Ella es mi hermana y mi caballero
La narrativa de Soulstice gira en torno a un par de hermanas llamadas Briar y Lute, que juntas forman una especie de ser sobrenatural llamado Quimera. Por un lado, esta transformación ha otorgado a Briar una fuerza y resistencia sobrehumanas, mientras que Lute, quien fue sacrificada para unir su alma a la de su hermana, se ha convertido en un espíritu con poderes místicos. Las quimeras sirven al Reino Sagrado de Keidas y combaten contra terribles seres conocidos como Espectros, que cruzan algo llamado el Velo y consumen a los humanos. El juego da comienzo cuando la Orden envía a las hermanas en una misión que tiene lugar en la ciudad de Ilden, donde un enorme desgarro en el cielo ha desatado el infierno sobre sus habitantes… aunque por supuesto, esta Orden tiene sus propias motivaciones respecto a esta misión, unas que, por supuesto, no han compartido abiertamente con las Quimeras asignadas a la misión.
Lamentablemente, no se ofrece demasiada información de forma directa sobre el mundo y la historia de fondo, ya que gran parte de la narrativa queda rodeada por un halo de misterio. La historia se desarrolla lentamente a medida que avanzas en cada capítulo del juego, con ciertos fragmentos de historia que consisten en escenas de diálogos y recuerdos retrospectivos. Te encuentras con muchos personajes en el camino, cada uno con sus propias motivaciones e intereses. La relación entre las dos hermanas también se desarrolla de forma natural en el transcurso de la aventura. Briar es la parte terca y testaruda, mientras que Lute actúa como la contraparte más afable y pensativa. En general, los desarrolladores han llevado a cabo un trabajo decente al tejer de manera cohesiva una historia de giros y vueltas. La única queja, si la hay, es que el juego se prolonga innecesariamente. De hecho, gran parte de los puntos narrativos importantes también se mantienen en secreto a propósito. Esto no tendría porque ser un problema per se si hubiera más variedad en cuanto a escenarios y enemigos, pero el juego sufre enormemente por la reutilización de activos.
Un sistema de combate de la vieja escuela
Como la mayoría de títulos del género, Soulstice divide su jugabilidad entre segmentos de combate, plataformas y resolución de acertijos, aunque por supuesto, las peleas son las que dominan la mayor parte de nuestro tiempo. Controlas directamente a Briar, que empuña una espada enorme que puede transformarse en otras armas. Se pueden desbloquear diferentes combos de armas y habilidades en un vasto árbol de habilidades a medida que vas cosechando unos fragmentos rojos que desprenden los enemigos y partes del mobiliario. Lute, por otro lado, ataca por su cuenta a modo de personaje de apoyo disparando proyectiles, usando habilidades de contraataque y colocando dos campos de aura diferentes necesarios para luchar contra los enemigos y resolver acertijos.
Es especialmente importante resaltar el papel de Lute como “escudo”, ya que Briar hace las veces de “espada” en este grupo. Será nuestro trabajo reaccionar ante diferentes tipos de enemigos activando tanto la acción defensiva como los campos de energía necesarios para que Briar pueda atacar a todos los enemigos. Los enemigos se acumulan desde todos los ángulos, y la única indicación de un ataque entrante es un ícono blanco que se mezcla fácilmente con todos los demás efectos. Si quieres desatar los ataques más poderosos de Briar, incluido el ataque Rapture, deberás generar sinergia entre los protagonistas cronometrando las paradas de Lute y evitando daños. Esta dinámica dual se entrelaza de manera excelente con el combate y, en última instancia, hace que luchar sea un asunto atractivo que requiere un conocimiento profundo de cada sistema para tener éxito.
En general, aunque bien pueda no parecerlo inicialmente, el sistema de combate es sorprendentemente profundo y complejo, y te recompensa con nuevas armas y movimientos a un ritmo constante. En general, es divertido y se puede comparar fácilmente con series ya mencionadas anteriormente como Devil May Cry o Bayonetta , lo que te anima a mantenerte en movimiento y esquivar ataques, mientras encuentras el tiempo para desatar tus propios combos. Presenta constantemente nuevas armas, enemigos y mecánicas, y hay una buena curva de dificultad que aumenta lentamente a medida que avanzas. Igualmente, como suele ser común en el género, se otorgan medallas a los jugadores tras cada combate en base al desempeño realizado (daño infligido, daño recibido, combos, tiempo…), lo cual servirá como excusa a todos aquellos perfeccionistas que quieran reintentar cada capítulo en busca de la calificación máxima.
Una exploración y resolución de rompecabezas poco inspirados
Pese a que el combate sea la parte más importante de Soulstice, explorar las diversas ciudades, fortalezas o cárceles en ruinas, entre otros, es otra parte indispensable del juego, aunque siendo completamente franco, igual hablar de exploración en un videojuego tan lineal como este, es apuntar un poco alto. La principal razón para invertir más tiempo ojeando cada rincón, está en conseguir algo más de experiencia en forma de cristales, además otros elementos como objetos curativos o fragmentos de corazón que aumentarán nuestra salud total una vez que hayamos hecho acopio de varios. Asimismo, hay portales de desafío que te teletransportan a una pequeña dimensión donde se pondrán a prueba tus habilidades para superar desafíos de combate con una limitación de tiempo, pudiendo si tenemos éxito, hacerse con mejoras de salud o Entropía.
El problema de todo esto, es que el diseño de niveles, si bien luce muy prometedor al principio, se convierte rápidamente en uno de sus talones de Aquiles debido a la repetitividad de los mismos. Pasas horas y horas literales corriendo los mismos pasillos grises, alcantarillas y casas, poco importa que pases por una fortaleza o una prisión, el arquitecto estatal decidió construir todos los edificios siguiendo el mismo patrón y utilizando los mismos materiales. Del mismo modo, los rompecabezas no aportan demasiada variedad, resolviéndose siempre activando uno de los dos campos/auras de Lute, yendo de aquí para allá para revelar unas plataformas invisibles, rompiendo unos cristales conectados a otros más pequeños, y cosas así. Si uno tiene en cuenta que el juego tiene una duración estimada de unas 20 horas, la repetitividad termina por llegar antes o después, lo que es una pena, pues la exploración y la resolución de puzles están varios peldaños por debajo si se comparan con el combate.
Enlazando con el tema de la exploración, ya que van inseparablemente ligado, hay que hablar de la cámara, ese elemento que no tardará en convertirse en uno de vuestros mayores enemigos. Durante las secciones de exploración, la cámara se configura en ángulos estáticos, pero puedes controlar la cámara libremente en algunas batallas. La cámara fija puede dificultar la búsqueda de caminos secretos y objetos ocultos, y la cámara libre simplemente no responde tan bien como debería. Si bien este contratiempo no se carga la experiencia general del juego, sí que hay ocasiones en las que te juega una mala pasada que puede terminar derivando en frustración.
Buena ambientación, pero repetitiva
En cualquier caso, otro aspecto destacable de Soulstice, está en el trabajo visual realizado por el equipo de Reply Game Studios. Los gráficos están a caballo entre el realismo y el cell-shading. El resultado final es, en cualquier caso, un juego atractivo que tiene su propio carácter debido al estilo elegido. Esto, en combinación con los entornos góticos donde experimentas tu aventura, crea un todo siniestro pero atmosférico. Las actuaciones de voz son correctas y los temas musicales de ritmos rápido y electrónicos, te acompañan mientras desencadenas combos contra tus enemigos.
Para los gráficos, hay un total de tres modos para elegir: rendimiento, equilibrado y resolución. El primero ofrece 60 fotogramas por segundo, pero la resolución ronda los 1440p. El modo resolución ofrece una imagen de 4K, pero la velocidad de fotogramas baja hasta los 30 fps. Por otro lado, el último intenta encontrar un término medio con una velocidad de fotogramas que está por encima de 30 fps y es ligeramente más nítida que el modo de rendimiento. Por supuesto, personalmente recomendaría el modo rendimiento debido al tipo de juego que es Soulstice.
Conclusión
A pesar de la inexperiencia con el género hack and slash, el equipo de Reply Game Studio ha desarrollado un sistema de combate multifacético e innovador, que utiliza los diferentes recursos de Briar y Lute de una manera muy ingeniosa. Por otro lado, el caos excesivo que surgía durante las batallas, combinado la imprevisibilidad de la cámara, penaliza con demasiada frecuencia la acción, complicando incluso los desafíos más simples. En general, Soulstice es un título fluido, mecánicamente sólido y muy divertido de jugar. Por supuesto, no es perfecto y no va a llevar este subgénero en particular a nuevas cotas, pero el estudio italiano debería estar orgulloso de haber creado un videojuego tan entretenido.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.