Romeo y Julieta, Edipo y su madre, Natsuo y Hina… a lo largo de la historia y de las diferentes culturas siempre han existido relaciones que, ya sea por una razón ética, moral, política, o cualquiera que sea la razón, no pueden existir, o en caso de existir, debe permanecer en las sombras. En este caso nos encontramos con una de estas historias que no pueden salir adelante, o eso dice la teoría, porque en Degrees of Separation nos encontraremos con un relato donde lo realmente importante será conseguir rebatirla.

Este juego ha sido creado por Moondrop y distribuido por Modus Games, llegando a todas las plataformas de juego principales: PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch y PC a través de Steam, siendo esta última la versión en base a la cual analizaré el juego.

Frío para ella, calor para él

Degrees of Separation nos pone en la piel de dos personajes de lo más distintos, pero con un sentimiento común. Por un lado, tenemos a Ember, una chica que es capaz de controlar el calor y provoca que todo el ambiente a su alrededor sea digno de un clima tropical; por otro, tenemos a Rime, un chico cuyo control es sobre el frío y con los mismos efectos: todo el clima que le rodea será gélido. Ambos salen de su hábitat natural en busca de una llamada natural que escuchan sin saber qué será, sin saber que era el destino tratando de juntarlos.

Una vez emprende cada uno su viaje, utilizan el camino hasta su encuentro como un tutorial con ambos, enseñándonos parte de las mecánicas principales con Ember y otras con Rime, haciendo así que no parezca un tutorial como tal, sino simplemente parte del juego, ya que no es un apartado innecesario sino que es parte de la trama.

 

Una vez los tenemos al fin juntos nos topamos con lo que temíamos: debido a las características temperamentales de cada uno de ellos no pueden estar completamente juntos, siendo que el ambiente quedará dividido a la mitad con una zona calurosa a causa de la presencia de ella mientras que la otra mitad estará congelada por él. Pero, si el destino les ha juntado, ¿cómo iban a no pretender estar juntos? Así, emprenden un viaje en busca de aquello que les permita convivir sin causar un desastre climático, pudiendo ella sentir el frío y él sentir el calor.

Jugabilidad

El título es un indie centrado en los rompecabezas de plataformas 2D, pero con la novedad de que en vez de controlar a un personaje, nuestro avance o retroceso dependerá de dos de ellos, de manera similar a The Liar Princess and the Blind Prince (cuyo análisis podéis leer aquí), donde podíamos utilizar al príncipe para posicionarlo en un lugar u otro o hacerle llevar a cabo determinadas acciones, solo que aquí tendremos absoluto control de los dos y, de hecho, será necesaria la interacción casi simultánea, abriendo esto las puertas a algo que siempre agradeceré en un juego: el modo cooperativo.

Tanto de manera offline como online (aunque esta no la recomiendo por dos razones obvias: hay poca gente con la que encontrar partida y, además, no podemos comunicarnos ni ponernos de acuerdo como si tuviésemos a alguien al lado), podremos compartir el control con alguien, usando uno a Ember y otro a Rime, permitiendo así un mayor dinamismo y el poder hacerlo todo del tirón, mejorando así la experiencia de juego al igual que reduciendo el tiempo que debamos pasar en cada puzle.

 

De todas formas, el modo cooperativo tiene una “desventaja” en PC, y es que para que la segunda persona pueda jugar, deberá conectar un mando, dado que no está la posibilidad de usar ambos el mismo teclado. Bien es cierto que la gran mayoría de personas disponen siempre de alguna otra consola cuyo mando puedan usar, pero también hay que mirar por aquellos que no y esto les imposibilita el jugar juntos.

Ahora bien, ¿merece la pena jugar solo? Mi respuesta es un sí rotundo. A pesar de que, como he dicho antes, al jugar solo pierdes un poco de dinamismo, teniendo que ir cambiando cada dos por tres entre los personajes, esto no llega a hacerse pesado en ningún momento. Tanto el juego como la perspectiva de los niveles están lo suficientemente bien diseñados como para permitirte jugar sin compañía cómodamente, puesto que la complicación es leve y aquellos momentos en los cuales la interacción de ambos es casi simultánea están bien cubiertos gracias a que el cambio entre un personaje y otro es de lo más rápido, por lo que con tan solo pulsar una tecla cambias el control casi al momento, dando paso a que actuemos con los dos según convenga como si estuviéramos jugando con alguien más.

 

En lo referente a los puzles y niveles, me gustaría destacar lo bien escalado que está todo, pues a medida que vayamos avanzando nos encontraremos con nuevas mecánicas que darán lugar a nuevos planteamientos respecto a los rompecabezas, además de mapas de lo más variados e interacción de los elementos de este que van innovándose tras cada rompecabezas al que nos enfrentemos. Todo esto contribuirá en gran parte a la evolución de los personajes tanto en lo que a su jugabilidad se refiere como a la propia narrativa.

Apartado artístico

No puedo negar que me ha enamorado el apartado gráfico de Degrees of Separation, siendo este bien detallado y situado según sea clima cálido o frío. Veremos ríos congelados, árboles con hojas caídas, ráfagas de viento… básicamente, un mundo que cobrará vida propia sumergiéndonos así en este y en cómo varía según si se trata de la zona de Ember o de la de Rime. El diseño tanto de los elementos de los personajes se basa en la animación cartoon pero con ligeros toques de animación japonesa, y esta combinación me ha encantado, pues aprovechan los rasgos más característicos de cada uno para combinarlos y traer a nuestras pantallas algo como lo visto en Degrees of Separation.

 

En cuanto al apartado sonoro no puedo decir lo mismo que en el gráfico, pero esto no implica que sea malo, ni de lejos. La diferencia radica en que la música que suena a lo largo de nuestra partida es buena, eso no se puede cuestionar, pero es demasiado casual, la podríamos encontrar en cualquier juego del estilo y encajarnos bien de la misma manera, he echado de menos que, al igual que con el diseño, supieran llevarse la banda sonora a su casa y hacerla de un toque propio porque, repito, no es mala pero tampoco sabe transmitir una sensación única para este juego.

Conclusión

Degrees of Separation no es un juego imprescindible, pero sí uno de los que recomiendo y recomendaré con ganas. La experiencia con este título es buena de principio a fin, disfrutando tanto de la narrativa, como de la jugabilidad y el apartado artístico. Por el modesto precio que tiene (19,99€), lo considero un juego que, a menos que tengas un juego al que le estés dando con ganas y tengas para largo, es bueno para echarle el guante e ir haciendo niveles a ratos libres, pues aunque te enganche y te invite a seguir una vez empiezas, la distribución de este nos permite jugarlo en ratos libres si no queremos jugarlo del tirón. Por lo tanto, sí, recomiendo Degrees of Separation a cualquiera interesado en un título de este estilo, y a quien no, le invito a echarle un ojo y dejarse convencer.