[Análisis] Zoollywood

[Análisis] Zoollywood

TIEMPO DE JUEGO
30 minutos
EDAD
10+
EDITORIAL
SD Games
LANZAMIENTO
Marzo de 2023
NÚMERO DE JUGADORES
2 o 4
DISEÑADOR
Liu Xiao y HaoYuan Zhang
GÉNERO
Abstracto
Hace unos días compartíamos con vosotros la reseña de The Gardens, uno de los dos lanzamientos que desde SD Games tenían preparados para el pasado mes de marzo. Hoy, como ya habréis adivinado, toca hablar del otro título que llegó a las estanterías de las tiendas hace poquitos días, Zoollywood. Esta divertida experiencia diseñada por Liu Xiao y HaoYuan Zhang, es básicamente una reimplementación del Yin Yang Koi, un juego de mesa un juego abstracto en el que dos familias de Koi (las famosas carpas asiáticas) luchan por el control del estanque. En el caso del original, los propios Koi dejaban a sus alevines allá por donde pasaban y se comían a los del rival, mientras que en esta nueva versión, los Koi han sido sustituidos por simpáticos actores pingüinos que irán dejando huevos allá por donde vayan pasando, a la vez que quitan los del rival. ¿El objetivo? Colocar todos tus huevos antes de que lo haga el contrario o, en su defecto, que el oponente sea incapaz de llevar a cabo ninguna de las posibles acciones. ¿Queréis que entremos en detalle en esta sencilla y entretenido propuesta de pingüinos actores? ¡Pues vamos a ello!

 

Componentes

Zoollywood es un juego de tamaño comedido, para lo que estamos acostumbrados a ver en estos días. Si bien lo primero que uno se encuentra al abrir la caja es su pequeño tablero, uno recio y ciertamente pesado para su tamaño, pues es un tablero magnético que permite pegar distintos tipos de obstáculos al preparar las partidas, no es esto lo que te enamorará. Lo que te robará el corazón son los pingüinos, un conjunto de cuatro pingüinos de cada color (azul y crema) divididos en, un pingüino estrella de cada color, uno con una chistera y otro con una corona, y otros tres más de cada color que comparten diseño pero sin el sombrero que distingue a los primeros. Estos preciosos pingüinos de plástico vienen magníficamente protegidos en la caja bajo el resto de componentes insertados en un enorme pedazo de esponja negra. Está claro que estas cucadas son el principal reclamo del título, que lo hacen mucho más atractivo de lo que era el Yin Yang Koi original (que se lo pregunten a mi pareja, que se alegró mucho cuando se los enseñe). Sin duda, unos pingüinos bonitos y de calidad, que ya podrían sentar un precedente para el diseño de meeples chulos en vez de los típicos a los que estamos mal acostumbrados…

Pasando ahora al resto de componentes (pese a que podría seguir deshaciéndome en halagos hacia los pingüinos), remarcar que hay un total de treinta y dos huevos de plástico (dieciséis para cada color). Asimismo, se incluyen una serie de «obstáculos» en diferentes formas, desde una simpática gaviota o un pingüino emperador, sin olvidarse de los icebergs y los nidos de pingüino, todos ellos para probar diferentes tipos de partidas al posicionarlas por el tablero. En este sentido, el juego tiene a bien incluir cinco peanas que servirán para colocar obstáculos que tengan que mantenerse en pie en el tablero, como las aves ya mencionadas. Por otro lado, se incluyen cinco losetas de terreno (tres tormentas y dos tiendas de campaña) magnéticas que, al igual que los obstáculos, permitirán disfrutar de la experiencia de juego modificándola a nuestro gusto.

Por último, solamente queda hablar sobre las cartas. Las cartas de escena son las que sirven para preparar la partida e, introducción vía texto y simpático dibujo aparte, por detrás disponen de la información sobre cómo preparar el tablero, añadiendo los obstáculos o losetas de terreno que le son propias a la escena, así como las cartas de evento a utilizar en esa partida. Hilando con esto, las cartas de evento son una serie de habilidades, una suerte de poderes que el jugador puede utilizar durante el desarrollo de la partida según la acción que escoja, contando con una serie de cartas al inicio que pueden acompañarse de otras conforme se vayan robando. Principalmente, las doradas suelen ofrecer mejores habilidades que las plateadas. Como colofón, hay un par de cartas de ayuda a doble cara. Mención aparte al inserto del propio juego, que ofrece espacio de sobra para guardar todo cómodamente (cartas enfundadas inclusive) y a la esponja protectora para los pingüinos.

En cualquier caso y como siempre, os dejo una lista completa a modo de referencia para que sepáis qué vais a encontrar en el juego:

  • Un tablero
  • 2 Pingüinos Estrella (1 azul y 1 amarillo)
  • 6 Pingüinos ayudantes (3 azules y 3 amarillos)
  • 32 Huevos (16 azules y 16 amarillos)
  • 8 Obstáculos (1 gaviota, 1 pingüino emperador, 4 icebergs y 2 nidos de pingüino)
  • 5 Losetas de terreno (3 tormentas y 2 tiendas de campaña)
  • 5 Bases para los obstáculos
  • 5 Cartas de escena
  • 30 Cartas de evento (12 doradas y 18 plateadas)
  • 2 Cartas de referencia

 

Sinopsis

¡LUCES, CÁMARA, ACCIÓN! Zoollywood es la mayor productora cinematográfica del Reino Animal. Está a punto de comenzar la producción del próximo taquillazo de Zoollywood, Misión Polar; y se necesita un pingüino con talento para el papel del protagonista. Dos famosos actores pingüinos han conseguido llegar a la audición final, pero solo el mejor pingüino puede hacerse con el papel.

 

El mundo del espectáculo es duro, incluso si eres un pingüino

Preparar una partida de Zoollywood es absurdamente rápido y fácil, pues solamente hay que poner el tablero en la mesa, dar a cada jugador los correspondientes pingüinos con sus huevos del mismo color y, acto seguido, escoger una carta de escena para, en base a la información ofrecida por esta, colocar los distintos obstáculos y losetas de terreno, amén de seleccionar las cartas de evento indicadas en esta. De las cuatro cartas plateadas correspondientes al escenario, se da una copia de cada una a ambos jugadores, seleccionando cada uno solamente dos y devolviendo las restantes. Estas, habrán de barajarse junto al resto de copias de cartas plateadas y doradas que indicaban la carta de escenario, es decir, un total de 20 (3 copias por 4 cartas en el caso de las plateadas y 2 copias por 4 cartas en el caso de las doradas) que quedarán reducidas a 16 una vez que cada jugador se haya quedado con 2. Por último, el jugador inicial coloca un huevo del oponente en un espacio vacío del tablero, y a continuación, el segundo jugador hace lo propio con un huevo del rival. ¡Ya estamos listos para comenzar la partida!

El desarrollo de la partida, con una duración indeterminada de rondas, se lleva a cabo mediante diferentes acciones posibles que se irán realizando de forma alterna entre nosotros y nuestro rival, pudiendo elegir solamente una en cada turno. No obstante, antes de desglosar estas opciones, creo que es importante, como bien indica el reglamento en una anotación, delimitar qué la consideración de espacios la ostentan los puntos donde convergen las líneas, mientras que las áreas triangulares del tablero que hay entre los espacios, se utilizan para losetas especiales y efectos de cartas. Aclarado esto, las acciones son las siguientes:

  • Puesta: Coloca uno de los huevos de tu reserva en un espacio vacío del tablero. Durante esta acción, bien antes o después de colocar el huevo, es posible jugar una carta de evento de la mano.
  • Eclosión: Sustituye uno de tus huevos en el tablero por un pingüino de tu reserva (nótese que, en caso de haber colocado ya a los cuatro disponibles, no será posible realizar esta acción a menos que recuperes alguno de ellos a causa de una carta de evento, por ejemplo). No es posible colocar al pingüino estrella mediante esta acción a menos que hayas colocado ya a los tres pingüinos ayudantes en el tablero. Por último, roba dos cartas del mazo de eventos y quédate una de ellas, colocando la otra en la parte superior o inferior del mazo a tu elección (esta es la única acción que, en vez de permitirte jugar una carta de evento, te permite robarlas). Dicho esto, si después de robar sobrepasas el máximo de cuatro cartas de evento en tu mano, descarta hasta quedarte con cuatro.
  • Exploración: Mueve a uno de tus pingüinos, colocando huevos por todos los espacios por donde se ha movido, incluyendo su espacio inicial. Al igual que en el caso de la acción de Puesta, puedes jugar una carta de evento de la mano antes de mover a tu pingüino o al final, una vez hayas hecho el movimiento y la correspondiente puesta de huevos. Sobre el movimiento del pingüino, hay que hacer algunas consideraciones:
    • El movimiento se realiza moviéndose en el sentido de la línea que hayamos decidido seguir, teniendo presente que debe haber uno de nuestros pingüinos, un huevo o un obstáculo, que se interpongan en el camino y permitan al pingüino frenarse durante su movimiento por el hielo.
    • Cuando el pingüino llegue al borde del tablero, sigue su movimiento normalmente continuando por la parte opuesta del mismo. Obviamente, en su camino debe toparse con algo capaz de frenarle, ya que de otra forma, estaría abocado a una especie de espiral sin fin de movimiento que, por supuesto, no está permitida.
    • Si tu pingüino se cruza con un huevo del rival por el camino, no hay problema, solamente debes sacarlo del tablero y devolvérselo a su dueño para que lo añada a su reserva personal, sustituyéndolo en el tablero una vez que el movimiento haya acabado por uno tuyo.
    • Tu pingüino no puede ser frenado por un pingüino rival durante el movimiento, no está permitido, pues se considera una riña entre actores.
    • Si durante la acción de exploración utilizas a tu pingüino estrella para llevarla a cabo, en vez de jugar una carta de evento puedes elegir robar la carta superior del mazo de cartas de evento. ¡Ojo! Jugar o coger carta, ambas no.

Así pues, cada jugador irá tomando un turno realizando una de estas acciones hasta que, como ya indicaba al principio del texto, un jugador haya sido capaz de colocar todos sus huevos o, en su defecto, haya acorralado suficiente al rival como para incapacitarlo para realizar cualquiera de las acciones expuestas. Cuando eso suceda, habrá un ganador.

 

Jugabilidad clásica y sesuda

Durante mis primeras partidas a Zoollywood, tenía una sensación muy familiar en base a las mecánicas simples que el juego presentaba. A ratos, me venía a la memoria el Ajedrez, uno, en base al movimiento de los pingüinos, coronado únicamente por alfiles; en otros momentos, pensaba en el Tres en Raya, pues al igual que en este, debes colocar tus fichas (huevos, en este caso) de forma inteligente, a la vez que intentas torpedear al contrario impidiendo que pueda hacer lo propio, colocándole las tuyas de forma que impidas su victoria. En cierto modo, el juego de Liu Xiao y HaoYuan Zhang tiene un regusto a clásicos. Es un juego simple, sí, pero con muy buen gusto con una bonita apuesta estética y unas mecánicas que, por su accesibilidad, lo convierten en una gran opción para dedicarle unas cuantas partidas rápidas al mes, como descanso de los típicos euros más duros.

Pese a que he repetido en varias ocasiones que la propuesta jugable es fácil, esto no quiere decir que el juego no vaya a hacerte pensar, no te equivoques. Si bien la primera escena puede darte una idea distinta, pues solamente hay un único obstáculo central y ofrece por tanto bastante libertad de movimiento y colocación, a partir de la segunda escena la cosa se va complicando, pasando por una partida inicial que finiquitamos en apenas 20 minutos, a otra que fácilmente pudo consumir una hora de nuestro tiempo. El movimiento estaba mucho más restringido debido a los icebergs repartidos por el tablero, complicando la situación y llevando a que nunca hubiese un dominio claro de la partida por parte de ninguno de los dos, puesto que si en una acción de exploración quitabas huevos al rival para colocar los tuyos propios, a las dos o tres rondas posiblemente pasaría justamente lo contrario. Cuando todo está tan reñido, hay que pensar cada movimiento con cuidado y tener siempre presentes las opciones del contrario, ya que un movimiento que puede parecer a priori interesante, puede dejarte expuesta una zona al paso de un pingüino rival que arrase con parte de tus huevos. Igualmente, puede que sin darte cuenta, termines por encerrar a tu propio pingüino dejándolo sin opciones de movimiento, por lo que hay que estudiar bien cada paso.

Asimismo, las cartas de evento añaden dinamismo, variedad y, hasta cierto punto, un toque de impresibilidad azarosa que puede contribuir enormemente a desatascar una partida que, de otra forma, podría estancarse durante varios minutos. Cartas como «Momento Culminante» posibilitan saltarse las reglas de movimiento permitiendo que nuestro pingüino se pare al alcanzar el borde del tablero, mientras que «Tregua Temporal» hace lo propio permitiendo que utilicemos en esta movimiento a un pingüino rival a modo de «obstáculo», saltándose así la regla que imposibilita pararse usando a un pingüino rival. Por otro lado, «Luces fuera» permite retirar todos huevos y hasta un pingüino de un área triangular; mientras que «Nada por aquí, nada por allá», intercambia la posición de uno de nuestros huevos con otro del rival, lo cual puede contribuir en gran medida a cambiar las cosas si se utiliza de forma inteligente.

 

Modo libre y por equipos

Zoollywood no es un juego que presente variantes per se como tienen otros tantos juegos, pues lo único que ofrece es que te hagas un mix una vez que hayas jugado suficientes partidas y seas tú mismo quien decida como conformar su escena, de forma similar a como lo hacen las propias cartas, pero añadiendo y quitando obstáculos y losetas de terreno al gusto, amén de formar el mazo de eventos con las cartas que decidas. Es ciertamente decepcionante, pero también es comprensible en base a su limitada propuesta, pues no puedes añadir grandes variantes a una jugabilidad tan concisa y bien acotada como esta.

Si bien queda meridianamente claro que, al igual que su original, Zoollywood nació como un juego concebido para ser disfrutado por solamente dos jugadores, las instrucciones contemplan la posibilidad de jugar en un modo por equipos con cuatro jugadores, dos en cada equipo. El planteamiento jugable y el objetivo final es el mismo, con la salvedad de que los turnos irán rotando entre los diferentes miembros de cada equipo, a la vez que el tamaño máximo de cartas de evento en mano se reduce a tres. Asimismo, puedes jugar cartas, pero no comunicarle al compañero las cartas que tienes ni jugar las suyas. En fin, mi consejo, y por eso me voy a ahorrar en esta ocasión dedicarle un apartado a la escalabilidad, es que penséis en este como una experiencia hecho por y para ser jugada por dos personas, pues esta opción añadida un poco por añadir, no aporta novedades de ningún tipo y, además, te conduce a perder el control sobre la partida, pues dependes de un compañero con el que no puedes ni planificar en conjunto al estar prohibido mostrarse las cartas de evento.

 

Conclusión

Zoollywood es un juego abstracto fresco y muy atractivo que, gracias a unas mecánicas simples con tintes clásicos, crean una experiencia con bastante estrategia de fondo si quieres ganar. De hecho, en ocasiones puede llegar a ser casi agotador, pues hay ocasiones en las que la partida se puede estancar y solamente un despiste o la suerte disfraza en una carta de evento puede decantar la balanza hacia uno u otro lado.

Huelga decir que su baza principal son sus preciosos pingüinos, que convierten lo que podría ser una experiencia correcta pero visualmente aburrida, en una obra elegante y con papeletas para ganarse por los ojos tanto a jugadores habituales como a los menos acostumbrados a esta afición. Las partidas, generalmente cortas, las mecánicas simples y la variedad que aportan las cartas de evento en conjunción con los obstáculos y terrenos, se configuran en conjunto para crear uno abstracto muy recomendable para un amplio espectro de personas.

Por todo lo expuesto en el análisis le otorgamos a Zoollywood un Meeple Zafiro/Meeple Mago:

(Si queréis conocer nuestra forma de valorar juegos de mesa, os dejamos aquí un enlace a nuestra política de reviews para comprender nuestro sencillo sistema de meeples)

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.