[Análisis] Dredge

Sin duda, al hablar del género de terror en la literatura, siempre salen a coalición grandes nombres de autores clásicos que han influido en esta profundamente, entre ellos, nunca falta el de Howard Phillips Lovecraft, el reverenciado escritor de Providence que consiguió cultivar y dar vida a su propio universo de terror personal, un terror cósmico con un panteón de Dioses Primigenios y criaturas varias que helarían la sangre a cualquiera ante su sola visión, seres mucho más antiguos que el propio mundo, con especial atención a Cthulhu, que es la deidad por excelencia más representada y reconocible de su extensa obra.

Muchos han sido los productos inspirados en las historias de Lovecraft, desde películas como Color Out of Space, The Call of Cthulhu o Dagon: la secta del mar, hasta un puñado de juegos de mesa como Las Mansiones de la Locura, Arkham Horror: El juego de cartas, Eldritch Horror, Cthulhu: Death May Die o Aventura Z Lovecraft. Por supuesto, los videojuegos no han quedado al margen del siempre icónico terror del padre de Cthulhu; The Sinking City y Call of Cthulhu son algunos ejemplos recientes y fácilmente reconocibles, sin olvidarse de otros ampliamente inspirados en las obras del escritor como Lovecraft’s Untold Stories o Moons of Madness, sin olvidarse de Sherlock Holmes: The Awakened, que llegará a principios de abril a las siguientes plataformas: PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox Series X/S, Xbox One, Nintendo Switch y PC.

¿A qué viene toda esta introducción sobre Lovecraft? Bueno, no hace falta estar demasiado avispado para ver por donde van a ir los tiros. Hoy estoy aquí para hablaros de Dredge, la obra de Team17 y Black Salt Games de corte lovecraftiano inspirada en La sombra sobre Innsmouth, que también inspiró en gran medida los ya mencionados The Sinking City y Call of Cthulhu. El juego, cuyo lanzamiento tendrá lugar la semana después de la salida de esta review (30 de marzo), ya puede disfrutarse mediante una demo, al menos, a través de la eShop de Nintendo Switch. Aclarado esto, ¿qué tal si comenzamos a lanzar nuestra caña en las profundas y turbias aguas de este título? ¡Pues vamos a ello!

 

Pesca de riesgo en un mar maldito

En Dredge encarnamos a un veterano pescador entrado en años que, a bordo de su navío, se dirige a la isla de Vértebra Mayor en referencia a un anuncio de búsqueda de empleo en el que solicitan un pescador que contribuya a la economía de su maltrecho pueblecito pesquero. Tristemente, en la oscuridad de la tarde, el protagonista termina encallando de forma extraña con las rocas cercanas al faro de Vértebra Mayor, y aunque es rescatado y llega a la orilla de la isla, pierde por completo su embarcación. Una vez allí, el alcalde se encarga de ponerle al día sobre lo acontecido y, con afán de que el pobre pescador pueda cumplir con sus tareas, se deciden a prestarle un nuevo barco que irá pagando poco a poco cuando consiga pescado que vender al pescadero del lugar. Así pues, ni corto ni perezoso, el curtido pescador tendrá que lanzarse a los turbios y misteriosos mares que rodean Vértebra Mayor y otra serie de islas caña en mano, a la vez que es testigo en primera personas de misterios difíciles de explicar… Pero ya te lo advirtieron los residentes, en la noche el mar se vuelve especialmente peligroso, ¿no?

Huelga decir que Dredge tiene mucho más para el jugador, pero esto es algo que deberá descubrirse mediante la exploración y la conexión de pruebas. Si bien más pronto que tarde un misterioso caballero de oscuro semblante y con un grimorio en la mano se pondrá en contacto con nosotros para proporcionarnos un equipo de dragaje a la vez que nos solicita la búsqueda de misteriosas reliquias olvidadas y devoradas por el mar, el juego de Team17 y Black Salt Games nos llevará a diferentes lugares, conociendo por el camino a sus habitantes y, además, pondrá a nuestra disposición sendos enigmas, secretos arcanos a descifrar y, pese a que ayudar a este señor a cumplir su cometido llevará a uno de las conclusiones finales, no será esta la única. Así pues, los descubrimientos y decisiones que el jugador vaya tomando por el camino, conducirán a diferentes derroteros que pueden acabar mejor o peor para todos, protagonista y habitantes de la zona. ¿Te ves capaz de dejarte seducir por estas aguas? A fin de cuentas, eres el único capitán de tu destino.

 

La noche es oscura y alberga horrores

El pilar principal jugable de Dredge es básicamente salir con nuestro barco a pescar, a ser posible, de día, especialmente los primeros días, pues de noche todo es mucho más peligroso, aunque obviamente y con el tiempo, es un riesgo que habrá que asumir cada vez de forma más habitual, pese a que esto puede costarle la salud mental a nuestro avejentado pescador, pero, antes de entrar en la cordura, vamos a seguir con la pesca. Mover el barco y posicionarse sobre un banco de peces, sacar la caña y comenzar un minijuego de presionar botones en un momento determinado que variará según lo que vayamos a pescar. Esta es la mecánica básica, a la vez que ordenamos las capturas en nuestro pequeño inventario al más puro estilo del maletín de Resident Evil 4. El pescado capturado se utiliza generalmente para su venta, siendo esta la principal fuente de obtención de dinero. Asimismo, es importante no demorar demasiado la venta del pescado, puesto que su valor fresco es mayor que si se estropea, algo que pasará de forma inevitable con el avance del reloj.

Bien, la pesca es el principal sustento, de acuerdo. ¿Para qué necesitamos el dinero exactamente? Bueno, para realizarle reparaciones y mejoras al barco, algo que debe ser una prioridad para cualquier jugador. Sin ir más lejos, hay diferentes tipos de pesca y la caña inicial no permite abarcar prácticamente nada, por lo que si quieres pescar por todo el ancho y basto mar, desbloquear mejoras de investigación mediante la obtención de piezas (dragando o vía misiones secundarias, generalmente) es de vital importancia. Una vez desbloqueadas dichas mejoras, será posible comprarlas mediante una visita al astillero. Asimismo, dragar, que es igual de relevante que la pesca y por ende, debe compaginarse con ella, permite extraer materiales en forma de chatarra, madera y más, que permitirá mejorar la embarcación con más espacio para cañas, redes, motores o luces. En cualquier caso y con un espacio inicial reducido, es importante señalar que disponemos en todo momento de un almacén propio en la mayoría de muelles que vayamos visitando, especialmente útiles para guardar estos materiales no perecederos para las mejoras.

Por supuesto, y como estamos ante un juego lovecraftiano con mucho misterio de fondo, uno no puede simplemente dedicarse a pescar por la mañana, vender el pescado por la tarde y dormir por la noche, ¿no? ¿Para eso no existen ya los simuladores de pesca? Mejorar los motores permitirá que viajemos más lejos en menos tiempo, abriéndose así ante nosotros un nuevo abanico de posibilidades. Abrir el mapa e ir de una isla a otra investigando, buscando nuevos peces y materiales y, más importante todavía, seres con túnicas extrañas e inscripciones talladas en piedras, amén de unas cuantas visiones apocalípticas al tocar determinadas piedras en la penumbra nocturna. El problema de viajar mucho, especialmente por la noche, es que a la vez que se sacrifica el descanso, la cordura de nuestro pescador va cuesta abajo y sin frenos, siendo víctima de distintos engaños visuales y otros que no lo son tanto… A modo de consejo, mucho cuidado con las siluetas de los barcos por la noche, uno nunca sabe qué podría encontrarse una vez que los focos se crucen.

Cuando vayamos consiguiendo las reliquias y vayamos entregándoselas al señor misterioso de aviesas intenciones, iremos ganando una suerte de poderes arcanos ligados al uso del barco, que van desde poner al límite los motores del barco para avanzar con más rapidez, a costa de salud mental y un posible deterioro del mismo, hasta otros como teletransportarnos hasta la isla en la que vive el señor o invocar una especie de círculo protector temporal que alejará a la mayoría de peligros. En cuanto a la pesca, considero relevante añadir que, además de las míticas cañas, es posible complementar la pesca con trampas para cangrejos y redes de arrastre que, igual que otros como los focos o los motores, pueden conseguirse mediante la investigación. Si bien alguno podría pensar que las redes van un poco en contra del espíritu del juego, nada más lejos de la realidad, es cierto que la pesca vía caña es el principal atractivo, pero en base a las limitaciones de espacio del barco y que en ocasiones será más necesario dragar (porque ya tengamos dinero de sobra y queramos mejorar el barco, por ejemplo), no deja de ser un añadido que de forma pasiva ayudará a generar algo de dinero mientras exploramos o dragamos materiales. En cuanto a las de cangrejos, solamente hay que soltarlas, esperar y recoger.

 

Luces, sombras y sonidos desconcertantes

Es cierto que, a nivel visual, Dredge puede parecer poco impresionante de buenas a primeras, pero la realidad es que no todos los videojuegos necesitan apostar por el fotorrealismo ni por buscar ser la experiencia más puntera en ese sentido. Este peculiar estilo artístico de gráficos vectoriales, minimalista, con un cierto regusto cartoon, le sienta espectacularmente bien a la propuesta de Black Salt Games. Si bien podrías llegar a echar de menos algo de detallismo en las ciudades, a nivel general, el juego sabe crear un mundo creíble y coherente que se disfruta enormemente en su conjunto, con especial mención al peculiar diseño de sus personajes y las capturas marítimas, tanto las normales como las mutadas, además de las aberraciones gigantes que se reparten por el mar.

Otro punto destacable en este sentido, es el buen uso que se hace de la niebla y la oscuridad, así como de la iluminación. Por las noches, cuando salgas a la mar, difícilmente vas a ver más de dos palmos de terreno, incluso con el foco más potente de todos, tu rango de visión va a ser extremadamente limitado, y por ende, tendrás que prestar especial atención a los faros, las luces en la lejanía de los hogares de una isla, los los brillos espectrales marítimos o un pilar de luz rojo en la lejanía, pues todo ello se conjuga para generar una experiencia de soledad y desconfianza que hará mella en la cordura del marinero.

En cuanto a la banda sonora, es lo que cabría esperar de una experiencia como Dredge. La música es tranquila, ideal para un título de pesca y exploración marítima, sin olvidarse de añadir tonos misteriosos cuando así lo demanda la situación; aunque en ocasiones, lo único que acompaña a nuestro marinero son los sonidos ambientales, las olas del mar, el sonido del viento o el motor del barco en funcionamiento, a los que de noche y con cierto grado de deterioro mental, se pueden sumar algunos efectos más. En cuanto a la actuación de voz, no hay, los personajes simplemente acompañan los textos con sonidos. Por último, os alegrará saber que el juego llega completamente traducido al castellano.

 

Conclusión

Si algo me ha demostrado el tiempo, es que crear un buen videojuego basado en la obra de Lovecraft no es sencillo, pero Dredge es una propuesta muy recomendable que entremezcla el misterio constante con sus mecánicas de pesca, así como un estilo gráfico y unos efectos sonoros que contribuyen a crear una magnífica atmósfera. Sabe presentarse como una experiencia disfrutable, pausada y tranquila de pesca, que podría disfrutar incluso aquellos que no gozamos de los simuladores de pesca o los minijuegos del género incluidos en muchos títulos, especialmente japoneses, pues al final, no deja de ser una excusa para explorar lo desconocido, un motor que sirve para hacer funcionar un barco con otros muchos elementos.