Allá por el año 1997, en una jovencísima consola PlayStation, oímos por primera vez esos acordes, vimos por primera vez esas misteriosas luces verdes, para ver después un rostro como nunca antes habíamos visto. Tras eso, acompañábamos a esa joven vestida de rosa por un callejón, para encontrarnos sumergidos en la impresionante ciudad de Midgar. Así, mientras la cámara se alejaba de las calles y sobrevolaba esa monstruosa urbe, veíamos aparecer un título en pantalla que a muchos nos cambiaría la vida. Esto era Final Fantasy VII.
Recientemente, para la publicación de este mismo texto he rejugado (por millonésima vez) el que para mí es un juego que fue más allá de todos los estándares vistos en esa época y os voy a contar por qué, en mi opinión, ha supuesto uno de los mayores hitos de la historia de esta industria. No trataré de hacer un simple retro-análisis, sino que intentaré profundizar en qué fue, y sobre todo, en qué es ahora mismo, el juego original de Final Fantasy VII.
Como podréis comprender, este texto incurrirá en spoilers de la experiencia original de Final Fantasy VII, por lo que ruego que si no habéis jugado al juego no continuéis leyendo bajo estas líneas (¡al menos de momento!). Y como no podía ser de otra forma, doy inicio oficial a esta publicación con las más célebres palabras: Allévoy!
Un meteorito directo al corazón
Es innegable, en términos históricos, que Final Fantasy VII supuso un antes y un después para el mundo de los videojuegos. La salida del juego afectó de manera contundente no solo al mercado japonés, más acostumbrado a este tipo de títulos, sino al mundo entero. Así, un género como el RPG, de nicho por aquel entonces, vio su popularidad aumentada a cotas tan grandes que llegaría a estar en boca de todos.
Con Final Fantasy VII, la por aquel entonces Square puso toda la carne en el asador, lanzándose a la creación del proyecto más ambicioso de su historia. Esta vez el encargado de dirigir el proyecto fue Yoshinori Kitase mientras que Hironobu Sakaguchi, padre de la saga, se limitó a cumplir el rol de productor. También pudimos disfrutar de una banda sonora compuesta por el célebre Nobuo Uematsu y unos personajes diseñados por un jovencísimo Tetsuya Nomura. El guión, por su parte, fue escrito por Kazushige Nojima, que debutaba en la saga.
Con este reparto de genios detrás, y con todo el apoyo de Square, solo podía salir de ahí una obra maestra. Sin embargo, si a título personal hay algo que creo que influyó en el éxito de Final Fantasy VII fue el sentimiento de empatía. El equipo creativo del juego supo plantearnos una historia que, a la vez que se desarrollaba en un lejano e imposible mundo, nos contaba problemas que podíamos sentir muy cerca del nuestro. La crítica al absolutismo, el despotismo de los poderosos, la conciencia medioambiental en un mundo industrializado, el sentimiento de pertenencia a un lugar de las personas… Y que mejor manera de narrar todo esto que con una de las historias más increíbles y un elenco de personajes absolutamente brillante.
Y es que el juego presentó un bastísimo abanico de personajes carismáticos, incluyendo no solo a los protagonistas, sino a uno de los villanos más famosos de todos los tiempos o a personajes tan despreciables como Hojo o Escarlata. Final Fantasy VII supo hacer que amaras a algunos personajes, sintieras ternura por otros u odiaras a tus enemigos. Y esto, como bien sabéis, acaba en una de las tragedias más bonitas y dolorosas del mundo de los videojuegos. Sí, todos sabíais que este momento iba a llegar, estoy hablando de la muerte de Aeris.
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Creo que no yerro al decir que Square se jugó el todo por el todo en ese momento de la trama. Pocas, por no decir ninguna empresa desarrolladora hasta esa fecha había tenido la osadía de realizar un movimiento así. Y es que Aeris en ningún momento es un personaje tangencial, sino que hablamos de un miembro total y activo de nuestro grupo principal. Además, en un ejercicio de la mayor crueldad, en el juego convivíamos con ella horas y horas, la conocíamos mejor, compartíamos momentos con ella, nos encariñábamos con su personaje… y todo eso desaparecía en un segundo. Creo que hablo en nombre de todos los que jugamos el juego en su momento si digo que la sensación no solo fue devastadora, sino completamente inexplicable. “¿No va a volver?””¿Es en serio?”, más de uno exclamamos alguna de estas frases en ese momento. La muerte de Aeris nos provocó un vacío completamente asolador, algo que no era comparable con nada de lo que habíamos visto hasta la fecha en la industria.
Otro de los reclamos más bestiales de esta obra fue su antagonista; Sefirot. Le pese a quien le pese, Sefirot era, y sigue siendo, un antagonista absolutamente magnético, tanto en diseño como en comportamiento. Y es que, incluso tras más de 20 años, pocos villanos nos han acosado de maneras más amenazantes o intrigantes sin llegar siquiera a estar realmente presentes. Y el remate, claro está, tiene que ver con el párrafo anterior.
Mención aparte merece la absolutamente magistral banda sonora. Nobuo Uematsu no ha decepcionado nunca, pero en Final Fantasy VII la música alcanzó nuevas cotas de grandeza. Y claro, que mejor canción para demostrarlo que “One Winged Angel” la banda sonora del momento álgido del juego.
https://youtu.be/qDD-iYkHBhc
No todo son flores en esta iglesia
Claro que no todo fue como la seda, y dadas las limitaciones de la época, muchos de los elementos jugables o de ambientación sufrieron recortes necesarios para el funcionamiento del juego. Uno de los casos más sangrantes a nivel jugable fueron el tema de los escenarios y nuestra interacción con ellos. Final Fantasy VII jugaba con diferentes perspectivas cenitales y axonométricas que, combinadas con los escenarios pre-renderizados y con los modelos 3D de los personajes daba una sensación de realismo y belleza realmente genuina. Sin embargo a la hora de jugar esta mezcla no resultaba tan satisfactoria. Nuestro personaje se perdía en recodos de caminos 2D en los que lo perdíamos totalmente de vista, fallábamos un salto 50 veces porque Cloud no interactuaba bien con un elemento del entorno o nos era imposible encontrar el camino simple y llanamente porque no podíamos verlo desde el plano de cámara mostrado.
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Y claro, como voy a hablar de controversia en Final Fantasy VII y no voy a mencionar su nefasta traducción al castellano. Hoy día son famosas y se recuerdan con cariño líneas de diálogo como “Allévoy!”, “Su fiesta le espera en el primer piso” o “Eres una especie de mujer” pero la cruel realidad es que el juego estaba tan mal traducido que muchas partes de los diálogos eran difíciles incluso de entender. No hablamos de errores puntuales, graciosos y anecdóticos, hablamos de todo un JRPG lleno de texto con incongruencias, errores gramaticales, sinsentidos e invenciones que a día de hoy nos parecen difícilmente explicables. La propia Square aceptó esto tras la salida del juego y desde la empresa se tomaron medidas para que no volviera a suceder, externalizando las traducciones a partir de la siguiente entrega. Sin embargo, el daño ya estaba hecho.
No obstante, estos problemas nos llevan a plantearnos la siguiente pregunta; ¿Cómo habrían desarrollado Final Fantasy VII de no haber tenido limitaciones técnicas? La respuesta a esa pregunta está a la vuelta de la esquina, más cerca de lo que nunca hubiéramos pensado. Tan cerca que algunos ya la están disfrutando mientras un servidor llora, actualizando una y otra vez la página de envíos de Square Enix. Final Fantasy VII Remake ya está aquí. Todo el equipo del juego original está implicado, de una forma u otra, en el desarrollo de este remake, y se está poniendo especial atención y respeto hacia el material original. Deberíamos alegrarnos de su llegada, una reinterpretación del clásico que nos conquistó a todos como nunca antes lo habíamos visto. Libre de las ataduras del hardware antiguo. Siempre tendremos la obra original con nosotros, siempre nos hará llorar, reír, odiar, querer… Disfrutemos, simplemente, de la posibilidad de volverlo a ver entre nosotros y sobre todo de que otra generación pueda tener la oportunidad de vivir todo lo que nosotros vivimos. Porque eso amigos míos, no tiene precio alguno.
También os queremos recordar que ya publicamos un Camino a Final Fantasy VII Remake en el que os hablamos de nuestras impresiones sobre la espectacular demo del juego que, por cierto, podéis probar en cualquier momento desde la PlayStation Store.