión de quick time events que van desarrollando el evento, para finalmente, colgar las imágenes e información en nuestro blog personal. Amén de ser realmente cómico, dejándonos a ancianas en moto volando (uno de los gifs que me llevó a interesarme en la franquicia, y que, a día de hoy, por fin sé situar en la franquicia) o niños que piden a su padre que les compren juguetes en una tienda un tanto especial (supongo que es lo que pasa cuando no explicas que son de corte adulto). Por si fuera poco, completar estas Revelations nos proporcionará nuevas Heat Actions.

Una de las novedades que presentaba Yakuza 3 (y que posiblemente hayáis vivido recientemente en Judgment) es la mecánica de persecuciones, que de vez en cuando se activarán obligándonos a correr tras de alguien con intención de placarle hasta derribarlo y darle caza (intentando que esto sea antes de que nuestra resistencia caiga por completo, o habrá que intentarlo de nuevo).

La remasterización: contenido y gráficos

Uno de los puntos más negativos y por tanto criticados en relación al lanzamiento original occidental, tuvo que ver con el recorte de contenido en la localización, puesto que Sega pensó que no encajaría demasiado bien entre el público de estos lares. Os alegrará saber, que este remastered viene junto al contenido eliminado, lo que se traduce en más de 20 misiones secundarias, minijuegos varios y la posibilidad de administrar un host club.

Ya sabéis que si por algo destaca la serie de Ryu ga Gotoku es por la ingente cantidad de contenido extra de la que dispone, bien en forma de misiones, como minijuegos, coleccionables en formas de key locker y otras tantas cosas. De hecho, si bien superar la historia principal os puede llevar alrededor de 19-20 horas (lo que supondría un 10% del juego o menos si vais a piñón fijo), intentar completar el título al 100% os puede fácilmente cuadriplicar esa duración. Al modo principal, hay que sumarle el New Game + y Premium Adventure que se desbloquean al finalizarlo. Igualmente, hay varios modos extra para dos jugadores en forma de minijuegos (dardos, billar, bolos y golf) a los que, por cierto, se añadirán dos más al terminar la historia.

Gráficamente, es bueno destacar que hay una mejoría respecto a la versión de PlayStation 3, ofreciendo una jugabilidad a 1080p y 60 fps. No obstante, si al igual que un servidor acabáis de jugar a Kiwami y Kiwami 2, notaréis rápidamente el bajón gráfico, y es que, no se puede perder vista que mientras que los dos anteriores eran remakes, estos son simplemente remasterizaciones. Esto es problemático, puesto que no podréis disfrutar de los fantásticos y detallados poros de la cara de Kiryu, las arrugas de Date o la chaqueta de piel de serpiente de Majima, que tristemente, luce bastante desmejorada. En otro orden de cosas, las secuencias de vídeo han sido completamente recicladas del original de PlayStation 3, algo que se nota a simple vista. Por otro lado, las animaciones se notan más toscas que en los juegos ya mentados, siendo los movimientos al andar especialmente muy robóticos.

 

Conclusión

Personalmente, considero que Yakuza 3 está lejos de ser el mejor título de la franquicia, no obstante, es una interesante continuación de las aventuras de Kiryu Kazuma, apostando por una historia más emocional y pausada que lo que estamos acostumbrados a ver. Por otro lado, el combate se presenta mucho más básico y queda lejos de los remakes que son Kiwami y Kiwami 2, aunque al menos, añade todo ese contenido recortado del lanzamiento original occidental.

Kalas

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.