[Análisis] Old Man’s Journey

[Análisis] Old Man’s Journey

En su estreno para Nintendo Switch, una vez más estamos ante uno de esos juegos indies que hoy en día vemos a montones, y a pesar de que en repetidas ocasiones se ha dicho la tan recurrente frase “este juego es único”, y parece que en pleno 2018 ya hemos visto y jugado de todo, os aseguro que si le dais una oportunidad, este Old Man’s Journey realizado por los chicos de Broken Rules puede mostraros una visión de los videojuegos e incluso de la vida que nunca os habíais imaginado.

El viaje del hombre viejo

Construida con la intención, el alma, la honestidad y la sinceridad; la historia con la que se puede relacionar Old Man’s Journey se diseñó para mostrar verdades universales que trascienden las culturas y las distintas etapas de la vida.

El equipo detrás del juego, Félix y Clemens de Broken Rules, se inspiraron para crear Old Man’s Journey en sus propias luchas por encontrar el equilibrio en sus vidas entre la familia, la carrera y el seguimiento de sus sueños. Un concepto que emocionalmente conectaba con ellos y que creían que resonaría con muchos otros, buscaban llevar a los jugadores a una experiencia sincera de reflexión, contada a través de la conmovedora historia de la vida de un anciano. Han trabajado incansablemente para combinar el mundo rico y artesanal, los acertijos inquisitivos y la narración sincera de las promesas incumplidas del anciano y los sueños realizados en lo que creen que es una experiencia que se puede relacionar de forma atemporal.

Jugabilidad paisajística

Seguramente os encontréis confusos sobre su jugabilidad llegados a este punto, porque, ¿en qué consiste exactamente?

En Old Man’s Journey jugamos literalmente con el paisaje, es decir, nuestra misión principal será que el anciano avance a través del escenario que se nos presenta, pero en este camino encontrará un sin fin de elementos físicos como colinas, carreteras e incluso ovejas que le cortan el paso. De este modo podremos interactuar directamente con los elementos del paisaje, extendiéndolo, aplanándolo, o modificándolo de cualquier manera posible a la hora de crear el camino perfecto para que nuestro protagonista avance.

De la misma sencilla forma, controlaremos al anciano con simples indicaciones hacia que posición tiene que ir, seleccionando a qué lugar del mapa queremos que avance; este se moverá automáticamente hacia estos con el ritmo que caracteriza a las personas de avanzada edad, y si le es imposible el paso, nos lo hará saber con un signo de interrogación que le aparecerá sobre la cabeza.

Parece simple, y lo es, pero de su simpleza nace una forma de jugar que nunca habíamos imaginado. La capacidad de controlar el escenario que se te presenta, da lugar a unos puzles muy curiosos que la mayoría de veces resultarán fáciles de resolver, pero alguno que otro tendrá su particular solución que nos hará pensar durante algunos minutos. Es cierto que a pesar de su corta duración, de apenas una hora y media o dos, puede llegar a cansar repetir una y otra vez la misma mecánica, porque al final de una forma u otra resolveremos el rompecabezas probando las diferentes soluciones modificando el terreno, en vez de pensar realmente la solución.

Pantallas como la del barco o el coche se hubieran agradecido en mayor cantidad, porque son las únicas veces en las que sentimos algo de frescura a la hora de enfrentar los distintos niveles. Tiene sus intentos de intercalar diferentes situaciones añadiendo diversos obstáculos como son un rebaño de ovejas, a las que tenemos que “incentivar” para que nos despejen el camino, pero a la tercera o cuarto ocasión lo sientes algo forzado, y no encaja con la situación en la que nos encontramos.

Un lienzo en movimiento

Pero si en otra cosa destaca este videojuego, es en su hermoso apartado visual dibujado a mano y sus exquisitas animaciones realizadas fotograma a fotograma.

En todo momento te hace participe de estar dentro del mundo que se nos presenta, basado en la alegría y viveza de Viena, y en la aventura y misterio que desprende el extenso mar. A través del juego podemos recorrer diferentes paisajes tanto rurales como naturales, donde cada uno de sus elementos es un ser vivo más de la escena. Así podemos interactuar con cualquier cosa que veamos al pasar el cursor sobre este, ya sea el campanario que se encuentra a lo lejos encima de la montaña del pueblo, los cables telefónicos que se encuentran parados por el camino, o con aquellas simpáticas ranas que descansan en la charca que incluso croan si pinchamos sobre ellas.

A medida que vamos avanzando, la alegría de los primeros escenarios se torna en unos tonos más apagados y sombríos que de igual forma conservan las belleza de toda la obra. Acompañados con una minimalista banda sonora que sin llegar a ser protagonista, nos acompaña correctamente en todo momento dándole un toque más emocional a todo el conjunto.

No es como las demás versiones

Si bien el grueso del videojuego es exactamente igual que en las demás plataformas, en este caso, la desarrolladora Broken Rules se ha trabajado una excelente versión para Nintendo Switch, añadiéndolo una serie de características únicas que mejoran la experiencia.

Como siempre puedes jugar en cualquier modo, ya sea portátil, tabletop o TV; pero lo más interesante lo encontramos al observar los diferentes modos de control que tiene, ya que se puede optar por el clásico gamepad y los sticks para realizar las acciones; jugar en la pantalla táctil de Switch como si fuera la versión para móviles interactuando directamente con el entorno tocando la pantalla; o probar el indicador de movimiento del joy-con derecho, siendo posible usar el puntero láser de este como si del antiguo wiimote se tratara, para apuntar hacia la pantalla y realizar los movimientos con un simple botón. Mencionar que el mando Pro también es compatible.

A todo esto hay que sumarle un excelente uso del HD-rumble de la consola, que aporta un añadido más a la experiencia, donde podemos disfrutar de la fuerza de los rayos, el traqueteo del tren o los movimientos de la corriente en la palma de nuestra mano, siendo uno de los videojuegos que mejor usa esta función hasta la fecha.

La experiencia es un grado

El tema principal del que se nos habla durante toda la aventura es la vida del anciano, y como a través de los recuerdos que iremos recolectando en cada una de las pantallas, nos harán ver las decisiones que ha tomado a lo largo de esta.

La felicidad es algo difícil de conseguir, y alcanzar su plenitud es toda una odisea prácticamente imposible. Recuerdo tras recuerdo observaremos que todos tenemos un sueño por cumplir, y que obsesionarnos en hacerlo realidad puede que nos distraiga de nuestra realidad, y nos impida darnos cuenta de que no hace falta tenerlo todo para ser feliz. Sólo a través del viaje podemos aprender de nuestros errores e intentar enmendarlos.

Conclusión

Old Man’s Journey es un título único que te regalará una corta pero plena experiencia tanto en su jugabilidad como en su historia. No es un juego perfecto ni mucho menos, y puede que su relación precio-duración eche para atrás a muchos, pero si estás cansado de jugar siempre a lo mismo y lo que te apetece es desconectar y descubrir algo nuevoOld Man’s Journey es tu videojuego.