Ya cuando salió el segundo en Occidente, se sabía la existencia de una tercera entrega que iba a desarrollarse a través del mecenazgo, concretamente a través a de Campfire, donde duplicó la cantidad que pedían los desarrolladores para su creación. Por desgracia, y con la llegada del COVID y demás, tuvieron que hacer campañas adicionales para poder terminar el juego, pero, por fin y después de tanto tiempo, este mismo mes vemos la luz al final del tunel y podemos disfrutar de Spirit Hunter: Death Mark II, secuela directa del primero que quiere hacer también un poco de puente entre el primero y el segundo.
El instituto
En el primer juego nos enfrentamos al espíritu que marcó a Yashiki, obvio el nombre para evitar spoilers mayores a los que no hayan jugado aún; en el segundo, nos enfrentábamos a Kakuya, basado en la historia tradicional “El cuento de la princesa Kaguya”; y ahora, por tercera vez, nos vamos a enfrentar a un espíritu obsesionado con el protagonista: The Departed, algo así como “El Difunto”, basado en los Shibito Tsuki japoneses, es decir, posesiones fantasmales de difuntos a cuerpos vivos.
Kazuo Yashiki, nombre canónico del protagonista que podremos cambiar al iniciar el juego, vuelve unos meses después de todo el accidente que rodea al primer juego. Lo llaman de una escuela privada bastante reconocida donde están pasando eventos poco convencionales, así que al director le han recomendado sus servicios como “Doctor Espiritual”, término que le da Moe a Yashiki en el primer juego y que ella usa en sus artículos sobre él. Cuando llega allí, Yashiki escucha la campana del antiguo campanario de la escuela, y se dirige directamente a que le expliquen cual es el problema.
Parece ser que un ente llamado “The Departed”, está dejando unos avisos amenazando a algunos estudiantes de la escuela de forma críptica. Normalmente, el ente elige un apodo para el estudiante, de modo que no se sepa al 100% de quien está hablando, y, además, usa a otros espíritus para atacar a la persona en concreto. Un modus operandi que ya conocemos bien, porque pasa en todos los juegos de la saga. A Yashiki se le da entonces el puesto de profesor asistente para que pueda ir y venir a su antojo por la escuela, y tiene como base de operaciones la enfermería, donde trabaja un buen amigo suyo que si hemos jugado al primer juego conoceremos bien: Daimon, el doctor de salud débil al que salvamos, o no, depende, en el primer juego.
La historia de este juego se basa en el “final verdadero” del primero, donde todos tus acompañantes sobreviven, por lo cual, aunque se te muriese alguien en la historia del primero, aquí pues va a estar vivo. Ya aviso que no es necesario haberse jugado los otros dos para disfrutar de este, ni siquiera del primero, puesto que cuando te encuentras con los personajes, te dan una breve introducción de cada uno, aunque claro, lo vas a disfrutar más si entiendes todas las referencias.
No voy a entrar mucho en la historia, puesto que no quiero spoilers involuntarios, pero básicamente Yashiki tendrá que ir enfrentándose a espíritus menores hasta dar el con el grande, como en otras entregas. Igual que el primero tuvo su historia extra con el tema de caperucita roja, este juego también tiene extras, aunque de momento, no se si luego añadirán más, solo hay una mini historia. Esta historia narra un encuentro entre Yashiki, el protagonista del primer y tercer juego, con Kaoru Hazuki, una de las co-protagonistas del segundo juego. En la historia Kaoru aún no ha debutado como idol. Eso si, tened cuidado porque esta historia contiene un spoiler mayor del primer juego, así que no recomiendo jugarla si pensáis jugar a los otros y aún no os lo habéis pasado.
He disfrutado de esta historia tanto como disfruté de la primera y de la segunda, aunque, sinceramente, creo que Yashiki es mejor protagonista que Akira, por lo que me alegra de que haya vuelto, y no me desagradaría que la saga siguiese este camino y pudiésemos ver al bueno de Yashiki resolviendo otros casos. De hecho, espero de todo corazón que esta saga siga sacando juegos, ya que se ha convertido en una de mis favoritas del género.
Otra vuelta de tuerca
Aunque es verdad que Death Mark II mantiene toda la esencia de los dos primeros juegos, en esta tercera entrega han querido innovar un poco en su jugabilidad. Antes la exploración era un poco tipo dungeon crawler, con escenas en primera persona que iban cambiando de zona, pero ahora han decidido cambiarlo a desplazamiento lateral 2D, algo así como el The Coma. Eso si, no todo el juego tiene ese formato, de hecho es más bien una mezcla entre el estilo anterior y este nuevo.
Cuando estemos en el edificio principal del instituto tendremos la exploración estática en primera persona, donde podremos mover el cursor para buscar objetos, obtener información etc. Luego, en la parte nueva y antigua del instituto tendremos el desplazamiento lateral 2D, que nos permitirá una exploración un poco más libre, digo un poco porque el juego te cierra muchas puertas, literalmente, por lo que tampoco te dejan perderte demasiado.
Una cosa que hecho de menos del primer juego son más objetos, en esta entrega prácticamente solo puedes encontrar cosas que te son 100% necesarias, es decir, no encuentras objetos que pueden desviarte del objetivo, como pasaba en el primero. Eso si, también han añadido un coleccionable como en el primero, donde eran talismanes y estos curaban la energía de Yashiki, esta vez son “almas perdidas”, pero en verdad son dientes que dan un poquito de cosita cuando los coges. Estos dientes servirán para cambiarlos por objetos sagrados en la enfermería, objetos que nos harán un poco más sencillos los enfrentamientos con los espíritus; además, si cogemos muchos, subirá el nivel de Yashiki y de sus acompañantes, subiendo sus estadísticas.
Como en el resto de juegos de la saga, habrá momentos en que nos enfrentemos a los espíritus, aquí también ha cambiado bastante la cosa. En el primer juego teníamos que usar una combinación de dos objetos que usábamos con nuestro acompañante y si elegíamos bien, la batalla avanzaba. Además antes podíamos optar por objetos que podían destruir al espíritu y objetos que podían pacificarlo. En esta ocasión, se añade una mecánica que es un poco inútil, a mi parecer, y es que ahora cada opción que hay posible tiene un porcentaje de acierto. Podemos elegir si la acción la hace el protagonista, si la hace el acompañante o si la hacen los dos juntos, en cada opción hay un porcentaje de acierto, cuando elijamos nos llevará a una pantalla que nos dirá si hemos fallado o lo hemos conseguido, la cosa es que, si falla, lo único que pasa es que tienes que volverlo a intentar con un poco más de porcentaje. Supongo que esto lo han puesto un poco como un añadido a nuestra ansiedad por terminar la batalla y no saber hemos acertado o no, pero la verdad es que no tiene mucho sentido, de hecho en una segunda partida podemos elegir que el porcentaje sea siempre 100%.
Una vez hayamos conseguido el acierto en la opción que hayamos decidido, nos dirán si esa era la opción correcta o no, en caso de serlo, la batalla avanzará y el espíritu se acercará cada vez más a la cámara, igual que en los otros juegos, en caso contrario, perderemos puntos espirituales, y si llegamos a 0, será Game Over. Para evitar que los Game Over nos afecten mucho, recomiendo guardar cada vez que se pueda en la enfermería, por si acaso. Los puntos espirituales de cada acompañante varían, aunque la verdad es que no cambia en exceso a quien lleves, donde si afecta a que acompañante lleves es en la exploración, ya que hay puntos de investigación que solo podrán investigar algunos personajes en concreto, aunque normalmente son para conseguir dientes malrolleros.
Una vez consigamos terminar la batalla, se nos dirá que el espíritu no está totalmente salvado, y que si no queremos que The Departed se coma a nuestro acompañante, todo un clásico, tenemos que hacer un último esfuerzo para salvarlo. Tengo que decir que esta parte es mucho más sencilla que en el primer juego, ya que no es difícil descubrir que es lo que hay que hacer en general, ni en la batalla ni para salvarlos. Además, los puzles en la parte de la exploración también me han parecido más sencillos en esta entrega.
Por supuesto, contamos con varios finales, como es un clásico en esta saga, si queremos conseguir el verdadero, como siempre, tendremos que salvar del todo a todos los espíritus y ganar la batalla final.
Comentar también que, como en otros juegos de la saga, el jugador puede decidir el nivel de gore y de jumpscares que tenga el juego, aunque, seamos serios, ¿para qué jugamos a un título de estos si no queremos ver ni sangre ni que nos den sustos?
Un legado de sangre
Una de las mejores cosas que tiene Death Mark II, es que parece directamente sacado del primero. Al tener al mismo equipo gráfico ha heredado todo ese aspecto general y la continuidad de sus escenarios y personajes. Hay que decir que, aunque es verdad que Sumio Fumiya se vuelve a encargar del diseño de personajes, el diseño de los espíritus ha cambiado de manos y ahora se han encargado de ellos dos personas en vez de una sola como en el primero. Tengo que decir que el diseño de los personajes es impecable, me encanta, aunque es verdad que han tenido menos trabajo ya que en su mayoría ha sido adaptar los del primero a este segundo, que al pasar solo cuatro meses tampoco tienen grandes cambios, pero los nuevos personajes también mantienen la calidad y sinceramente me han encantado.
En cuanto a los espíritus, diría que se mantiene más o menos en la línea de los otros juegos, aunque me ha dado la sensación de que los espíritus menores no son excesivamente grotescos, como si lo eran antes, aunque es verdad que el diseño de The Departed me ha gustado mucho y te pone los pelos de punta.
En el sonido, contamos como siempre con un juego doblado al japonés, donde es curioso porque apenas se oyen voces nuevas, a pesar de tener nuevos personajes. Esto es porque un mismo actor de doblaje se encarga de darle voz a varios personajes, algo curioso puesto que me ha pasado que se han juntado en la misma escena los dos personajes de la misma actriz, y no darme cuenta, así de bueno es el trabajo de estos profesionales. Hablando un poco por encima, destacan las voces de Ryo Nezuka como Yashiki y como Daimon, también se le ha escuchado en Demon Gaze 2 como Tabu; Yurika Takagi, que también hacía dos voces en el primer juego, ahora se encarga de tres: Moe Watanabe, a la que ya le daba voz en el primero, y se le añaden los personajes de la profesora Sakamoto y Michiyo, también la escuchamos en Demon Gaze II como Aquarius; Eri Tomizawa, a la que conocemos del primero por dar voz a la adorable Suzu, también le da voz en este juego a Himeko, no se le conocen muchos trabajos de voz a esta actriz, aunque también es idol y cantante.
En general, no tienen un equipo de actores de voz super conocido, pero han permanecido con los mismo del primer juego y la verdad es que se agradece porque parece que nunca ase hubiesen ido y, sinceramente, hacen muy buen trabajo igualmente.
Conclusión
Spirit Hunter: Death Mark II era uno de mis juegos más esperados de este año y no me ha decepcionado, volvemos a tener un cúmulo de historias de terror del folclore japonés junto con un elenco de personajes de lo más variopinto que casa fantásticamente con la temática. Si jugaste los dos anteriores, no deberías perderte este tercero, pero es que además podrías jugarlo hasta si no conoces nada de la saga, así que merece la pena darle una oportunidad.
Por supuesto, e igual que los otros, este juego viene totalmente en inglés, y es verdad que en general no tiene un vocabulario muy complejo, solo un poquito el específico de los espíritus, pero nada que una búsqueda rápida no pueda arreglar.
Yukop_
He visto más animes de los que puedo recordar. Con un mando entre las manos desde que tengo uso de consciencia. Maestra y futura especialista en Asia Oriental. Tengo demasiados hobbies para el poco tiempo que tengo.